Jaldo arma el rompecabezas que dejó las PASO en el oficialismo

Jaldo arma el rompecabezas que dejó las PASO en el oficialismo

El vicegobernador en ejercicio del Poder Ejecutivo busca consensos antes de arrancar la campaña proselitista.

OSVALDO JALDO OSVALDO JALDO

La política es dinámica. Y este concepto se actualiza si Tucumán es objeto de análisis. Osvaldo Jaldo puede dar fe de ello. Desde la tribuna proselitista previa a las internas, y también desde la Legislatura, el vicegobernador en ejercicio del Poder Ejecutivo puso el acento en las fallas de la gestión del gobernador Juan Manzur, particularmente en las áreas de Educación y de Seguridad. Aquel dinamismo se aceleró desde el momento en que el médico sanitarista se convirtió en jefe de Gabinete del presidente Alberto Fernández; hace una semana de esto.  

Jaldo no sólo heredó la gestión, sino también los funcionarios que el propio mandatario había sostenido. Hoy la realidad es diametralmente opuesta a lo que fue hasta hace ocho días. Los ministros ya no son los ministros de Manzur. Ahora están bajo la conducción de Jaldo, que los escuchó al día siguiente de asumir interinamente la conducción de la provincia.

A Claudio Maley, titular de Seguridad, y a su equipo de trabajo, les dio 40 días para cambiarle la cara a un área que en todo sondeo de opinión pública es el más castigado. La sociedad sigue quejándose de los problemas de inseguridad que se viven a diario y ahora otro hecho ha puesto en el tapete a ese Ministerio: la insólita fuga de Roberto Rejas, el guardiacárcel condenado a perpetua por el crimen de Milagros Avellaneda y de su hijo Benicio. Si hay algo que Jaldo ha reclamado al ministro, a su elenco de colaboradores y a la plana mayor de la Policía es resultados; no más problemas.

Juan Pablo Lichtmajer respira. El ministro de Educación se ha comprometido ante la nueva conducción institucional elevar un detalle de obras prioritarias para la refacción de establecimientos en toda la provincia. El vicegobernador le había solicitado un informe pormenorizado que, en cierta medida, sirva de contestación a los requerimientos que en otro momento le ha formulado la Cámara, pero en otros términos. El pedido de remoción del cargo y otras derivaciones institucionales han quedado postergadas.

El tercer factor de preocupación del conductor interino de la Provincia ha pasado hoy la prueba de fuego. En la primera sesión posPASO, el bloque oficialista actuó de manera unificado y todo hace prever que continuará en esa senda.

Jaldo está rearmando un verdadero rompecabezas en lo institucional y en lo político, en una carrera contra el tiempo porque la sociedad demanda resultados y porque se aproxima otra contienda electoral. El vicegobernador en ejercicio del Poder Ejecutivo y vicepresidente del Partido Justicialista sabe que no podrá salir a la calle a hacer campaña mientras no resuelva el frente interno. Dentro de dos días arranca precisamente la campaña y Jaldo aún no ha terminado de cerrar algunas grietas que son necesarias de resolver si es que el oficialismo quiere encaminarse hacia un triunfo como el de las PASO (con el 49% de los votos) en las elecciones del 14 de noviembre.

Entre mañana y el jueves, el vice tiene agendado encuentros con intendentes y con comisionados rurales. Ambos frentes son vitales para el desarrollo de la tarea proselitista. Entre los jefes municipales han quedado todavía heridas abiertas después de las internas. Algunos son más intransigentes que otros; son los menos, indican en la Casa de Gobierno, no sin antes aclarar que no hay resentimientos porque el objetivo es mayor: que el Frente de Todos aporte la mayor cantidad de bancas en el Congreso a la gestión del presidente de la Nación y de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner

En este contexto, la pregunta que subyace es: ¿quién se animará a jugar al quedo en sus jurisdicciones frente a tamaña responsabilidad colectiva? Las planillas de los resultados de las PASO serán el punto de comparación para establecer el comportamiento de cada jefe territorial. "No es Jaldo; no es Manzur; es un compromiso mayor asumido por ambos y por toda la dirigencia ante la Nación", recuerda uno de los estrategas de la campaña anterior.

Jaldo tiene que aceitar el aparato oficialista. Esto incluye, además, encuentros con dirigentes territoriales. Los habrá, pero en el transcurso de la campaña. Esta semana, además, habrá cumbres con los candidatos a diputados y a senadores nacionales por el Frente de Todos. Esto dependerá de la agenda de actividades que deba desarrollar cada uno, aunque el vicegobernador quiere que se desarrollen antes del fin de semana. 

Si es necesario, Jaldo se pondrá al frente de la campaña. Esto, naturalmente, estará en función de lo que defina también el gobernador en uso de licencia y presidente del distrito Tucumán del Partido Justicialista. Manzur está también en proceso de acomodamiento en su nuevo rol, pero también asumió gran parte de la responsabilidad de la campaña nacional para intentar revertir el resultado de las PASO. Habla con Jaldo y también con sus colaboradores. 

Todos esperan más señales de la Casa Rosada y que el rompecabezas que dejó la interna en la provincia termine de armarse para poner en marcha plena a la estructura oficialista. Esto, tal vez, pueda darse la semana que viene.

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