Demagogia, peligro inminente

Por Hugo E.Grimaldi

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21 Septiembre 2021

Bastó que la ciudadanía se le parara de manos al Gobierno para que la pandemia se haya terminado por Decreto. Ya se ha dicho que el voto disciplina a los gobernantes, pero atención que si se le agrega demagogia para torcer la voluntad de la gente se corren riesgos. Por eso, el paquete que se viene, que incluye acción electoral y medidas de cortísimo plazo –entre ellas esta salida a los ponchazos de una pandemia que no terminó- suena a algo tentador, pero también a jugar con fuego. 

En realidad, la acción evidente que ha tomado el oficialismo desde que el Presidente y la vice pactaron algo así como una tregua es la vidriera de otras cosas que se van a hacer en materia política y económica sobre todo para dar vuelta la elección de noviembre, cuando los votos cuenten y cuando con ellos se elijan diputados y sobre todo senadores de verdad. Más allá de la necesidad simbólica de ganar la provincia de Buenos Aires al menos por un solo sufragio, para Cristina Fernández está el peligro de las ocho provincias que renuevan sus legisladores en la Cámara Alta. Hoy, tiene 41 bancas a su favor, mayoría absoluta, pero pone en juego 15 de las 24 que se renuevan y el oficialismo sólo ganó en Tucumán y Catamarca.

Desde lo político, donde lo gestual es bien importante, durante las próximas semanas se va a observar una dinámica especial en quienes han sido ungidos ministros, de quienes se espera que “funcionen” y que eviten que el Presidente siga metiendo la pata. En el Instituto Patria le pegaban con saña a Santiago Cafiero porque no se mostraba, pero creen que en el fondo ésa era la estrategia de Alberto Fernández a quien, en su paranoia, acusan de haber sido al menos desleal en cuanto a no haber prestado atención, aunque mayormente suponen que algunas cosas las hizo con ánimo vengativo. Y como todavía no se le tiene confianza, deslizan, la batuta de la recuperación de los votantes la van a llevar adelante Juan Manzur y Aníbal Fernández.

Así, para encolumnar la gestión y la campaña (lo llaman “hacer política”) habrá conferencias de prensa a toda hora con anuncios de todo tipo, pero también se escucharán furibundas diatribas contra a la oposición. Más discretamente, Julián Domínguez buscará calmar a la Mesa de Enlace con el fin de la prohibición de exportar carne, mientras que el nuevo ministro de Educación le pondrá pilas a la vuelta a las clases.

Por el lado de la provincia de Buenos Aires –que es donde más se nota, aunque esa acción se repetirá en todo el país- en el Patria llegaron a la conclusión que los intendentes peronistas del Conurbano boicotearon la elección y que por eso la gente no fue a votar. La llegada a Martín Insaurralde a La Plata tiene por detrás una zanahoria inmensa para los jefes comunales, ya que muchos de ellos no podrán renovar mandato en 2023 porque una Ley del gobierno de María Eugenia Vidal limitó a dos períodos consecutivos su permanencia. Ese gap iba a ser aprovechado por La Cámpora para borrarlos del mapa y la inacción habría sido el mensaje (otra vez la paranoia). Hoy, se les asegura que la Justicia puede revertir la Ley y que Máximo Kirchner abandonó por ahora el territorio.

Después está el capítulo económico, en el que Martín Guzmán ha sido intervenido por Sergio Massa y por Máximo, ya que por exigencia de Cristina le harán cambiar el Presupuesto 2022 y terminar 2021con un déficit mayor y emisión alocada para sumarle plata en el bolsillo a todos y todas. Esta maniobra, que aceptarán porque las necesidades son acuciantes, serán pan para hoy y hambre para mañana, ya que los globos se inflan hasta que explotan.

La gente tiene muy en claro todo esto, algunos porque han vivido historias anteriores y otros porque se dan cuenta que la riqueza no puede salir de la nada, ya que sería muy sencillo tirar dinero desde un helicóptero. Finalmente, tomarán lo que les dan y ya se verá si finalmente es una compra de voluntades o si los ciudadanos votan por otra cosa que no sea esa ominosa dependencia. El voto secreto los protege.

Antes de la elección de 1946, Juan Perón le decía a los peones de campo: “si el patrón de la estancia cierra la tranquera con candado rómpanlo o corten el alambrado y pasen. Si el patrón los lleva a votar, acepten… y luego hagan su voluntad en el cuarto oscuro”. Perón fue Presidente y ahora sus hipotéticos descendientes políticos, progresistas de pico pero conservadores en su espíritu de aferrarse a los cargos, están en la vereda de enfrente buscando lo mismo, pero al revés. Cosas de la historia.

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