“Micaela, un continente” reivindica la lucha de la mujer

“Micaela, un continente” reivindica la lucha de la mujer

Una obra teatral jujeña llega al festival Lunita de mi Tucumán para sacar de las sombras a la esposa de Túpac Amaru. Las contradicciones.

DESDE LA HISTORIA. Agustina Orquera es Micaela Bastidas. prensa DESDE LA HISTORIA. Agustina Orquera es Micaela Bastidas. prensa

Micaela Bastidas espera la muerte. La esposa de Túpac Amaru sabe que ese es el destino por toda derrota, y en su calabozo invoca a los espíritus de sus ancestros entre la desesperación, la culpa y la convicción. Será su último acto para transformar su muerte en vida.

“Micaela, un continente”, es el monólogo de Alejandro Carrizo, dirigido por Pablo Carrizo e interpretado por Agustina Orquera, que se verá hoy a las 21 en el teatro Juan Carlos Torres Garavat (manzana 9, casa 32, barrio 600 Viviendas, Lomas de Tafí), en el marco del festival Lunita de mi Tucumán. Previamente, a las 17 y en ese lugar, se verá el infantil “Lobo Feroz”, una versión del clásico Los Tres Cerditos con Javier Mattioli y Ramiro Noirat y música de José Luis Muggi (ambos espectáculos serán con entrada a la gorra).

“Micaela...” fue realizada en Jujuy, con la producción integran del Teatro Nacional Cervantes a través de su programa federal TNC Produce en el país.

“Con Agustina teníamos la idea, la necesidad artística y hasta se podría decir ética, de tocar los temas que se desarrollan a llego de la obra: reivindicar el rol de la mujer en la historia, su papel como independentistas, su importancia en esas gestas, y sobre todo visibilizar los nombres y personajes femeninos históricos en estos contextos, que bastante relegados estuvieron durante mucho tiempo y a la sombra de los hombres”, resume el director, en diálogo con LA GACETA.

- ¿Persiste esa invisibilidad?

- El silenciamiento e invisibilización de la mujer en los procesos históricos y sociales no es nunca una decisión ingenua, sino que constituyen la perpetuación en el poder (en toda su dimensión) de clases, estructuras e intereses hasta nuestros días. El conocimiento que tenemos de nuestra historia aporta a la constitución de nuestra identidad y, por ende, de nuestro futuro. Las luchas de las mujeres no están visibilizadas por los pueblos, sea en las distintas etapas históricas e incluso contemporáneas. Pero se está logrando revertir eso desde muchos puntos desde hace un tiempo por la propia lucha femenina en lugares donde, tal vez, antes no se le daba su lugar, donde siempre costó el cambio de paradigma. Hoy en día cobró una fuerza aún más grande, lo cual considero absolutamente necesario y noble.

- ¿Su ocultamiento está siendo develado?

- La mujer siempre participó activamente de las luchas libertarias y sin embargo el rol que se le ha asignado en los relatos fue pasivo acorde a los intereses patriarcales. Reivindicar ese papel nos invita a repensar y reconstituir, en un acto de justicia para nuestro patrimonio inmaterial.

- Su celda significa más que el encierro previo a la muerte.

- El espacio en el que se representa nuestra obra representa, por una parte, la derrota y por otro, la victoria. Tal como está planteado en el texto, predomina la contradicción “perder para ganar”. Micaela implica el coraje y la determinación de luchar por un bien común aun sabiendo que los frutos de esa victoria no serán para ella ni para sus hijos, sino un legado para todo un pueblo.


- ¿Cómo fue el trabajo con el autor?

- Hablamos con él con todas las líneas e ideas de hacia dónde encarar el proyecto y nos ayudó a cerrar la propuesta. Nos aportó la otra pata fundamental de nuestro proyecto, que es la cosmovisión andina, (y su reivindicación también) a través del nombre propio de Micaela, ya que en su figura reúne todos los temas de los cuales queríamos hablar. La intención es causar muchas y diversas sensaciones a lo largo de la puesta, con diferentes recursos en cuanto a dispositivos teatrales e incluso con herramientas cinematográficas, para que el público tenga una experiencia auditiva, sonora, visual, estética y hasta olfativa.

- ¿Todo teatro es político?

- Todo acto personal es político, no sólo el hecho teatral. “Micaela, un continente” lo es también, y sería un acto de irreverencia pensar esta puesta desde una perspectiva que no sea un hecho político. Una de las mayores conquistas es la de las mujeres que han sabido levantarse, organizarse y dar batalla frente a las terribles injusticias y violencias que estamos viviendo. Y en los procesos identitarios pra el reconocimiento de nuestras raíces todavía queda mucho por hacer.

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