Cómo vive el “Hombre gato” en su celda

Cómo vive el “Hombre gato” en su celda

El hombre de la pasó maullando, ante el juez. Está acusado de asesinar a su madre y a su tía.

EL Hombre Gato. FOTO TELAM. EL Hombre Gato. FOTO TELAM.
28 Octubre 2021

Nicolás Gil Pereg debe enfrentar desde el banquillo de los acusados, el juicio en el que está como principal sospechoso por el asesinato de su madre y de su tía. Sus abogados insisten en derivarlo a un psiquiátrico en Ezeiza, dicen que el hombre se cree gato; pero la Justicia le rechazó el pedido.

Dos psiquiatras, un médico y una psicóloga declararon hoy que Pereg se mostró “consciente de sus actos”, “conectado” y “lúcido” en las entrevistas que mantuvo con ellos, aunque admitieron que sus comportamientos son “diferentes” o “extraños”, no obstante lo cual no lo escucharon maullar como hizo en distintas audiencias judiciales y en la de inicio del debate oral.

”Él sabe muy bien lo que ocurre a su alrededor”, manifestó ante el jurado popular Juan José Vilapriño, quien era director de el hospital de salud mental El Sauce, de Mendoza, cuando Gil Pereg fue derivado desde el penal San Felipe. El psiquiatra aseguró que solo el día que el acusado fue trasladado allí maulló, aunque nunca más volvió a hacerlo.

El acusado es juzgado por los asesinatos de su madre, Pyrhia Saroussy, de 63 años, y de su tía, Lily Pereg, de 54, cuyos cuerpos fueron encontrados, enterrados, el 26 de enero de 2019 en el predio en el que vivía Gil Pereg.

“Vi que siente que es un gato, también vi alteraciones, delirios y vi que utilizaba esto para tener un beneficio”, consideró el profesional. Al momento de fundamentar los motivos por los cuales cree que Gil Pereg entiende lo que sucede a su alrededor, Vilapriño contó una situación: “Una vez no quiso hacer un test sobre un papel, yo le dije que entonces volvía al penal y pidió hacer el dibujo”.

Cómo vive el "hombre gato"

En el hospital donde estuvo interado,  Pereg solicitó no poner inodoro porque lo hacía en la celda, además llego a pedir ocho litros de leche por día.

Una vez escribió mi nombre con materia fecal en su celda. Dibujaba diversos símbolos en la pared.

Los especialistas coinciden en que “estaba lúcido, se podía comunicar, mantener un diálogo” y que no se detectaron “alteraciones”. “Gil Pereg sabía de sus actos; un loco no puede mostrar interés hacia afuera”.

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