Ideas separatistas: hacen ruido y no prosperan

Ideas separatistas: hacen ruido y no prosperan

Alberto Fernández encendió la polémica al sugerir que la provincia mediterránea, de hecho, ya era cosa separada de la Argentina.

SE PUSO A LOS CORDOBESES EN CONTRA. Alberto generó polémica. SE PUSO A LOS CORDOBESES EN CONTRA. Alberto generó polémica.

“La Nación Argentina adopta para su Gobierno la forma representativa republicana federal, según la establece la presente Constitución”. La Carta Magna nacional no deja margen para el debate. Pero más allá de la ausencia de ambigüedad en el texto, durante los casi 170 años de vigencia de la norma prácticamente no se oyeron -o no prosperaron- voces separatistas.

Ciertamente, durante la primera década posterior a la sanción de la Constitución, varios caudillos del interior propugnaban por la independencia de las provincias. Pero la Batalla de Pavón se encargó de anular las pretensiones de la Confederación Argentina, de subrayar el dominio de Buenos Aires por sobre sus pares y de consolidar la regencia de la Constitución de 1853.

Aunque en la historia de la Argentina el separatismo nunca llegó a echar raíces, durante los últimos tiempos se habían lanzado algunas ideas. Por ejemplo, la iniciativa de una Mendoza independiente, sostenida por algunos dirigentes opositores de esa provincia cuyana. Aunque parecía lisa y llanamente un dislate, bien vale suponer que algunos de sus impulsores tiraron la idea a modo de experimento, para ver si prosperaba. Finalmente, el debate no vio la luz, quedó en el aire.

Luego el propio presidente, Alberto Fernández, encendió la polémica al sugerir que Córdoba, de hecho, ya era cosa separada del país. “Hace falta de muchos cordobeses como ustedes para que Córdoba, de una vez por todas, se integre al país; para que de una vez y para siempre (Córdoba) sea parte de la Argentina, y no esta necesidad de siempre parecer algo distinto”, dice el mandatario en un video viralizado.

¿Y Tucumán? ¿Cabe pensar en la posibilidad de que la provincia se embarque en un plan independentista? ¿Está en condiciones de hacerlo? De acuerdo a la organización del Gobierno, los senadores representan a las provincias -a diferencia de los diputados, que representan a los ciudadanos del distrito-. Sobre esa base, LA GACETA les preguntó a los cinco candidatos a ocupar una banca en la Cámara Alta si tal escenario separatista resulta posible. Los cuatro que respondieron -el postulante por el Frente de Todos Pablo Yedlin rechazó el convite- coincidieron en que resulta impensable vislumbrar un Tucumán escindido del país.

“La Argentina no surgió como una confederación donde las partes se reservan el derecho a la secesión, sino que después de una sangrienta guerra civil encaramos el proceso de organización nacional y establecimos que la soberanía es de la Nación como unidad, y no de las provincias, como sus partes. El separatismo, por lo dicho, es legalmente impensable”, afirmó Germán Alfaro, de Juntos por el Cambio.

Pero más allá de lo legal, el intendente rechazó cualquier posibilidad de independencia en lo económico. “En cuanto a si contamos con los recursos, no sólo es impensable sino también imposible. (El senador, en uso de licencia, José) Alperovich, fue gobernador durante los 12 años de la última gran bonanza en materia económica, y despilfarró -con corrupción y clientelismo- todos los recursos con los que Tucumán podrían haber sentado la infraestructura para su despegue. (El gobernador, Juan) Manzur, y (el vicegobernador, Osvaldo) Jaldo, eternos ministros de Alperovich, hicieron lo mismo”, criticó.

Precisó que no se trata de los recursos con los cuales no cuenta la provincia -“hay países que no tienen petróleo, ni gas, ni minería y, sin embargo, son viables”-: “el problema son los recursos que perdimos; los miles de millones de pesos que se llevaron los que entran en política para hacer negocios, los miles de jóvenes que se van de la provincia”.

Ricardo Bussi también echó mano a la historia para su respuesta. “Nuestros padres fundadores -en especial Juan Bautista Alberdi-, cimentaron la Argentina como país federal. Adhiero a esta postura, plasmada en la Constitución, por lo cual no estoy de acuerdo con pensar en Tucumán como provincia independiente”, afirmó el líder de FR.

No obstante su postura, el legislador sugirió que la cuestión de los recursos no resultaría un problema, en caso de separatismo: “Tucumán tiene un gran potencial; no solo en su agroindustria, sino también en turismo y en industria del conocimiento, sustentada en la capacidad de nuestra gente y en nuestras cuatro universidades”.

Pero más allá de estas ventajas, consideró clave fortalecer el federalismo, debido a la ubicación geográfica de la provincia, demasiado alejada de los puertos: “resulta indispensable avanzar en leyes que compensen estas desventajas; entre ellas, un flete diferencial y una nueva ley de coparticipación”.

Finalmente, el estado actual de la provincia -a su criterio- lo motivó a desechar la posibilidad de una Tucumán separada del resto de la Argentina. “Con el actual esquema político institucional -carísimo y altamente ineficiente-, más de 20 años de desgobierno peronista, tornaría hoy imposible pensar en encarar una empresa de estas características”, dijo.

Federico Masso abarcó más en su respuesta: consideró que no solo la nuestra, sino ninguna provincia se encuentra en condiciones de separarse de sus pares. “La situación económica y social del país no da margen a que ninguna provincia piense en independizarse, más allá de cada economía”, afirmó el candidato por el Frente Amplio por Tucumán. Explicó que esto se debe, entre otros, a la actual distribución de los recursos producto de los tributos. “El sistema de coparticipación federal concentra casi el 80% de los impuestos al consumo y a la exportación”, indicó.

Al contrario de pensar en cualquier plan separatista, Masso opinó que se deben reunir todos los políticos y organizaciones de la sociedad civil, para solucionar los problemas del país en su conjunto. “La dirigencia política que manejó el país durante los últimos 30 años -menemismo, Alianza, kirchnerismo y macrismo- debe pensar en sostener la gobernabilidad, sobre la base de un serio diálogo, en una gran mesa donde confluyan partidos políticos, empresarios, PYME, emprendedores, las iglesias, los sindicatos, las organizaciones sociales y los colegios profesionales”, señaló. Propuso que esa mesa discuta un plan de emergencia, con políticas públicas serias que den apertura a la producción y a la exportación. “Esto, de la mano de incentivar el pleno empleo, de restar la fuerte presión impositiva actual, de otorgar créditos blandos a las PYME, y de tomar medidas concretas en lo social, para iniciar un camino de bajar los índices de pobreza, de indigencia y de desempleo”, dijo.

Previo a su respuesta, Martín Correa destacó lo que a su criterio explica las palabras que pronunció el Presidente en Córdoba. “Lo que dijo no fue más que un exabrupto en el marco de una derrota electoral, que parece irreversible”, afirmó el ex convencional constituyente, candidato por el Frente de Izquierda y de los Trabajadores - Unidad (FIT-U). Luego, se abocó a opinar acerca del imaginario plan separatista de Tucumán. “El FIT-U está en contra de cualquier tipo de desmembramiento de nuestro país. Tucumán es una provincia productora de materias primas, con una industria relacionada a esto -ingenios y citrícolas, básicamente-”, puntualizó Correa.

Sobre esta base, lo consideró impensable. “No tendríamos los medios para independizarnos: no se trata solo de un problema de fondos nacionales, sino que no producimos prácticamente ningún bien con valor agregado. Si la Argentina es un país con poca industria, Tucumán se ubica incluso un escalón por debajo”, precisó.

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