Fue detenido por una amenaza y por no atenerse al proceso

Fue detenido por una amenaza y por no atenerse al proceso

Un acusado de robar zapatillas quedó tras las rejas por el riesgo de entorpecimiento.

NEGÓ TODO. Franco Exequiel Coronel asegura que las zapatillas que portaba eran suyas y que no colaboró con la Policía porque le pegaron. NEGÓ TODO. Franco Exequiel Coronel asegura que las zapatillas que portaba eran suyas y que no colaboró con la Policía porque le pegaron.
27 Septiembre 2021

Un joven permanecerá detenido por 10 días por amenazar de muerte a sus vecinos y por haberse resistido a colaborar con el proceso cuando lo arrestaron este sábado, por el robo de unas zapatillas y unas bobinas.

Según expuso en la audiencia Gabriel Veglia, auxiliar del fiscal Carlos Picón en la Unidad de investigación de Flagrancias, el 25 de septiembre a las 23 horas, Franco Exequiel Coronel ingresó en una vivienda de la Villa Obrera, en Tafí Viejo. Allí sustrajo tres pares de zapatillas, según la acusación, y escapó saltando un alambrado. Cuando el dueño de los calzados notó el hurto, fue a la comisaría de ese barrio y denunció el hecho.

Mientras el damnificado aún esperaba para radicar la denuncia, Coronel, calzado ya con uno de los pares de zapatillas, fue sorprendido en casa del tío de la primera víctima, que vive en la casa lindante. Según señaló el representante del Ministerio Público Fiscal (MPF), el sospechoso fue reducido por el grupo familiar cuando trataba de apoderarse de cerca de 100 bobinas y rollos plásticos, herramientas de trabajo del segundo denunciante.

La familia llamó a la Policía. Coronel ayer fue imputado por hurto simple, tentativa de robo y por amenazar a un adolescente diciéndole: “vas a ver ‘pendejo’ cuando salga, te voy a terminar matando”. Tras ser aprehendido, se habría negado a que le tomaran las huellas y a proporcionar sus datos, motivo por el que ayer quedó formalmente detenido.

Negó los hechos

La defensora Ana Magdalena Navarro le aconsejó que se abstuviera de declarar, pero Coronel prefirió contar su versión de los hechos. “Esto es una injusticia, las Nike que me quitaron son mías y son réplicas. En ningún momento le hice mal a nadie, les juro por mi hija que jamás llegué a sacarle nada a esa familia”, sostuvo, y dio una descripción del calzado mencionado, asegurando que tendría fotos para probar que las usó en otro momento. “Laburo de sol a sol cortando el pasto, soy el sostén de mi familia y estoy por empezar un curso de herrería por el tema de las adicciones. Hoy estoy de ojotas, porque me sacaron mis zapatillas y amontonado en un calabozo en plena pandemia”, agregó.

“Vivo a cuatro casas de la comisaría, miren si me voy a poner a hacer maldades”, aseveró el acusado, y reconoció que ubicaba del barrio a sus denunciantes. “La Policía me golpeó, no ellos (las víctimas). Me partieron la cabeza incluso e hicieron puntos. No es que no quise colaborar, es que la Policía me golpeó hasta lo último”, concluyó su relato.

Tras escuchar a Coronel, Olga, la madre de una de las víctimas decidió hablar también. “Él entró a mi casa y amenazó de muerte a mi hijo de 13 años. Yo temo por su vida, porque mi hijo juega en la calle con sus amigos. La segunda vez entró a nuestra casa con otro joven que logró escapar”, sintetizó la mujer.

Detención

La jueza Ana María Iacono debía decidir entre los planteos. Veglia le solicitaba 15 días de prisión preventiva para que la Fiscalía reúna todas las pruebas pertinentes para presentar a juicio. La defensora Navarro consideró que una medida de restricción de acercamiento podría bastar y recordó que la expectativa de pena era baja como para pedir una medida de privación de libertad. El auxiliar fiscal remarcó que había una amenaza de muerte de por medio, una falta de cooperación hacia la Justicia por parte del imputado y que denunciantes y denunciando viven a pocos metros. “Amenazó con tomar represalias contra todo el grupo familiar. Hay un riesgo. Además aún no pudimos precisar su prontuario porque no se le pudo tomar los datos ni la huella dactilar todavía”, aclaró.

Iacono consideró que el hecho en flagrancia estaba acreditado y que por la cercanía de domicilios hacía falta dar lugar a la prisión preventiva, pero por 10 días (podría prorrogarse), porque entendió que más tiempo sería excesivo y contrario a la celeridad que pide el nuevo código procesal. La jueza además le reprochó al acusado la resistencia a colaborar con el proceso, algo que dio un indicio para considerar que podría entorpecer la investigación.

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