En busca de los alumnos que se cayeron del sistema

En busca de los alumnos que se cayeron del sistema

15 Octubre 2021

“A los chicos que dejaron la escuela, hay que ir a buscarlos”. La frase fue pronunciada por el flamante ministro de educación de la Nación, Jaime Perczyk en una entrevista que publicó nuestro diario el último fin de semana. El ex secretario de Políticas Universitarias planteó que para eso saldrán a buscarlos casa por casa. “Argentina no se puede dar el lujo de hipotecar su futuro con chicos que no aprendieron lo que debían por la pandemia”, dijo.

El año pasado transcurrió casi por completo sin clases debido a la pandemia, en primer lugar, pero también a las decisiones tomadas en torno a la asistencia a las escuelas y a la virtualidad en un sistema que fue sorprendido por la emergencia sanitaria sin estar preparado no sólo tecnológicamente sino capacitado para los desafíos que representaba. Esto, unido a problemas dramáticos como la falta de trabajo, el hambre y las necesidades diarias que empujaron a muchos estudiantes y a sus familias a abandonar el sistema.

El tema ha sido debatido en incontables ocasiones, pero estas semanas, los números fueron un baldazo de agua fría para las autoridades.

En una entrevista realizada en LGPlay, el ministro de Educación de la provincia, asumió que 25.000 chicos, de un total de 500.000, dejaron la escuela. El porcentaje, según los cálculos de Litchmajer, no supera el 5% y evitó enfocarse en las estadísticas porque “detrás de los números hay niños”, fundamentó. En realidad se es una aproximación a una realidad inquietante, porque se conocen dimensiones que estaban esbozadas de manera global por el funcionario nacional del área cuando dijo que un milllón de niños argentinos se han caído del sistema durante el año del comienzo de la pandemia. Entonces la cuestión es conocer si están debidamente individualizados esos chicos, qué se sabe de sus trayectorias y de sus desempeños escolares.

El ministro nacional dijo en la entrevista que “no recordamos como sociedad haber vivido un período tan complejo, tanto sanitario como económico, y eso tiene consecuencias que no vamos a resolver de un día para el otro”. Es que los estudiantes no solo dejaron de asistir a las aulas, sino que tampoco pudieron estar conectados con sus maestros y compañeros. Ni por zoom, ni por meet, ni por whatsapp (la única herramienta disponible en los barrios más vulnerables). En muchos hogares, internet se comparte entre vecinos. En otros no tienen esa suerte. Los teléfonos celulares son el único dispositivo con el que cuentan para acceder a las clases y a veces es uno para toda la casa.

En la Universidad la situación también es preocupante. Allí, 1 de cada tres alumnos dejó de cursar. El dato fue aportado por el secretario General de la UNT esta semana, cuando mencionó que la deserción en las facultades ronda el 30 por ciento.

En ambos casos, la alternativa hoy es confiar en el programa nacional “Volvé a la Escuela’’ y esperar que la estrategia revierta la tendencia.

El ministro nacional señala tres objetivos para el año que viene: garantizar la presencialidad plena en todos los niveles, recuperar a todos los chicos que se fueron de la escuela y preparar los contenidos y recuperar aprendizajes. Dijo que se necesitan más horas de clase, estar más en las escuelas. También habría que estudiar con todos los involucrados en el sistema qué ha fallado y qué estrategias puede haber para dar un salto sustancial. Mejorar las escuelas será otra de las obligaciones de las autoridades. Ponerlas a punto y volverlas un refugio, será clave para atraer a los que se perdieron en el camino.

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