Los escenarios en las dos fuerzas políticas mayoritarias de la provincia han cambiado sustancial y rápidamente tras las Primarias. Hace un mes, la partida de Juan Manzur a la Casa Rosada y el arribo de Osvaldo Jaldo a la Gobernación obligó al oficialismo provincial, que ganó los comicios, a reunificarse. Por el momento, parecen haber guardado la campaña tormentosa en un cajón y disimula sus diferencias. Manzurismo y jaldismo llevan adelante la empresa que, si bien no es efusiva, muestra unidad y trabajo conjunto. Con esa interna aplacada, el foco de atención se mudó en los últimos días a Juntos por el Cambio (JpC). En el armado, que había llevado adelante una interna relativamente medida, las diferencias entre los tres grandes espacios que compitieron se profundizaron. A 2O días de los comicios generales para renovar diputados y senadores, JpC evidencia que está descuajeringado.

Las elecciones consagraron una lista que mezcló las propuestas que lideraron Germán Alfaro (PJS-candidato a senador) y Roberto Sánchez (UCR-candidato a diputado). Salvo un par de actividades, las agendas de los candidatos delatan que están en marcha cuatro campañas paralelas. El alfarismo; Sánchez-Mariano Campero; CREO y Silvia Elías-José Cano no han desarrollado una estrategia común para el 14 de noviembre. En esos ámbitos explican que quizás se debe a dos particularidades de la contienda provincial: que en este distrito dos listas disímiles de JpC tuvieron que ensamblarse y que en la coalición no se termina de digerir que a la cabeza haya quedado un peronista como Alfaro. A esto se suma que el telón de fondo de los desacuerdos parecen seguir siendo las elecciones provinciales de 2023: en una misma nómina conviven tres hombres que han manifestado que quieren ser candidatos a gobernador (Alfaro, Sánchez y Sebastián Murga).

“La Perla” de muestra

Una disputa comarcana se transformó en el botón de muestra de los desacuerdos. En el Concejo Deliberante de Concepción fracasaron cinco intentos para renovar las autoridades del cuerpo, es decir, para definir cómo quedará integrada la sucesión de Sánchez. El martes vence el mandato de la mesa vigente. Si los resultados de las Primarias se repiten, el jefe municipal se mudaría al Congreso y deberá ser reemplazado. En general, hay consenso para que a la cabeza del Ejecutivo local esté eventualmente el actual presidente del Concejo y quien pretende la reelección, Alejandro Molinuevo. El edil es un hombre del intendente y también lo secunda en la lista de postulantes (está en tercer término, por detrás de Paula Omodeo, de CREO). El tema son las dos vicepresidencias, que implican las futuras cabezas del Concejo ¿Quiénes no dieron quórum? Las bancas del PJS, que responden al legislador Raúl Albarracín, y las del oficialismo provincial. Este detalle fue el que generó desconcierto y puso a todos a hablar de la interna.

De acuerdo coinciden fuentes del alfarismo y del sanchismo, el entuerto se debe a los disensos dentro de JpC y a los concepcionenses. La discordia, de acuerdo con miembros de ambos espacios, sería porque Sánchez querría llegar a la elección con su sucesión asegurada. A su vez, los concejales del PJS buscan “un gesto” y ocupar un sitio en la mesa.

Como en toda historia, hay varias versiones. En el oficialismo municipal sospechan que detrás de las trabas estarían indirectamente Alfaro y Jaldo. Creen que se está buscando arrinconar al jefe municipal para que desista de su postulación o bien pierda el manejo del cuerpo vecinal. Opinan que la intención final sería que Sánchez termine siendo un testimonial “como Alfaro” o bien, quedarse con el organismo legislativo para condicionar la posible gestión de Molinuevo. Detallan que los intendentes tuvieron un breve diálogo al respecto en el que el capitalino le habría sugerido a su par pasar la definición para después de los comicios y que el concepcionense no estuvo de acuerdo. Apuntaron al legislador Albarracín, un rival de años de Sánchez y quien buscaría ser intendente en 2023, y consignaron que sus dos representantes siempre fueron opositores y no acompañaron la gestión. También responsabilizan a Jaldo porque las bancas del justicialismo habrían arreglado inicialmente con la Intendencia para avalar a Molinuevo a cambio de la vicepresidencia primera y luego habrían tomado otra alternativa más conveniente.

En el alfarismo capitalino sostienen que la disputa es netamente local y termina afectando la campaña. Opinaron que el momento político no es el adecuado porque, tal como sucedió, se generaron “ruidos” en la relación política en pleno proselitismo. Consideran que el armado de Albarracín debería tener chances de estar en la conducción. El alfarismo concepcionense lamentó que pese a que no le dieron lugar ni se trataron sus iniciativas, ahora Sánchez pretenda “usarlos” para asegurarse su tranquilidad. Molestó que los dirigentes del intendente consideraran que la facción estaba representada con la posible inclusión del edil Ramiro Beti (PRO) en la mesa porque, si bien fue precandidato a diputado junto a Alfaro por un acuerdo partidario, no dejó de responder a Sánchez en los asuntos municipales. También cuentan que ofrecieron a los sanchistas conformar un interbloque de Juntos por el Cambio y que no quisieron. “En política hay que hacer concesiones y Sánchez no lo sabe hacer”, criticaron.

El clima internista en JpC nacional determinó, inclusive, que este asunto relativamente menor se nacionalizara. Según confiaron ambos bandos, figuras como Patricia Bullrich, Humberto Schiavoni y Alfredo Cornejo intentaron mediar para que se arribe a un acuerdo.

Mañana, a las 10, habrá una nueva convocatoria. Hasta ayer no había un acuerdo, pero seguían las conversaciones.

Miradas desconfiadas

Los distintos sectores de JpC reconocen que la desconfianza reina entre ellos y que no han podido conciliar tras las PASO. En el espacio que encabezan el diputado José Cano y la senadora Silvia Elías, que quedó fuera de competencia, miran de reojo lo que sucede entre el resto de los integrantes. Sus dirigentes recuerdan que habían advertido que sucederían situaciones como la que atraviesa Concepción. Habían hecho un llamado de atención previo a las PASO a los intendentes candidatos. Les habían recomendado no dejar sus ciudades dos años antes del final de los mandatos si es que no tenían aseguradas completamente las sucesiones. Calificaron al intendente del sur como “ingenuo” en este aspecto.

Si bien hubo un acercamiento con el alfarismo, cuentan que no existió una convocatoria formal para la organización ni para planificar los lineamientos proselitistas. Aseguran que están a disposición, pero sin agenda ni tareas territoriales asignadas.

El jueves organizaron un acto del que participaron Alfaro y Sánchez, pero ambos venían de tener sus propias actividades por separado. Por el momento, sí se han reunido cuando hubo algunas visitas nacionales.

La situación de CREO es una incógnita para quienes conviven en JpC. Si bien el partido que lidera Sebastián Murga y que postula a Omodeo desarrolla una intensa agenda en la provincia que tiene algunos puntos de acuerdo con los candidatos, no hubo demasiadas acciones conjuntas.

La desconfianza es tal entre las facciones que disienten no sólo respecto de qué voto están tratando de captar sino en cómo fidelizar el que consideran que permanecerá en la oposición y en este punto es donde la desunión puede llegar a pasar una factura en las urnas.

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