Fórmula 1: Hamilton, la leyenda continúa

Fórmula 1: Hamilton, la leyenda continúa

UNA MÁQUINA. Lewis supera las cifras de Schumacher y ahora busca ser el único octacampeón de la historia.  UNA MÁQUINA. Lewis supera las cifras de Schumacher y ahora busca ser el único octacampeón de la historia. REUTERS

Nico Rosberg, campeón del mundo en 2016 dijo: “Si hay algo que saber acerca de un piloto de Fórmula 1 es que si lo presionas lo suficiente, no importa que tan bueno sea, cometerá un error”. Aquella temporada es el ejemplo perfecto. Los pilotos del equipo Mercedes eran Rosberg y Lewis Hamilton. Tras una feroz rivalidad entre ambos, el piloto alemán se consagró campeón del mundo. En esa oportunidad, todos vimos errores que no hubiésemos esperado que Lewis cometiera.

Presión al límite

En Bakú hubo bandera roja faltando tres vueltas y en la resalida el piloto de Mercedes “cortó” el interruptor de la ‘magia del freno’, lo que causó que se saliera de la pista al no poder frenar, un error que le sirvió la victoria a Sergio “Checo” Pérez y Red Bull. En Silverstone, en la primera vuelta, peleaban la punta con Max Verstappen y se tocaron a 330 Km/h. El Red Bull quedó destrozado. Lewis ganó la carrera y al día siguiente explotaron las críticas en contra del heptacampeón por los festejos mientras el neerlandés estaba siendo revisado en el hospital. En Hungría, lo vimos largar solo en una salida histórica en la que el resto de los pilotos entraron a pits a cambiar por gomas de piso seco. Esa decisión fue compartida, se equivocaron ambos: el piloto y el equipo. En Monza se encontraron con Verstappen en la curva uno, ningún aflojo y la imagen recorrió el mundo: el RB16 quedó flotando arriba del Mercedes W12. El halo le salvó la vida al piloto inglés.

El sábado pasado, en un momento clave de la qualy del gran premio de Rusia, Hamilton entró para cambiar neumáticos y en la curva de entrada al box le pegó al muro y rompió la trompa. Perdió mucho tiempo y a la salida no llegó a calentar las gomas de piso seco y clasificó P5. El día anterior no frenó a tiempo y atropelló al mecánico que maneja el gato delantero en su equipo. Afortunadamente, solo se llevó algunos moretones. Hamilton declaró que luego de ese incidente “no había pasado una buena noche”.

De errores se aprende

El pasado domingo vivimos una carrera de las más emocionantes de los últimos años. El Mclaren de Lando Norris lideró durante el 90% del Gran Premio, sin embargo cuando faltaban cinco vueltas apareció la lluvia y cambió todo. Estando tan cerca del final de carrera, todos se enfrentaron a la decisión de entrar a boxes por neumáticos de lluvia o intentar aguantar con los de piso seco. Norris le respondió de manera contundente a su equipo cuando lo llamaron a boxes: “Noooooo”. McLaren se lo permitió. Hamilton ignoró el primer llamado de su ingeniero Peter Bonnington, pero en la siguiente vuelta el equipo le ordenó que entrara. La lluvia no cesó y con el piso mojado es imposible conducir con neumáticos de piso seco. El auto patina como en una gran pista de hielo. Eso le pasó a Lando. No pudo controlar el McLaren y salió de pista. Hamilton, que venía detrás con neumáticos de lluvia, lo pasó faltando dos vueltas y ganó la carrera. Fue su triunfo Nº 100 en Fórmula 1. Un logro que ningún otro piloto ha obtenido nunca antes en la historia.

Hoy faltan siete carreras para que termine el campeonato y Hamilton le gana el campeonato a Verstappen por dos puntos. Si gana este título, se convertirá en octocampeón, apareciendo en las estadísticas como el máximo ganador de la categoría, superando a Michael Schumacher. Siento que todavía no sabemos cuán afortunados somos de presenciar a Lewis Hamilton reescribir la historia de este deporte.

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