Compiten el 14, pero ya se candidatean para el 23

Compiten el 14, pero ya se candidatean para el 23

Para varios de los aspirantes a una banca en el Congreso, estos comicios intermedios son un trampolín para cargos ejecutivos.

PASO INTERMEDIO. Van al Congreso pero con la intención de no quedarse, sino de proyectarse políticamente. PASO INTERMEDIO. Van al Congreso pero con la intención de no quedarse, sino de proyectarse políticamente. REUTERS

Entre las múltiples cuestiones que implican las elecciones de medio término en la Argentina, bien puede hablarse de la utilización de estas como “trampolín”. Esto significa que el dirigente se postula con un doble objetivo: por un lado, el obvio y directo de acceder a una banca; por el otro -disimulado-, el de instalarse en la sociedad, mediante la campaña electoral, para la elección ejecutiva de un par de años después.

Si resulta electo en las parlamentarios, “militará” su banca durante la mitad de su mandato, de tal modo de mantener aquella instalación, para llegar con un mayor conocimiento entre el electorado y, de ese modo, aumentar sus chances de acceder a un cargo ejecutivo.

Para los comicios de renovación parcial del Congreso nacional -Diputados y Senadores- del 14 se presentan varios candidatos que tienen intenciones -manifiestas o no- de postularse para algún cargo ejecutivo dentro de dos años. Esto ocurre en todos los distritos electorales del país.

En nuestra provincia, el intendente de San Miguel de Tucumán, Germán Alfaro, dijo concretamente que perseguía el objetivo de convertirse en gobernador.

“El tren pasa una sola vez en la vida, los invito a que se suban al tren para recuperar la felicidad de los tucumanos en 2023, y voy a ser el senador (ahora) y el gobernador en 2023”, había desafiado el miércoles 25 de agosto, durante el debate que había organizado LAGACETAPlay, en su ciclo Panorama Tucumano.

Cinco meses antes, cuando recién comenzaba a apuntalarse la sociedad entre los intendentes de Yerba Buena, Mariano Campero, y de Concepción, Roberto Sánchez, el primero había dejado en claro durante una entrevista concedida al programa Buen Día, también de LGPlay.

“Somos dos intendentes que venimos con cierta tranquilidad; podríamos haber seguido así, pero tomamos la decisión de ser alternativa de Gobierno: queremos ganar en 2023”, había dicho Campero, que en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias, del 12 de septiembre competía, dentro del espacio Juntos por el Cambio, contra Alfaro, en la misma categoría -Senador-. Los electores, finalmente, se inclinaron por el jefe municipal de la Capital. Pero como Campero había hablado “en plural” en aquella ocasión, sus dichos bien le caben a Sánchez.

Dicho sea de paso, se leyeron pintadas que postulaban al ex piloto de rally para el “Sillón de Lucas Córdoba”, dentro de un par de años.

En el oficialismo

Si bien renunció a poco de que se oficialicen las candidaturas para las elecciones generales del 14, el vicegobernador -a cargo el Poder Ejecutivo-, Osvaldo Jaldo, nunca ocultó sus pretensiones de postularse para gobernador en 2023. Ahora no integra la lista, pero se puso al hombro la campaña del Frente de Todos, con el evidente objetivo de pasearse por toda la provincia, arengando como candidato para el Poder Ejecutivo provincial.

La lista del oficialismo de candidatos a senador es encabezada por el diputado Pablo Yedlin. En 2015 este se había postulado para intendente de San Miguel de Tucumán. Aunque no resultó electo había hecho una muy buena elección -había perdido por poco más de 30.000 votos; menos de 10 puntos porcentuales-. Ese desempeño lo ubicó sin debate en el primer término de la lista de candidatos a diputados en 2017. Bien cabe esperar que ahora recorra el camino contrario; es decir, que aproveche su candidatura a senador -y su posible triunfo- para relanzar la postulación para conducir el Departamento Ejecutivo de la Municipalidad de San Miguel de Tucumán.

El resto de las listas

Las otras listas que compiten en las generales en Tucumán también llevan dirigentes que podrían pujar por algún cargo ejecutivo dentro de dos años. Federico Masso (Frente Amplio) podría postularse para gobernador, si no decide buscar su reelección como legislador, acoplado a alguna fórmula de algún otro partido.

Más probable resulta que Ricardo Bussi vuelva a candidatearse para tratar de alcanzar el Sillón de Lucas Córdoba. Ante cada micrófono habilitado, el legislador -presidente de Fuerza Republicana y candidato a senador por ese espacio de derecha- machaca sobre la necesidad de derrotar al peronismo en las urnas, y de sacarlo del despacho de 25 de Mayo 90.

En el Frente de Izquierda, resulta muy probable que Alejandra Arréguez (Partido de los Trabajadores Socialistas) y Martín Correa (Partido Obrero) se repartan las postulaciones para llegar a la Gobernación o a la Intendencia de San Miguel de Tucumán. La primera encabeza la lista de diputados del FIT-U; Correa, la nómina de senadores.

En otros distritos

Cuando se publicaron los nombres de los postulantes de Juntos por el Cambio para las generales, por la Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA) y por la provincia de Buenos Aires muchos se sorprendieron: la ex gobernadora María Eugenia Vidal incursionaba como candidata a diputada por la ciudad, mientras que el vicejefe de Gobierno de la CABA, Diego Santilli, buscaba llegar a la Cámara Baja como presentante de los bonaerenses. Es decir, un temerario “enroque”, si se tiene en cuenta que ninguno precisaba instalarse en el distrito donde actuaba o había actuado, mientras que sí debían hacerlo en aquellos donde competirían.

La explicación radica, precisamente, en el uso como “trampolín” de estos comicios: Vidal persigue el objetivo de suceder a Horacio Rodríguez Larreta en la Jefatura de la CABA; Santilli quiere ser gobernador de Buenos Aires.

Algo parecido ocurrió con Agustín Rossi, el candidato a diputado por Santa Fe. Había llamado la atención cuando renunció al Ministerio de Defensa de la Nación para dedicarse a la campaña proselitista, cuando ninguna legislación lo obligaba a ello. Sucede que Rossi buscará dentro en 2023 ocupar la silla que liberará Omar Perotti, que ya no puede ser reelecto como gobernador. Para ello, el kirchnerista precisaba meterse de lleno en la campaña; de allí se entiende mejor su dimisión.

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