Charly García, un ícono artístico de las imágenes

Charly García, un ícono artístico de las imágenes

Aparte de recitales con los temas del ex Sui Géneris y Serú Girán, en la Capital Federal se inauguraron dos muestras con sus fotos.

EN EL SAN MARTÍN. Tres fotógrafos exponen tomas de Charly García. EN EL SAN MARTÍN. Tres fotógrafos exponen tomas de Charly García.
19 Octubre 2021

La figura de Charly García como ícono artístico abarca pero excede lo musical. A pocos días de su cumpleaños 70, se multiplican los homenajes en todo el país con recitales dedicados a sus composiciones como los que comenzaron la semana pasada en el Teatro San Martín porteño o el que tendrá lugar en la noche del viernes en el Centro Cultural Virla (“Charly mood”, con María Lacroix, Florencia Lencina y Las Subversas, Remedios Descarada, Augusto Hernández Paz, Pupy Nagle, Renzo Cecenarro, Daniel Albarracín, Mariano Sansierra y Noelia Antelo); y programas especiales como el que tendrá lugar esta noche, desde las 20, en “La hora líquida” por Nacional Rock (se puede acceder por https://www.radionacional.com.ar/nacionalrock/), en el que Gillespi entrevistará a Christian Basso y a Sergio Marchi.

En ese contexto de tributos, dos exposiciones fotográficas recientemente inauguradas en el acceso al Planetario y en la Fotogalería del Teatro San Martín, ambas de la Capital Federal, dan cuenta de la importancia del compositor del bigote bicolor en los registros visuales de medio siglo de shows.

En Télam, Mercedes Ezquiaga lo define como “una figura inquieta, cambiante, temeraria, en sesiones donde siempre reinó el imprevisto, según testimonio de los fotógrafos que lo retrataron a lo largo de su historia”. Y se da cuenta de ello en las paredes donde sus fotos se reproducen.

“Cómo conseguir Charlys” se titula la muestra que se puede visitar hasta el 28 de noviembre en el Hall Alfredo Alcón del San Martín (avenida Corrientes 1530) con entrada gratuita donde se despliegan 30 imágenes de Nora Lezano, Hilda Lizarazu y Andy Cherniavsky -10 de cada una-, mientras que en el ingreso al Planetario (Sarmiento y Figueroa Alcorta) seleccionaron dos de sus fotografías favoritas Gabriel Rocca, Guido Adler, Maxi Vernazza y nuevamente Cherniavsky, que serán exhibidas hasta el 12 de noviembre.

Ambas muestras dan cuenta de miradas personales y diferentes representaciones del músico que, como un camaleón, mostró sus más diversas facetas, la de “Say no More”, o “Peperina”; de “Yendo de la cama al living” a “La hija de la lágrima”, o los inicios con Sui Generis, Serú Girán o la Máquina de Hacer Pájaros, en recitales, giras, lanzamientos o momentos íntimos.

La provocación, la desmesura o el narcisismo son solo algunas de las máscaras que ha revelado este músico pero también un costado más lúdico y hasta cierta fragilidad, en las sesiones realizadas en su casa, en presentaciones en vivo, durante las grabaciones y en producciones para tapas de discos y revistas.

EN EL PLANETARIO. Ocho fotos de un artista que es de otro mundo. EN EL PLANETARIO. Ocho fotos de un artista que es de otro mundo.

Algunas a color, otras en blanco y negro, desde sus inicios hasta tiempos más recientes, las imágenes de ambas exposiciones reúnen capturas que revelan las múltiples visiones que estos artistas han construido durante su tiempo con la estrella de rock.

Cherniavsky es voz autorizada para hablar de él, más allá de estar presente en las dos muestras. “Arranqué con Charly cuando empecé a sacar mis primeras fotos y ya son 40 años de laburo. Lo conocí desde muy chica apenas me convertí en fotógrafa. Y es un personaje un poco temerario por lo cambiante que es. No se queda quieto, y tenés que estar preparado con tres cámaras porque no sabes por dónde va a salir. Es una de las personas que más fotografié”, le cuenta a Télam.

“Mis fotos muestran las diferentes caras y diferentes épocas de Charly, por haberlo seguido durante toda su carrera. Homenajearlo es hermoso. En las fotografías está la historia de su vida pero también de la mía y la del rock en Argentina. Para mí es como un libro de historia. Y me acompaña en mi memoria cada cosa que hice, donde estuve, a donde fui. Es como una playlist de la vida”, rememora la fotógrafa.

Así se sucede Charly con una capa roja y el pelo teñido de rubio, abrazado a las espaldas a Nito Mestre, sentado en un cordón al lado de Andrés Calamaro, fumando y con un sombrero, enredado con sus guitarras, en el estudio de grabación, con un trago en la mano, con gafas de sol, cruzando una calle, leyendo, sacando la lengua, tocando la viola, tapándose la cara, con un antifaz, con expresión angelical y, también, todo lo contrario.

“Una de las fotos que elegí es de la prehistoria, sin demasiada producción. Se trataba de tocar el timbre en la casa de él, abrir, mirarnos y ver qué fotos se podían hacer. Ahí está Charly tomando la comunión para una revista de rock en la que trabajaba (‘Pelo’), donde los músicos se prestaban a ser fotografiados como su opuesto”, explica Rocca. Para registrar su tránsito tecnológico, García aparece en las imágenes discando un teléfono de línea, con cable, junto a un pasacassette, un minicomponente, una agenda de papel escrita y unos vinilos, “todos elementos que ya no existen”, precisa el fotógrafo.

Si la foto perfecta tiene que ser una fusión de equilibrios entre la luz, el acting, el encuadre, la actitud y ese instante inexplicable del click, los autores de estas imágenes vencieron obstáculos y se las ingeniaron para capturar al errante e imprevisible Carlos Alberto García Moreno, entre arrebatos de inspiración y excentricidad, tan evasivo como intenso, tan lúcido como polémico, transformado en figura esencial de la cultura rock local.

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