Pasión tucumana: todo sea por la "scaloneta"

Pasión tucumana: todo sea por la "scaloneta"

Tres tucumanos se arriesgaron a viajar sin entradas para ver el partido con Brasil. Al final, debieron negociar un acuerdo para poder entrar al estadio.

AMIGOS. Lucas, Facundo y Matías se lanzaron a la aventura, a la espera de conseguir entradas de último momento. AMIGOS. Lucas, Facundo y Matías se lanzaron a la aventura, a la espera de conseguir entradas de último momento.

Lucas Sanna, Facundo Escobar y Matías Moreno son tres tucumanos que llegaron a San Juan desde Trancas a las seis de la mañana del martes, sin entradas, sin alojamiento, pero con muchísima ilusión. “Somos tucumanos amigo, vamos a entrar como sea, vos acordate”, prometió entre risas Lucas desde el hotel Del Bono Park, donde estuvo concentrada la Selección.

Por la mañana vieron desde lejos a Lionel Messi, Rodrigo De Paul y Giovani Lo Celso, que saludaron desde la ventana a toda la multitud en lo que fue el punto máximo de emoción en la mañana de vigilia. Los tucumanos y cientos de fanáticos de la Selección le dedicaron cánticos a los jugadores durante los pocos minutos que duró el contacto.

“Que me perdone mi señora, pero era algo inolvidable. Estar cerca de la Selección es algo que no olvidaré nunca”, agregaron, todavía sin saber lo que se vendría.

Para ellos, que tenían asumido pasar la noche en la caja de la camioneta que los llevó hasta San Juan, lo que habían logrado hasta ese momento ya los conformaba, pero estaban dispuestos a ir por más. De hecho, la reventa de entradas estuvo bastante movida y las ofertas le llovían a los tranqueños. “Amigo, ¿tienen entradas?”, le preguntó un extraño a los tucumanos mientras charlaban con LA GACETA. “¿A cuánto?”, respondieron rápidamente entendiendo el ofrecimiento. “$35.000”, señalaron. “No, está carísima”, fue la respuesta contundente.

“Nosotros creemos que más cerca del horario del partido las van a tener que vender mucho más baratas. Están locos estos, se quieren salvar”, señaló Sanna.

“Es una aventura, estábamos en Trancas y ya sabíamos que no había entradas. Entonces dijimos ‘vamos, vivamos la fiesta desde afuera al menos’, y aquí estamos”, agregó Escobar.

Sin la certeza de ingresar al estadio, tomaron el riesgo y viajaron 10 horas. Nunca se sabe cuándo puede haber un guiño del destino, mientras tanto disfrutaban a su manera.

Finalmente los tucumanos pudieron alentar a Messi y compañía en el 0-0 con Brasil, consiguieron entradas en la reventa a pocos minutos que Andrés Cunha señaló el comienzo del partido.

La tarea no fue sencilla y el ingenio tucumano estuvo presente: cuando el reloj marcaba las 13 los oriundos de Trancas ya estaban en las inmediaciones del estadio.

Una de las personas acreditadas para el buffet les ofreció tres credenciales por $8.000 pero debían ingresar temprano. Los protagonistas de esta historia aceptaron asumiendo los riesgos. A las 14 ya estaban adentro. Parecía misión cumplida, pero no. Un control de rutina dejó a Lucas y Facundo sin partido. “Los policías hicieron un nuevo barrido y nosotros estábamos con credenciales con nombres de mujer y nos sacaron”, agregó Lucas. Matías fue el único que continuó dentro del estadio.

“Afuera conseguimos una platea y una general por $24.000, vendimos la platea y compramos una general más barata, terminamos gastando entre $7.000 y $8.000 cada uno para ver el partido”, explicó Sanna.

Lo curioso fue lo que le sucedió a Matías, quien para no ser descubierto tuvo que actuar como un verdadero empleado del buffet, por lo que al menos hasta las 17, cuando ya había un número importante de personas en el Bicentenario, estuvo encargado de vender choripanes, hamburguesas y realizar tareas de limpieza. Sí, todo eso por ver a la “Scaloneta”. “Ibamos a entrar como sea, lo conseguimos y nos volvemos contentos, fue un sueño cumplido para nosotros”, contó aún eufórico Sanna.

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