Mitos y verdades detrás de los famosos ocho vasos de agua al día

Mitos y verdades detrás de los famosos ocho vasos de agua al día

Tomar líquido está entre los consejos básicos para mantenerse saludable. Pero, ¿todos tenemos que beber la misma cantidad?

Mitos y verdades detrás de los famosos ocho vasos de agua al día

En los días de calor intenso, la sensación de agobio nos invade. Al igual que la sed. ¿Tomaste suficiente agua?, es una pregunta que escuchamos hasta el cansancio. “No te olvides la botellita”, les repiten los padres a los chicos. En las redes sociales abundan las recomendaciones que incluyen beber mucho líquido. Incluso hay aplicaciones que podemos bajar y así llevar en nuestros celulares el control de cuánto nos estamos hidratando.

Nuestro bienestar está íntimamente relacionado con nuestros los niveles de hidratación porque el preciado líquido forma casi el 70% de nuestro cuerpo.

¿Cómo me doy cuenta de que estoy mal hidratado? ¿Hay que esperar a tener sed o esto ya es una señal tardía? ¿Todos tenemos que tomar dos litros por día de agua? Hay mucha información sobre cuánta agua debemos beber. Aquí te mostramos algunos mitos y verdades sobre los famosos ocho vasos de agua diarios.

1- ¿Todos tenemos que beber la misma cantidad de agua?

- “No todos tienen que beber la misma cantidad de agua. Factores únicos como el tamaño del cuerpo, la temperatura exterior o la edad de la persona hacen que las necesidades sean diferentes”, explica Guillermo Omar, licenciado en Nutrición. Un niño, un anciano o un adolescente tienen distintos requerimientos. Además, una persona que acaba de recorrer 16 kilómetros en el calor necesitará obviamente beber más agua que un oficinista que ha pasado el día en un edificio con temperatura controlada.

“Sin embargo, se hace un estimativo de un litro y medio o dos litros por día como un parámetro para evitar deshidrataciones; es solo por una cuestión de prevención”, indica el profesional. “Lo que hay que evitar es tener sed, ya que este es un mecanismo tardío”, añade el médico nutricionista Raúl Valdez Aufranc.

El doctor Pablo Nader, nefrólogo, aclara que la cantidad de agua que se necesita en un día también depende de la salud de la persona. Alguien con una enfermedad como insuficiencia cardíaca o con algún problema renal puede necesitar una cantidad diferente. “En ellos, mucha ingesta de agua puede ocasionar efectos colaterales. Igual que los hipertensos o los diabéticos; ellos deben consultar a un médico para saber cuál es la medida indicada de líquido que precisa su organismo”, remarca.

Por otro lado, las personas mayores, de entre 70 y 80 años, deben prestar más atención a la ingesta de suficientes líquidos, porque la sensación de sed puede disminuir con la edad.

2- Otra noción popular es que tomar bebidas con alcohol te deshidrata, ¿es cierto?

- “Las bebidas con alcohol deshidratan por un efecto de desintoxicación. El cuerpo trata de sacar el alcohol en sangre y se deshidrata. De ahí que en la famosa resaca tenemos tanta sed”, explicó el licenciado Omar. “Por eso, siempre la recomendación es tomar agua mientras uno bebe alcohol, más si es un día de calor o con mucho sol”, añade Valdez Aufranc.

3- ¿Solo el agua que bebemos nos hidrata?

- Desde un punto de vista puramente nutricional, el agua es una mejor opción que las menos saludables para mantenerse hidratado, como los refrescos azucarados. Pero en lo que respecta a la hidratación, otras bebidas pueden añadir agua a tu organismo. También se puede obtener agua de lo que comemos. Los alimentos y comidas ricos en líquidos, como las frutas, las verduras, las sopas y las salsas, contribuyen a la ingesta de agua, señalan los nutricionistas.

Según el Institute of Medicine, el 80% del agua que consumimos viene de beber agua y otras bebidas (incluidas las bebidas con cafeína) y el otro 20% proviene de los alimentos.  

“No es lo mismo tomar agua que una gaseosa. ¿Tengo líquido? Sí, pero también calorías en los azúcares”, advierte Omar. Las bebidas frías hidratan más, mientras que cuando están calientes producen diuresis, en particular si se trata de estimulantes como el mate o el té.

4- ¿Es verdad que tomar más agua nos ayuda a perder peso porque nos hace sentir llenos?

- Sí. En realidad, coinciden los profesionales, es más que nada una recomendación que dan los nutricionistas. “Principalmente el consejo es beber agua antes de comer porque da una sensación de plenitud y ayuda a disminuir la ingesta calórica”, explica Valdez Aufranc.

“En general, el agua da una sensación de saciedad. Pero ni bien el cuerpo absorbe el líquido, puede que la persona tenga más hambre. El agua también es buena porque ayuda a una mayor eliminación de sustancias tóxicas del cuerpo”, opina Omar.

5- ¿Se puede saber si estamos deshidratados a través de la orina?

- Los médicos sostienen que un buen indicativo de que tenemos que tomar más agua puede ser el color de la orina. Cuando estamos deshidratados la orina es más oscura, de un color amarillo-ámbar intenso. Es lo que comúnmente se dice una orina concentrada. Lo contrario sucede si sobra agua en nuestro cuerpo: la orina será muy clara.

6- Si tomás mucha, pero mucha agua, te podés enfermar.

- Nader explica que beber demasiada agua (más de cinco o seis litros por día) puede producir daños en el organismo a largo plazo. Según detalla, se trata de una enfermedad que se conoce como potomanía. Es una patología que consiste en beber gran cantidad de líquido, de manera compulsiva y sin sentir sed. La enfermedad debe ser tratada por un endocrinólogo para descartar, en primer lugar, cualquier trastorno hormonal u otra patología que afecte el área hipotalámica, lugar donde se encuentra el centro que regula la sed. Luego, antes de iniciar el tratamiento con el nutricionista, debe intervenir un psiquiatra, porque también puede tratarse de un desequilibrio psíquico.

“El exceso en el consumo de agua puede ser perjudicial porque no puede ingresar al organismo más líquido que aquel que nuestro riñón tiene capacidad para eliminar. En ese sentido, se puede producir un trastorno que se conoce como hiponatremia, por el cual se disminuye la cocentracion de sodio en el orgnismo. Esto genera síntomas que van desde náuseas y vómitos hasta problemas neurológicos”, apuntó Valdez Aufranc.

Tamaño texto
Comentarios
Comentarios