01 Octubre 2021
NUEVO DELTA. Las densas columnas de vapor que se forman cuando el material incandescente toca el agua del océano no emiten gases tóxicos y se están dispersando con el viento, según los servicios de emergencia. REUTERS
LA PALMA, España.- Los habitantes de la isla española de La Palma siguen tratando de asimilar la devastación causada por el volcán Cumbre Vieja, que lleva 12 días expulsando un cóctel destructivo de ceniza, humo y lava.
Carmen Rodríguez, que perdió su casa en el pueblo de Todoque, fue sorprendida por el avance de la columna de roca fundida.
“Nunca jamás pensamos que el volcán iba a pasar por nuestra casa, nunca”, dijo, recordando que tuvo que correr para salvar algunas de sus pertenencias durante una evacuación, antes de que la lava engullera su casa. En total, unas 6.000 personas tuvieron que ser evacuadas, explicó el gobierno de Islas Canarias.
Desde que entró en erupción el 19 de septiembre, el volcán ha destruido más de 800 edificios, como plantaciones de plátanos, rutas y otras infraestructuras.
El martes, el río de lava llegó finalmente al mar y está ampliando la superficie de la isla. El material volcánico comenzó a acumularse en el lecho oceánico, ganándole terreno al mar y formando un delta que, hasta anoche, sumaba unos 500 metros de ancho, una nueva formación típica de las islas de la Macaronesia, el conjunto de archipiélagos del Atlántico Norte, al oeste del continente africano ( (Madeira, Azores o el archipiélago canario).
El término “fajana” está muy extendido y se utiliza para describir los lugares que las coladas de lava le han ido ganando al mar y formando paisajes volcánicos muy característicos. En La Palma, uno de los lugares más populares y atractivos son las piscinas naturales de “La Fajana”, en el norte de la isla.
Investigadores, meteorólogos y divulgadores están ya empezando a utilizar ese vocablo para referirse al nuevo paisaje que va a dejar en la isla la erupción en Cumbre Vieja.
El choque térmico de la lava incandescente con el agua salada genera nubes de vapor que se estaban dispersando con rapidez y sin causar problemas en la población, mientras el viento aleja las emanaciones.
“Es inimaginable que esto ocurra, ahora estamos viviendo días peores que los de la covid-19, que ya eran un poco irreales”, dijo la holandesa Emilie Sweerts, que lleva seis años viviendo en la isla del archipiélago canario.
“Realmente pensé que ésta sería mi isla paradisíaca”, dijo desde su joyería en Tazacorte. Después de serpentear cuesta abajo durante días, la lava llegó al océano justo antes de la medianoche del martes, a un kilómetro al oeste de ese pueblo costero.
Al llegar al agua, la lava se enfría rápidamente, se adhiere al acantilado y amplía el territorio de la isla.
Los servicios de emergencia advirtieron que la ceniza arrojada por el cráter estaba bloqueando la luz del sol y reduciendo la visibilidad. Varias aldeas cercanas a la costa permanecieron cerradas por precaución, pero a los productores de plátanos se les permitió el acceso a sus plantaciones para atender sus cultivos.
A media mañana, la erupción parecía haberse calmado y el cráter ya no expulsaba lava, aunque seguía saliendo humo.
Más de 13.000 kilómetros al oeste, otro volcán entró en erupción, pero en este caso, no es una sorpresa. El volcán Kilauea de Hawaii tiene una actividad permanente y escupe lava al menos una vez al año.
Ayer, el Kilauea estaba llenando el cráter en su cima con lava y nublando los cielos con smog volcánico , informó el Servicio Geológico de Estados Unidos. La última erupción del volcán más joven y activo de Hawaii comenzó el miércoles por la tarde.
Si bien la lava no presenta una amenaza inmediata para las áreas pobladas, se advirtió a los residentes que viven a favor del viento del Kilauea sobre una posible exposición al dióxido de azufre y otros gases volcánicos que pueden irritar el sistema respiratorio.
La erupción tuvo lugar dentro de los límites del Parque Nacional de los Volcanes de Hawái, que seguía abierto a los visitantes que quisieran observar el resplandor de la lava y el humo desde una distancia segura.
La última erupción del Kilauea ocurrió en diciembre de 2020, cuando el lago de agua que se había formado en el cráter se evaporó y fue reemplazado por uno de lava. Dos años antes, una serie de terremotos y una gran erupción llevaron a la destrucción de cientos de hogares y negocios mientras que la lava fluyó hacia el océano durante varios meses, solidificándose y creando nuevas tierras. (Reuters)
NOTICIAS RELACIONADAS
Lo más popular
