Las razones que llevaron a Manzur y a Jaldo a sellar una tregua

Las llamadas dominicales de Alberto Fernández descomprimieron las tensiones entre el gobernador y el vice. Una gestión tripartita.

ANTES DE PARTIR. Manzur recibió a Jaldo después de seis meses de desencuentros y de peleas políticas. Se reanudaron los contactos institucionales. ANTES DE PARTIR. Manzur recibió a Jaldo después de seis meses de desencuentros y de peleas políticas. Se reanudaron los contactos institucionales.

Lo que no pudo sellarse en seis meses se concretó en menos de 24 horas. Tres llamadas y cuatro mensajes por WhatsApp, entre las 18.30 y la medianoche del domingo, abrieron el camino para un pacto entre el gobernador en licencia, y desde ayer jefe de Gabinete de ministros, Juan Manzur, y el vicegobernador en ejercicio del Poder Ejecutivo, Osvaldo Jaldo. El mediador fue el presidente Alberto Fernández que, a través de varios de sus colaboradores, había intentado en vano torcer el rumbo de la conducción institucional de Tucumán. Jaldo agradeció el gesto presidencial. Ese mismo domingo Manzur llamó a su compañero de fórmula para sondear si los ánimos estaban menos caldeados para avanzar con un encuentro. “Confío en vos, Osvaldo. A ver si te venís la otra semana a Buenos Aires así charlamos”, le transmitió el jefe de Estado al vicegobernador.

Así, el propio Alberto Fernández evitó una escalada del conflicto en la provincia; permitió que Manzur se sumara a su gabinete y abrió las puertas al reencuentro entre los popes peronistas.

Lo de ayer por la mañana fue prácticamente una formalidad. Jaldo estaba en su oficina en la Legislatura esperando el decreto que disponía la licencia de Manzur como gobernador. Su secretaria le acercó el teléfono delante de algunos legisladores. “¿Cómo estás Juancito (la manera más acostumbrada del trato con el mandatario)?”, lanzó el presidente de la Cámara. “Ya voy para allá”, completó la comunicación telefónica. Cerca de las 10, subió las escalinatas de la Casa de Gobierno hacia el primer piso donde se encuentra el despacho de Manzur. Primero fue un diálogo a solas. Luego se sumaron el ahora presidente subrogante de la Legislatura, Sergio Mansilla, y el ministro del Interior, Miguel Acevedo. Hubo humo blanco.

Las tensiones se aflojaron, pero la pregunta quedó en la atmósfera oficialista: ¿por qué se arreglaron? Algunos argumentos:

• El presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, y el ahora ministro de Seguridad, Aníbal Fernández, habían intentado convencer a Jaldo que se sume al gobierno nacional para permitir un corrimiento de autoridades legislativas de tal manera que la Provincia siga en manos del manzurismo. Esos contactos no prosperaron.

• Ante los embates locales y nacionales, Jaldo se plantó este fin de semana y se aferró a lo que dictan dos artículos de la Constitución de la Provincia (87 y 91) que establecen que, en caso de ausencia o de licencia del gobernador, el vice es el reemplazante natural e interino hasta tanto el mandatario retorno a sus funciones.

• Manzur no pudo avanzar con el intento de designar a su reemplazante. Sus colaboradores estaban desorientados frente a la posibilidad de Jaldo se quedara con la conducción de la Provincia, después de una tensa interna, en el que se dijeron de todo.

• Ministros, legisladores, intendentes, concejales y dirigentes de Lealtad Peronista estaban preocupados y abatidos (algunos siguen en esa situación) frente a la intransigencia del jaldismo.

• El clima caldeado en Tucumán puso en vilo a la Casa Rosada, a horas de la asunción de Manzur como jefe de Gabinete. Alberto Fernández necesita del gobernador para intentar encarrilar la situación política y económica del país, mientras se busca mejorar los ánimos sociales para llegar a las elecciones del 14 de noviembre con otro clima electoral. El tucumano tiene los contactos para bajar los decibeles en el sindicalismo y entre el empresariado nacional. Paralelamente, la Nación quiso evitar que haya un rearmado de la oposición en la provincia en defensa de la Constitución tucumana ante los intentos manzuristas.

• Jaldo, a su vez, tampoco estaba en condiciones de tirar demasiado de la cuerda. Por eso cedió para la designación de Mansilla como principal autoridad de la Legislatura. Empate.

• El vicegobernador en ejercicio del Poder Ejecutivo está obligado a limar las asperezas para no causar más tensiones institucionales e ir disipando los temores que existen en el manzurismo.

• Las convocatorias se realizarán desde esta semana. Mañana habrá encuentros con algunos ministros. También con los intendentes y hasta con los jefes policiales.

• En todas las reuniones habrá tres referentes presentes: Jaldo, Mansilla y el vicepresidente primero de la Cámara, Regino Amado.

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