La oposición busca llegar a un consenso

Las diferencias internas persisten y se está tratando de convocar a una mesa de acción política que marque un punto de inflexión con vista a las próximas elecciones.

Atomizada. Completamente disonante. Así se encuentra Juntos por el Cambio (JxC) en Tucumán que, en menos de un mes, tendrá que revalidar los 35 puntos obtenidos en las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias (PASO) y, si es posible, rozar el 40% si es que quiere darle un dolor de cabeza al oficialista Frente de Todos. Pero la pelea en el principal espacio opositor es sorda, subterránea y con rumores de toda índole que se corporiza en el comentario de cada referente de ese espacio. Pese a los roces que quedaron desde al interna del 12 de septiembre, hoy JxC intenta llegar a un consenso para evitar la dispersión de votos, alcanzar una tregua entre radicales, macristas, peronistas y referentes de otras ideologías con el fin de llegar al 14 de noviembre de la mejor manera posible, tras sus dos principales figuras: los candidatos a senador Germán Alfaro y a diputado nacional en primer término, Roberto Sánchez. El último desencuentro más evidente se evidenció en la puja de los concejales radicales que responden al intendente de Concepción y los ediles encolumnados en el alfarista Partido de la Justicia Social (PJS) por la elección de autoridades del cuerpo. Sánchez pretende que la línea de conducción sea afín a su espacio; sólo de ese modo podrá irse tranquilo al Congreso Nacional si resulta electo diputado. Entre los radicales miran de reojo a la Casa de Gobierno y cada día que pasa se convencen de que el vicegobernador en ejercicio del Poder Ejecutivo, Osvaldo Jaldo, fogonea esta puja de poder en la Perla del Sur.

Dentro de Juntos por el Cambio dejan en claro que se trata de diferencias y tensiones internas propias de la pluralidad de pensamiento de sus dirigentes. La palabra grieta no está permitida. Por de pronto, el Partido de la Justicia Social comenzó a tejer lazos comunicantes con las otras fuerzas internas para dejar atrás aquellas diferencias y mirar, con más compromiso, el turno electoral que se viene. El secretario de Gobierno municipal, Rodolfo Ocaranza, ha tomado contacto con algunos referentes radicales con la idea de recrear una mesa de acción política que aglutine a todos, los contenga y les permita transitar hasta 2023 con un armado homogéneo, respetando las aspiraciones naturales de la dirigencia para pelear por la candidatura a gobernador.

Alfaro cree que el acuerdo es posible para que Juntos por el Cambio realice una mejor elección que en las PASO. El intendente capitalino está convencido que el resultado de las internas (340.000 votos) constituyen un piso de lo que puede ocurrir en el turno electoral de noviembre. “Vamos a intentar captar al voto peronista, ese que era contrario a Juan Manzur, pero que ahora está desencantado con Osvaldo Jaldo, que asumió la gobernación y la campaña del Frente de Todos”, indicó el líder de PJS a LA GACETA. El razonamiento del jefe municipal se basa en una cantidad de sufragios que no irían al oficialismo en las elecciones y que estarían en el orden de los 45.000 votos. Frente a esa situación, Alfaro profundizará sus contactos con las segundas y las terceras líneas de referentes en las comunas rurales, además de los dirigentes territoriales.

El diputado radical José Cano coincide con el alfarismo en la necesidad de homogeneizar la coalición. A su entender, las elecciones del 14 de octubre son “una oportunidad para despertar entre los tucumanos la esperanza de que el cambio es posible”, para salir del esquema de poder que impone el Partido Justicialista y, así, acompañar en 2023 lo que él considera que será el retorno de Juntos por el Cambio a la conducción del país.

“El peronismo no hizo más que sumir a Tucumán en una de las peores provincias del norte argentino si miramos los índices socioeconómicos que nos postergan”, puntualizó el radical. A su criterio, JxC no se puede dar el lujo en entrar en pujas al estilo Manzur-Jaldo, mientras hay necesidades básicas insatisfechas del Estado hacia la sociedad.

Condicionamientos

La llegada de Horacio Rodríguez Larreta a Tucumán, hace poco más de una semana, marcó un punto de inflexión dentro de Juntos por el Cambio. Las ausencias de dirigentes remarcaron el divisionismo en la oposición. Las miradas apuntaron, particularmente, hacia el intendente de Yerba Buena, el radical Mariano Campero que, por muy poco margen de votos, se quedó fuera de la lista que JxC presentará el 14 de noviembre. El jefe municipal reconoce que sintió el golpe, pero afirma que no se borró y que trabaja para que la oposición alcance el mejor resultado dentro de un mes. “Estamos acompañando a nuestro candidato (el radical Roberto Sánchez) en todas las reuniones y actos que realiza, y ese es nuestro trabajo. Admito, sin embargo, que ahora me he abocado un 100% a la gestión municipal”, expresó Campero que no estuvo con el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.

