Manzur frena y Jaldo acelera

Manzur frena y Jaldo acelera

El Jefe de Gabinete ha empezado a ver cómo el Presidente y su entorno ha empezado a ponerle algunos límites después de su veloz y rutilante aparición. Las exigencias del gobernador interino empiezan a hacerse realidad. Narcisos.

Manzur frena y Jaldo acelera

Si hubiese que elegir una imagen para retratar el proceso que sobrevino en el gobierno nacional tras el sorprendente resultado de las Primarias Abiertas Simultáneas Obligatorias, quizás la más apropiada se asemeje a la de un maremoto cuyas aguas anegaron todo y arrasaron con las certezas y con el orden preexistentes.

Todo quedó desacomodado y varias piezas cambiaron de lugar; y hasta en el desconcierto de los primeros días no terminaba de quedar claro quiénes habían sido los perdedores más relevantes. Y si había habido ganadores. En esa bíblica confusión, hubo quienes sacaron las mejores tajadas.

Sin embargo, a medida que las aguas se van retirando empieza a verse más claro quiénes lograron sobrevivir a la catástrofe y quiénes sucumbieron o sufrieron los mayores perjuicios. Por supuesto que todo se aclarará mucho más cuando el 14 de noviembre se complete el convulsionado ciclo electoral de medio término de la actual administración.

Que este texto arranque abordando la crisis política, que todo indica está teniendo lugar en el Frente de Todos a nivel nacional, no es una casual digresión. Sus consecuencias van a impactar directamente en la política provincial, porque Juan Manzur juega ahora en las grandes ligas y, con la vocación de poder que lo caracteriza, se lanzó de entrada a ocupar la cancha.

Quien aparece como exégeta del jefe de gabinete, al que llamativamente apoda “Menemcito”, es el periodista y escritor Jorge Asís. A este se lo vio en las últimas semanas en varios programas políticos en los que funge como columnista y transmitió un mensaje inequívoco: el resultado de las PASO es irreversible, el deterioro político de la figura presidencial es total y sin retorno, y arrastra a “la Doctora” -como llama siempre a la Vicepresidenta-. Deslizó, además, que Manzur articula una poderosa alianza de actores políticos y sociales, que busca poner fin a la influencia kirchnerista en el Gobierno.

Puede o no tomarse en serio las grandilocuentes definiciones y vaticinios de Asís, pero deja traslucir en sus certezas que tiene algún poder delegado para transmitir esos explosivos conceptos. Y si se los toma al pie de la letra, la candidata bonaerense del Frente de Todos, Victoria Tolosa Paz -que acusa a la oposición de tener propósitos destituyentes del gobierno- debiera empezar averiguando si esos intentos no existen en el propio gobierno.

Si “rescatar la figura del Presidente es causa perdida”, y el kirchnerismo va a ser objeto de un duro embate para desalojarlo de las posiciones de poder que aún ocupa, ¿quién va a gobernar en medio de la crisis en que está sumido el país, con una inflación reinstalada en el escenario económico sin visos de que vaya a retirarse, y el dólar presionando amenazante la barrera psicológica de los 200 pesos?

Si Fernández es “irrescatable” y Cristina otro tanto, eso significa que hay quienes están pensando en una “remake” de la crisis del 2001/2002, con acefalía por renuncias y Asamblea Legislativa.

Sin entrar en tales especulaciones, no hay dudas de que Manzur acaricia el sueño de ir por la Presidencia en 2023, aprovechando el default de candidatos presidenciales en el peronismo.

Sin embargo, Fernández parece haber recuperado protagonismo y ha retomado cierta iniciativa política. Eso repercute fuertemente en la vida del “canciller” tucumano, que empezó a sentir limitaciones en su acción como jefe de Ministros.

Esa es la interpretación que se le da en el entorno de la Casa Rosada a que se le  haya sustraído a la Jefatura de Gabinete el manejo de la pauta publicitaria de la Nación (se suponía iba a administrarla la Secretaria de Medios) para aferrarla a la Secretaría de Prensa de la Presidencia de la Nación.

Ese duro golpe ya había sido precedido de una advertencia referida a que el Presidente no iba a ceder alegremente cuotas importantes de poder: así se leyó cuando Fernández desautorizó también el acto del 17 de octubre que Manzur pensaba impulsar para ganar el centro del tablero.

En paralelo a ese episodio, Fernández vetó el nombramiento de un importante empresario vinculado con el mundo de los negocios financieros, a quien Manzur intentó incorporar a su gestión presentándolo como su mano derecha. Después Diego Zuckerberg fue mencionado en los Pandora Paper’s.

