Por Valeria Totongi
08 Noviembre 2021
RECLAMO. Miles de personas marcharon el viernes y el sábado para exigir soluciones a la crisis climática.
Bajo la lluvia, tan escocesa, y entre miles de voces jóvenes de todo el mundo, se alzó la de una tucumana. Frente a miles de personas, en Glasgow, Nina Sosnitsky, reclamó que se trate la crisis climática desde una perspectiva de derechos humanos y de justicia social.
Nina es parte de una generación que se toma en serio la necesidad de tomar acciones urgentes para frenar la devastación que está causando el calentamiento global en el mundo, y las responsabilidades de los Estados en la emisión de gases contaminantes que aportan a la elevación de la temperatura en todo el mundo.
Desde la organización “Jóvenes por el Clima Argentina”, a Sosnitsky le tocó hablar en el escenario en representación del país durante la marcha del viernes, realizada en Glasgow, mientras se realiza la 26ta Conferencia de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, (COP26).
En esa cumbre climática, los lideres mundiales se reunieron para actualizar sus compromisos en materia de acción climática, mientras enfrentan críticas por la falta de cumplimiento de esas promesas. “No es una cumbre del clima, es un festival de la hipocresía verde”, le llamó la activista sueca Greta Thunberg.
En su discurso, Sosnitsky contó que viene de Tucumán y que nuestra provincia es la más pobre del noroeste argentino, con más del 46% de personas bajo la línea de pobreza, y donde cerca de 30.000 familias no tienen agua potable. Añadió que, en Argentina, son 3.5 millones las personas que no pueden acceder a este recurso, al que definió como un derecho humano básico.
Hay personas que viven en comunidades originarias que se ven obligadas a caminar varios kilómetros para proveerse de agua potable, señaló en su discurso ante unas 30.000 asistentes a la marcha en Glasgow, a más de 10.000 kilómetros de su Tucumán natal.
“En muchos aspectos, la nuestra sigue siendo una provincia rural”, dijo en una entrevista con LA GACETA, y sus problemas se relacionan con esa situación.
La activista ambiental contó que, desde su organización, se enfocaron en el estudio y la denuncia de tres grandes problemáticas: el acceso al agua potable, la contaminación del aire y del agua que genera la industria azucarera y la proliferación de los residuos sólidos urbanos, que afecta a las poblaciones que viven cerca de los basurales clandestinos a cielo abierto que hay en el provincia, de los cuales 480 están en San Miguel de Tucumán y su zona metropolitana.
“No quiere decir que estos sean los únicos problemas -destacó-, sino que son los más graves y urgentes de resolver”.
La postura que llevó Jóvenes por el Clima Argentina al encuentro en Glasgow es que, si bien todos los países tienen responsabilidades comunes en la actual crisis, estas responsabilidades están diferenciadas en sus contextos y que son los gobiernos quienes tienen que construir políticas con estas perspectivas a corto, mediano y largo plazo.
Los modelos de desarrollo industrial del Norte del mundo son los que más contribuyeron al escenario actual, según la declaración de la organización, y es lo que expresó Nina en Glasgow.
América Latina y todos los pueblos del Sur Global, “quienes tienen menores emisiones históricas, son los que terminan sufriendo el peor rostro del colapso climático”
Por eso, Jóvenes por el Clima Argentina reclama que las agendas públicas “sean cada vez más verdes, con perspectiva social e integral”.
Enfatizan además que no se puede hablar de justicia ambiental sin justicia social y sin considerar mecanismos que busquen proteger los derechos de los más vulnerados.
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