El intendente radical se llamó a silencio. Señala a nuestro diario que no quiere hablar más de la interna porque ya quedaron en el pasado, pero sí reafirma sus aspiraciones de avanzar con su espacio hacia la puja por la gobernación en 2023. Sin embargo, y frente a los problemas que su socio político tiene en Concepción, Campero sugiere al partido que lidera Alfaro (y que integra el legislador Raúl Albarracín, enfrentado con Sánchez) que deje de fogonear la situación en el Concejo Deliberante concepcionense.

En aquella visita de Rodríguez Larreta reapareció Domingo Amaya, el otro diputado nacional de Juntos por el Cambio. Según comentaron sus allegados, lo hizo por gentileza hacia el referente nacional, pese a que no fue invitado a participar de la agenda de actividades previstas en la gira de uno de los presidenciables de la oposición. El ex intendente capitalino viene realizando un trabajo en Buenos Aires en el marco de lo que se denomina peronismo republicano, que aglutina a todos aquellos que aspiran a lograr una alianza amplia multipartidaria, contraria al kirchnerismo. Tras las elecciones de noviembre, Amaya y otros de sus compañeros partidarios podrían avanzar en el retorno al partido que los vio nacer. “Es cuestión de tiempo, si es que no hay señales de contención dentro de Juntos por el Cambio”, señalan sus colaboradores. Amaya ha planteado, días pasados, al ex presidente Mauricio Macri algunas estrategias para sortear lo que él denomina “un embate político” en la causa en la que se lo investiga por espionaje ilegal a los familiares de los tripulantes del submarino ARA San Juan.

Mientras todo esto ocurre en el subterráneo mundo de JxC, mañana llegará a Tucumán la titular del PRO y ex ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, para afianzar la campaña y las candidaturas de Alfaro y de Sánchez. La primera actividad será en Concepción donde se reunirá con jóvenes del sur de la provincia. Alrededor de las 15,30, Bullrich partirá hacia San Miguel de Tucumán, donde está previsto que encabece reuniones. Dos horas más tarde, Bullrich brindará una conferencia de prensa, y luego partirá hacia Tafí Viejo.

Además de esta visita, el radicalismo tiene en carpeta otra visita de un referente nacional: la del gobernador de Jujuy, Gerardo Morales, que también vendrá a acompañar a la lista de postulantes opositores.

Frente a las diferencias, algunos referentes llaman públicamente a los “heridos de las PASO” a que bajen los niveles de ansiedad, depongan momentáneamente sus aspiraciones personales y piensen más en el interés colectivo para frenar cualquier embate del kirchnerismo en su intención de repuntar, a nivel nacional, el resultado de las internas y lograr la mayor cantidad de bancas posibles en el Congreso Nacional.

¿Y Fuerza Republicana?

El partido que hoy conduce el legislador Ricardo Argentino Bussi no está al margen de las internas de Juntos por el Cambio. Por lo bajo, hay dirigentes que señalan que se promociona un corte de boletas para favorecer a Fuerza Republicana en desmedro de Alfaro. “Hemos escuchado esas versiones, pero no le damos crédito en la medida que no haya actitudes y conductas que nos lleven a pensar en esa idea”, señalan en el entorno de Alfaro y del radicalismo. La idea que se plantea con aquella conjetura es una construcción futura, montada hacia 2023. Sin embargo, el ingreso del bussismo a Juntos por el Cambio no haría más que acelerar el alejamiento de algunos socios fundadores del espacio en Tucumán y, por ende, romper definitivamente con la coalición que, en los últimos años, ha enfrentado al Partido Justicialista.

El legislador radical Albarracín ha cuestionado a su par Bussi en un claro gesto de aplicar el derecho de admisión dentro de la oposición. “Bussi evidentemente tiene problemas de distinta índole: judiciales, políticos, entre otros y hasta en su propio espacio partidario. Asumió con ocho Legisladores y ya le quedan cinco, casi la mitad de parlamentarios con los que comenzó y cuando faltan días aún para llegar a los dos años de gestión”, declaró el legislador de PJS.

La semana que pasó, el bloque republicano se quedó sin la cabeza de la lista de candidatos a diputados nacionales, tras la renuncia de Nadima Pecci por diferencias con el conductor partidario. “No voy a dejar la banca. He dejado el bloque y formaré uno propio (posiblemente se denomine Compromiso Republicano)”, indicó la parlamentaria. “Sigo en Fuerza Republicana a pesar que renuncié a mi candidatura a diputada nacional”, remarcó.

Tras su alejamiento, la legislador ha recibido llamados de dirigentes opositores para convocarla a trabajar en el radicalismo. Además, también hubo contactos desde el jaldismo para sumarla a las filas del Frente de Todos. “No existe la mínima posibilidad de que me sume al oficialismo”, desechó Pecci.

La carrera hacia las elecciones del 14 de noviembre está plagada de piedras en el camino en los espacios con mayor poder de votos. El oficialismo está en proceso de reconstrucción de la unidad, luego de la asunción de Manzur como jefe de Gabinete y el interinato de Jaldo en la Gobernación. La oposición, mientras tanto, no encuentra el rumbo que lo conduzca al consenso y, así, frenar la arremetida del peronismo en Tucumán.

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