La confusión por unos mensajes provocó un femicidio

La confusión por unos mensajes provocó un femicidio

Seguirá detenido el hombre acusado de matar a puñaladas a su pareja.

EL ACUSADO. Santucho golpeó con un martillo a su compañero.  EL ACUSADO. Santucho golpeó con un martillo a su compañero.

Después de haber estado internado una semana, Miguel Ángel Santucho (49 años) finalmente se presentó ante las autoridades por el femicidio de su pareja María Haydee Sotelo (45). En la audiencia, en la que se le dictó la prisión preventiva por seis meses, se conoció que el acusado habría matado a su mujer por un ataque de celos generado por la confusión de unos mensajes que había enviado su hijo por WhatsApp.

El viernes 17, el imputado le asestó cinco puñaladas a la mujer con la que había convivido durante más de 20 años y con la que tuvo tres hijos en un camino vecinal de Las Cejas, a unos seis kilómetros de Ranchillos. Luego, intentó quitarse la vida clavándose el mismo puñal en abdomen. Fracasó en su intento porque los médicos le salvaron su vida. Recién pudo afrontar la acusación ayer, horas después de que fuera dado de alta.

La auxiliar fiscal Lucrecia Lugones, que actuó bajo las instrucciones del fiscal Ignacio López Bustos, relató detenidamente cómo se habría registrado el femicidio. Pero también detalló qué lo había generado.

La funcionaria detalló que uno de los hijos de la víctima le pidió el celular a su madre para enviar unos mensajes a unos amigos que quedaron registrados. Santucho los descubrió y sospechó que su mujer lo estaba engañando con esas personas.

“Padre e hijo trabajaban como albañiles y estaban realizando tareas en la misma obra de construcción. En agosto, Santucho tomó un martillo y aplicó un golpe en el rostro a un compañero provocándoles graves lesiones”, relató Lugones. “Esa persona era una de las que su hijo le había enviado mensajes”, añadió.

La víctima de ese salvaje agresión, según se escuchó en la audiencia, realizó la denuncia en la seccional 1ª. Fuentes policiales indicaron que el caso fue atendido por el fiscal Claudio Bonari, recientemente trasladado a una fiscalía del régimen conclusional, que no le imputó delito alguno al autor. Los empleadores, en cambio, decidieron que ambos siguieran trabajando en la empresa, pero en obras diferentes.

El hijo de la pareja también declaró que su padre “le decía a su esposa que sus compañeros se burlaban de él porque lo engañaba con ellos. Pero aquí desmintió categóricamente que ello haya ocurrido”.

Lugones informó además que se entrevistaron con la víctima de ese incidente que confirmó los dichos de su amigo. Además, relató que a Santucho se le secuestro una nota escrita en una hoja cortada de agenda. “Allí no sólo escribió ‘lo hago porque me destruyeron la vida, hoy voy a destruir la vida’. Además, se encontraron nombres de varias personas, entre ellas la de la persona que agredió con el martillo”, relató.

La auxiliar fiscal solicitó se lo acusara de homicidio agravado por haber mediado violencia de género y que se le dictara la prisión preventiva por seis meses para asegurar el desarrollo de la investigación. La defensora oficial Ana Navarro Vittar solicitó que la medida cautelar sea por menos tiempo, pero el juez Federico Moeykens aceptó el planteo de la acusadora.

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