Colores que alegran y entusiasman

Colores que alegran y entusiasman

Las casas del barrio Virgen de Luján de Santa Ana adquieren un pintoresco relieve que contagia a otros vecinos del pueblo a mejorar sus viviendas con un trabajo colectivo. La iniciativa de Pedro Gómez que le cambia la cara a los vecinos.

Colores que alegran y entusiasman LA GACETA / FOTO DE OSVALDO RIPOLL

El barrio Virgen de Luján (ex Colonia 4) de Santa Ana se tiñe de a poco de colores atractivos. Los propios vecinos están embarcados en un proyecto solidario que apunta a arreglar y pintar los frentes de todas las casas de esa porción del pueblo. Son alrededor de 250 viviendas que hizo construir a principio del siglo pasado el empresario Clodomiro Hileret, propietario del ingenio Santa Ana. En una semana ya cambiaron su rostro cerca de 30. Así de a poco se van ocultando los estragos de muchos años de falta de mantenimiento.

La mayoría de los habitantes del pueblo son obreros sin trabajo fijo, que se ganan la vida día a día. Esa situación se remonta a los tiempos del cierre de la fábrica azucarera, en la década de los 60. Otros son jubilados o pensionados; y muy pocos se desempeñan en empresas privadas o en la administración pública. Estos son los únicos privilegiados que en cierto modo pueden mantener sus viviendas en condiciones óptimas.

Norma Valdez, madre de cuatro hijos, le cuenta a LA GACETA que sobrevive gracias a una pensión y a las asignaciones familiares de sus hijos menores, uno de ellos con síndrome de Down. Aunque siempre soñó con revocar y pintar el frente de su inmueble, nunca lo pudo hacer. Ahora está feliz porque gracias al proyecto solidario hoy luce con un vistoso color teja. “En este tiempo, más que nunca, es imposible hacer mejoras en el hogar por los precios que tienen los materiales. Por eso esta iniciativa del vecino Pedro Gómez, de trabajar todos juntos para hermosear el barrio, es como un milagro para mí. Es que no tenía esperanzas de poder hacerlo”, describe.

El impulsor del proyecto es un comisario retirado del lugar que tentó a los pobladores con la idea de reflotar el barrio, despojarlo de su relieve triste y de la sensación de olvido, para imponer un presente remozado y atractivo. “No es algo fácil cuando se carece de recursos económicos”, explica. Pero hizo entender a los vecinos -según cuenta- que con voluntad, y ganas de trabajar y de cambiar la situación, se podía avanzar. “Organizamos rifas, buscamos colaboración de particulares y comprometimos a todos los albañiles locales para que se sumaran al proyecto cobrando un monto ínfimo por su trabajo. Al final ellos también terminaron beneficiados”, sostiene. Gómez precisa que además hizo entender que “no se puede vivir esperanzado de un Estado que, a través de la comuna, no da respuestas a las necesidades locales”.

Otros se entusiasman

La transformación que está teniendo el barrio Virgen del Luján ahora entusiasma a otros de Santa Ana e incluso de localidades vecinas, como Villa Belgrano. El comisario retirado reveló que desde que se comenzó a difundir la ideaque lleva adelante, vecinos de distintas colonias llegan a asesorarse y a pedirle que lo ponga también en práctica donde ellos viven.

Víctor Flores, otro de los vecinos beneficiados por el trabajo comunitario, suma su testimonio. Accedió a la pensión por discapacidad luego de sufrir un serio accidente laboral, por lo que su ingreso es escaso y no le alcanza para llegar a fin de mes. Y menos para pensar en remozar su casa. Por eso se muestra muy agradecido con el trabajo de pintado que se realizó en estos días. “La última vez que puede pasarle a la pared una mano de pintura fue hace más de siete años, cuando trabajaba. Ahora me estaba resultando imposible. De ahí que me siento aliviado con esta gran ayuda que recibí”, apunta.

Los edificios de la escuela y de la capilla local también serán coloreados. Para esta obra un comercio de pinturas de Aguilares, del empresario Julio García, hizo una importante donación.

Ramón Ceferino Romano, referente de la Corriente Clasista y Combativa (CCC), hace funcionar en su casa un merendero que asiste a numerosos niños de la zona. El inmueble se exhibe pintoresco luego de la labor que desplegaron ahí los lugareños. “Esto demuestra que el esfuerzo en conjunto da su fruto. Nosotros lo hacemos al mantener este merendero y nos da orgullo aliviar el hambre de los niños”, afirma el dirigente político.

A medida que se avanza en los trabajos, aparecen otras necesidades en la vecindad a las que se le busca dar respuestas. Así quedó firme la intención de despojar a muchas viviendas de las cercas rústicas que poseen (hechas con cañas huecas) para colocarle otras con postes de cemento y tela metálica. “Hay un vecino que se comprometió ya a construir las columnas. Primero se comenzará por las casas que están al margen de un canal de desagüe, porque es una zona que ya costó la vida a niños que jugaban al fondo de los inmuebles y que cayeron al lecho -alerta Gómez-. Murieron porque el canal no tiene protección y es profundo. Y los vecinos no tienen para construir algo seguro como lo que proyectamos ahora”.

Los vecinos no pierden la esperanza de lograr convertir al barrio Virgen de Luján en uno de los más pintorescos de la provincia. Aunque aún resta bastante para alcanzar su objetivo, el desafío avanza en medio de las carencias. “Aquí trabajamos todos. Yo, a pesar de mis limitaciones motrices, también hice mi aporte. Siempre quisimos hacer esto, pero faltaba un empuje, poder organizarnos. Afortunadamente hubo alguien que apareció y nos embarcó en una movida que no se va a detener hasta lograr pintar la última casa”, remata entusiasmado Ángel Gordillo, quien resultó el primer beneficiado con el operativo solidario, cuyo impulso se expande de Santa Ana y seduce a otros pueblos.

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