¿Se habrá equivocado el experimentado jugador de la política en la lectura de los tiempos? ¿Habrá apresurado sus movimientos generando desconfianza  en el binomio gobernante en el país? El cambio en la gestualidad y en el protagonismo pueden servir de respuesta.

El jefe de gabinete juega en estas horas un partido decisivo, afrontando una perspectiva verdaderamente dicotómica: puede ganarlo todo o puede perder mucho. Porque a medida que se interna en el juego de poder nacional, se consolida el control del gobierno provincial por parte de Osvaldo Jaldo. Es la contracara inevitable de su incursión en las grandes ligas: no puede desgastarse en la pelea menuda de aldea mientras teje alianzas en la cúspide del poder local y global.

Pero, a medida que se aleja del terruño en su vuelo sideral, Jaldo consolida posiciones. ¿Podrá Manzur evitar que prospere el objetivo de su vice de ser electo gobernador en 2023? Pese a las sonrisas y los buenos modales, hay una escaramuza que nos recuerda que los Reyes Magos son los padres: la remoción del Ministro de Seguridad Claudio Maley.

Carteles poco sonrientes

Las elecciones generales han entrado en la recta final. Los candidatos aceitan las últimas operaciones para llegar con la maquinaria en el mejor estado para el 14 de noviembre. Es en esta última etapa donde se ve a los postulantes en su estado más real a pesar de todo el aparato que los hace parecer y no ser. Los nervios, las ambiciones, los carpetazos, las movidas de último momento, las jugadas sucias, las deslealtades, todo asoma en esta etapa.

Ese panorama los saca de quicio, los desenfoca. Desde gigantes imágenes miran a la plebe con una sonrisa plena y eterna. Debajo de ellos transitan quienes deben elegirlos. Pero circulan con grandes dificultades. Si lo hacen en auto, los pozos de las calles (especialmente si son vecinos de Yerba Buena, la ciudad sin veredas de Tucumán) los despiertan y los llaman a la realidad. Lo mismo ocurre en las calles de la periferia de la Capital, donde además escasean los carteles avisando con anticipación que una obra cortará el camino. Así contribuyen también al desorden del tránsito porque en vez de prevenir el caos deciden que haya una sola salida al laberinto que trazaron.

Los carteles que tan limpios, brillosos y esbeltos lucen en cualquier lado de la provincia contrastan con los imprescindibles, pero gastados, imprecisos y borrosos letreros que impiden llegar al destino elegido. Es cierto que pronto no harán falta nunca más porque los GPS de los celulares permiten llegar a cualquier lado, aún aquellos que están olvidados por la cartelería de Vialidad o de los municipios. Pero ello no es óbice para que los postulantes disfruten de su narcisismo y se les nuble la obligación de brindar el servicio a los pobladores y a los visitantes.

Si vos que estás leyendo te olvidaste el celular, o simplemente estás llegando a la ciudad, podrías elegir cualquier entrada y esa por la cual optaste nunca te permitirá entrar siguiendo la cartelería.

Ni hablar de llegar a El Cadillal, desviarse por el último tramo de la ruta 9 y querer entrar a Tafí Viejo o entrar por el Oeste a la ciudad sin veredas desde aquella urbe. Tampoco es recomendable venir de Las Termas (los abuelos enseñaban que no había que comparar así que no miremos lo realizado por salteños o santiagueños) e ingresar a San Miguel de Tucumán. En ese trayecto hasta hay un semáforo que es pasado en rojo y por la banquina por un centenar de volantes todos los días. Es la cara no sonriente que recibe a las visitas.

Algo parecido ocurre en Tafí del Valle, donde hace tres años aproximadamente un enamorado se burló de todos y empezó a pintar los carteles con el nombre de su amada (Lore). Hoy Manzur y Jaldo pueden reunirse y mirarse a la cara, sin embargo ni Vialidad ni el Ente de Turismo han podido juntarse para aportar unas monedas que permitan a los foráneos saber por dónde andan.

Pedir que se achiquen las gigantografías para que con los retazos (de dinero, de ingenio y de material, tal vez) se pueda ayudar a los visitantes y a los pobladores a circular mejor es una utopía.  No obstante, ya que se piensa tanto en el futuro, se puede soñar que se hagan las cosas que no se hicieron en el pasado ni en el presente. Pero en realidad ese es el verdadero sueño.

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