28 Septiembre 2021
EMOCIÓN. La evocación a Charlie Watts estuvo presente en el show. reuters
Los Rolling Stones pusieron en marcha, en la noche del domingo y en la ciudad estadounidense de Saint Louis, su primera gira desde el comienzo de la pandemia de covid-19 y de la muerte de su histórico baterista Charlie Watts, ocurrida el pasado 24 de agosto a los 80 años, con un electrizante show y un homenaje explícito al músico fallecido.
Poco antes del inicio del concierto, en las pantallas que estaban al fondo del escenario se vieron diversas imágenes en primer plano del recordado baterista en acción, una situación a la que Mick Jagger se refirió de manera explícita antes de abordar “It’s Only Rock and Roll”, el segundo tema del repertorio previsto.
En ese momento, el vocalista, tomado de la mano del guitarrista Keith Richards, se dirigió al público para manifestar su alegría de volver a actuar en vivo por el “No Filter Tour”, y la emoción que sintieron al ver la imagen de Watts reflejada en las pantallas. “Vamos a extrañarlo mucho, en el escenario y fuera de él”, dijo el cantante, antes de dedicarle “Tumbling Dice”, el tercer tema de los 19 que interpretaron en casi dos horas de show.
Aunque no hubo más alusiones al baterista, hubo un momento especial cuando Richards avanzó sobre una pasarela hacia el público, en el solo final de “Slipping Away” y se topó con una bandera colgada en la vallas en recuerdo de Watts. Era un lienzo con la imagen del baterista y las leyendas “The coolest” (“El más cool”) y “Charlie is our Darling” (“Nuestro querido Charlie”) que portaba Lucille Muse, una fan argentina que sigue a la banda por el mundo.
En ese momento, Richards frenó su marcha, miró la bandera durante casi un minuto, bajó la cabeza y, con visibles signos de emoción en sus ojos, volvió sobre sus pasos, según narró Muse a Télam. “Se fue por un rato del show, los ojos se le fueron. Fue súper emotivo, hubo una conexión, fue como decirle que lo acompañaba en el sentimiento y él reaccionó de esa manera”, contó.
El lugar de Watts fue ocupado por Steve Jordan, un viejo conocido del grupo, quien intentó respetar el toque original de batería en cada tema.
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