26 Noviembre 2021
Tuve la oportunidad de perseguir las secuencias del fallo judicial contra el destituido juez Francisco Pisa y más allá de mi inconmensurable alegría, puedo transmitirle con mi pensamiento a Mariela Tacacho, que su hija descansará en paz en el mausoleo de los femicidios resueltos por la justicia divina y de los hombres. Este personaje manchó la honra de la justicia y seguramente sin pena ni gloria renegará con crisis por su condena, pero sabrá lo que es sufrir el dolor de una madre clamando justicia por la irreparable pérdida inhumana de su hija a manos de un encubierto femicida. Hoy la sociedad puede decir que las instituciones funcionan cuando hay funcionarios probos que no le temen al poder político y emitieron un fallo ejemplar, mérito que solo Dios y la historia reconocerán. Felicito al tribunal de enjuiciamiento y hago votos para que todos aquellos jueces que a la hora de impartir justicia con sus fallos, tengan su conciencia limpia y sean obedientes a la decencia moral que la ética los obliga a tener.
José Alberto Jacobo
San Martín N° 942
Simoca
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