08 Noviembre 2021
LA MESA DE MIRTHA. La comida no es tan importante en los almuerzos.
“La democratización del arte de cocinar, uno de esos placeres esenciales en el que todos podemos participar”, fue la consigna que guió a Franc Roddam al crear MasterChef. Él había imaginado el formato para recuperar el amor por la comida de un público británico poco afecto a las hornallas, y con cierto desprestigio de los platos ingleses después de la II Guerra Mundial. Que el reality show funcione tanto en Bolivia, en China o en Arabia se debe, según Roddam, a la globalización de los gustos. “El mundo ha cambiado. A la gente a quien le gusta la cocina también le gusta recrearse en un programa que te muestra todos los estadios de la preparación del plato”, declaró el artífice de la franquicia a El País.
Ahora, ¿a qué se debe el éxito de Master Chef Celebrity Argentina? La respuesta parece ser haber relacionado el amor argentino por la comida con los famosos -o no tan famosos- picando cebolla en la vieja televisión de aire, que se enciende en los countries más exclusivos y en los barrios más humildes de todo el país.
En la TV de aire hay otros programas donde la comida es central, o no tanto. Por un lado, en ElTrece cada tarde, Carina Zampini conduce “El gran premio de la cocina”. El reality show persiste en su 15a temporada en el formato y apela en los últimos tiempos, para mantener el rating, a la incorporación de famosos en las cocinas donde antes competía sólo gente del común.
También ElTrece emite el histórico “Almorzando con Mirtha Legrand”, que conduce Juana Viale, pero allí la comida sólo se aprecia al inicio del programa, cuando se detalla el menú, que ya está cocinado. Luego lo importante son los invitados, sus conjeturas sobre la coyuntura política o la presentación de un personaje famoso.
En tanto Telefe propone el sábado a la noche “Podemos hablar”, que conduce Andy Kuznetzoff, donde los invitados pasan a la mesa cuando ya se cansaron de reflexionar parados y van otro sector del estudio a comer unos bocaditos casi al final del programa.
Con la cocina como espacio, como artefacto y como estrella de MasterChef, donde compiten cocinando varios famosos, el formato sigue ofreciendo la ilusión, la adrenalina y la impronta de una pretendida TV en vivo.
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