Cartas de lectores I: historia de la industria azucarera

Cartas de lectores I: historia de la industria azucarera

13 Octubre 2021

En LA GACETA Literaria del 10 de octubre el señor Jorge Figueroa reclama a quienes fuimos entrevistados en ocasión del bicentenario de la industria azucarera a “contar todo y con rigor”, insinuando la existencia de un propósito innoble: ocultar el rol que los trabajadores jugaron en su historia. Al respecto dos aclaraciones sobre el reportaje que me hiciera Irene Benito, publicado el pasado 17 de septiembre. En primer lugar, los temas tratados fueron definidos por la periodista, quien formuló las preguntas; en segundo término, imposible “contar todo” en pocas líneas. Pero considerando el interés del señor Figueroa por la historia de los trabajadores, tenía el deber de informar a los lectores que esa historia es hace años objeto de estudios de historiadores e historiadoras, cuyos resultados fueron publicados en artículos en revistas nacionales y extranjeras, en capítulos de libros y libros muy conocidos en los ambientes académicos. Menciono sólo algunos de ellos: Gustavo Rubinstein, “Los sindicatos azucareros en los orígenes del peronismo tucumano”, Tucumán, FACE-UNT, 2006; Graciela Romano, “Benito, azúcar y sangre”, Buenos Aires, Ed. de la autora, 2008; Silvia Nassif, “Tucumán en llamas. El cierre de ingenios y la lucha obrera contra la dictadura (1966-1973)”, Tucumán, FyL-UNT, 2016; María Florencia Gutiérrez y María Paula Parolo, “El trabajo: actores, protestas y derechos”, Buenos Aires, Gobierno de Tucumán-CFI-Imago Mundi, a los que agrego un título de mi autoría enfocado en el siglo XIX: “Trabajo, azúcar y coacción. Tucumán en el horizonte latinoamericano”, Rosario, Prohistoria, 2020. Es decir, la “otra historia” que reclama el señor Figueroa despierta el interés de historiadoras e historiadores hace por lo menos 60 años si tenemos en cuenta un precursor trabajo de Manuel García Soriano de 1960. Como Figueroa no es historiador ni especialista en historia del azúcar ni en historia de los trabajadores, es posible que no lo sepa.

Daniel Campi


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