San Martín le ganó en tiempo de descuento a Temperley y no se baja de la pelea

Cuando parecía que el partido terminaba en empate, González le dio la victoria al "Santo".

LA GACETA/FOTO DE FRANCO VERA LA GACETA/FOTO DE FRANCO VERA
18 Octubre 2021

San Martín derrotó esta noche de manera agónica por 2 a 1 a Temperley en la última jugada del encuentor jugado en La Ciudadela, por la fecha 30 de la Zona A de la Primera Nacional.

En el arranque del partido, el "Gasolero" intentó tomar protagonismo, pero el "Santo" no demoró en pegar primero. Leandro Vella ejecutó a la perfección un tiro de esquina desde la derecha y Lucas Cano conectó para poner el 1 a 0.

Lo mejor de la visita se vio cuando el volante creativo Agustín Allione tuvo la pelota. Sin embargo, el local siempre estuvo bien parado para despejar las jugadas de peligro.

Los dirigidos por Pablo De Muner podrían haber aumentado la ventaja con algunas contras, aunque no estuvieron finos en el pase final. Así se fue el primer tiempo.

En la segunda mitad del encuentro, Temperley arrancó errático y el equipo tucumano se aprovechó de esto generando situaciones de gol que no concluyeron con éxito.

Y cuando Temperley más lejos tenía el arco rival, llegó el empate. Tras un centro al segundo palo y un rebote luego de un cabezazo que dio en el travesaño,  Federico Pumpido la empujó para igualar el marcador.

Antes de la media hora del complemento, cuando el conjunto bonaerense era mejor, Juan Martín Imbert tuvo una clara de cabeza. El arquero Joaquín Papeleo se estiró para evitar el 2 a 1.

Entre murmullos y nervios, San Martín fue a buscar el triunfo con más empuje que fútbol. Temperley se dedico a defender y casi que resignó la posibilidad de atacar.

A los 41, Papaleo se llevó por delante a Marcelo Estigarribia en una jugada que terminó en gol de Lucas González, pero el árbitro Andrés Gariano vio falta al arquero y anuló lo que era el tanto de la victoria.

Parecía que se terminaba en empate hasta que González tuvo revacha: le quedó un rebote y puso el 2 a 0 para hacer explotar a La Ciudadela, que tuvo otra noche soñada.

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