Cartas de lectores I: Borges y Gardel, testigos mudos

Cartas de lectores I: Borges y Gardel, testigos mudos

28 Septiembre 2021

Días pasados se suscitó una verdadera batalla campal en la plaza Urquiza. Grupos de jóvenes se convocaron por las redes y después de sendos desafíos y cánticos pasaron a la agresión con salvaje brutalidad. Resulta esto muy preocupante, inexplicable, irracional a la vez que triste, muy triste. “Se pegaban como animales” dijo una testigo. Otro señaló: “Son unos animales y ese es el futuro”. Ahora bien, yo me pregunto: ¿Por qué comparar este comportamiento agresivo con el de los animales? ¿No sería tal vez más justo analizar en profundidad y buscar la causa o las razones de esta violencia de adolescentes para poder intentar hacer algo y así tal vez que esto no se repita? Cuando se desarrolla un hecho como este nos surge el deseo inmediato de que intervenga la policía, y esta los sosiegue. Y… ¿No sería más propio preguntarnos los mayores (padres, educadores, dirigentes) si ese límite no tendríamos que habérselo marcado nosotros mucho antes más que la fuerza de seguridad? Reflexionemos por un momento lo que nos decía Jaime Barylko al respecto (pedagogo, filósofo y escritor argentino del siglo XX): “Poner límites es nuestra responsabilidad, nuestro compromiso. Los padres descuidaron su rol de padres y educadores, muchas veces por estar ausentes y tener que trabajar todo el día. Y ese hijo creció en el vacío, sin límites, sin fronteras, sin apoyo. Los límites son las coordenadas de los valores, de las creencias, de los modales, de las reglas de la existencia y de la identidad. En suma vivir, es vivir dentro de un espacio donde germina y se desarrolla la libertad”. En el caso de los animales podemos recurrir a las investigaciones que hizo el científico austriaco Konrad Lorenz (Nobel 1973) sobre el comportamiento animal en comparación con el humano: La etología. Su obra “Sobre la agresión” despertó controversias al querer extrapolar al ser humano sus conclusiones puesto a que en realidad los animales solo luchan por su supervivencia con factores como el hambre, el miedo, la territorialidad o la reproducción. Pienso en lo personal que la responsabilidad de lo que sucedió pertenece a los padres en primer lugar. Pero también le cabe alguna cuota al Estado y a sus organismos rectores en educación, ya que los jóvenes se encuentran muchos así hoy: Sin rumbo. Donde se sostiene que la meritocracia no es algo bueno, donde se trata de nivelar la educación hacia abajo, donde se predica que saber o no saber da lo mismo, donde se ideologizó la educación, donde los sindicatos dicen cuando tiene que haber clases o no, y donde cuando fue lo de la pandemia su secuela con pérdida de hábitos de estudio lo peor fue la deserción de miles de alumnos que no retornarán jamás a las aulas. Finalmente digamos que, la violencia pudo tener lugar en cualquier otro escenario, pero lo fue en la plaza Urquiza, segunda en importancia en la Ciudad de San Miguel de Tucumán, frente al colegio Nacional donde estudiaron grandes figuras de nuestra provincia y país. Allí se destacan una estatua de Jorge Luis Borges, así como otra de Carlos Gardel, sendos homenajes y ejemplos de nuestra mejor literatura y música nacional. ¡Y que contradicción!: Nos sugieren clima de cultura y de paz, y no de guerra campal como la que tuvieron que ser testigos mudos Borges y Gardel. Por favor: Argentina, reaccioná.

Juan Marcotullio


Ituzaingó 1.252


Yerba Buena


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