La familia lo dejó, el Estado no lo ayudó y fue acusado de homicidio

La familia lo dejó, el Estado no lo ayudó y fue acusado de homicidio

El adolescente de 16 años fue alojado en el Roca. Un desgarrador caso.

EN EL LUGAR DEL CRIMEN. Agentes del ECIF y de la Policía dialogan para analizar algunos aspectos del crimen del joven de Villa Mariano Moreno. EN EL LUGAR DEL CRIMEN. Agentes del ECIF y de la Policía dialogan para analizar algunos aspectos del crimen del joven de Villa Mariano Moreno.

M., con apenas 13 años, comenzó a ser institucionalizado por los conflictos que tenía con la Ley. Nadie se preocupó en sus avances y en sus retrocesos en los diferentes tratamientos a los que fue sometido durante varias oportunidades -el último, el año pasado-. Un chico más que fue expulsado por su familia por los problemas de adicción y desatendido por el Estado, que nunca logró restituirle los derechos que por ley le corresponden. Ayer, a los 16 años, el adolescente fue procesado por el crimen de un joven registrado el lunes en Villa Mariano Moreno.

El lunes a la mañana, Franco Emanuel Aballar (21) y su novia Micaela Menzeguez, salían de una fiesta que se había desarrollado en la casa de un amigo. En el trayecto fueron interceptados por Luis “El Mono” Soria y el adolescente. El primero le entregó a su amigo una tumbera y este le efectuó a Aballar un disparo en el pecho que causó la muerte casi de manera inmediata.

Soria se entregó a las autoridades por recomendación de su abogado, Carlos Garmendia, mientras que el menor de los imputados fue detenido por personal de Homicidios, al mando de los comisarios Juana Estequiño, Diego Bernachi y Jorge Dib, al sur de la ciudad, lejos de las casas donde dormía.

En la audiencia de formulación de cargos, la auxiliar fiscal, Luz Becerra, que actuó bajo las instrucciones del fiscal Ignacio López Bustos, acusó al adolescente de homicidio agravado por el uso de arma de fuego, y a su cómplice como partícipe necesario del homicidio, por haber entregado el arma. En forma clara y detallada enumeró todas las evidencias que tenía en contra de los dos imputados.

Entre ellas aparece el revelador testimonio de la novia de la víctima. La joven detalló que los acusados le “habían tirado la bronca” y después lo esperaron en su casa. “Los veo que venían con una arma larga. La hermana de uno de los acusados es amiga mía. Ella me mandó una foto donde se lo ve al ‘Mono’ con la misma arma que utilizó el chico para asesinar a Franco”, señaló. También dijo que el adolescente gatilló varias veces el arma durante la pelea, pero que no funcionó.

Gastón Lazarte y Cristina Menzeguez dijeron que los acusados, en realidad, quisieron robar una moto que se encontraba en el lugar donde se desencadenó el hecho. “Empezaron a forcejear porque Franco no iba a dejar que le quiten sus pertenencias”, explicó la cuñada de la víctima.

Varios golpes

En la audiencia, además de las cuestiones procesales, también se ventilaron los detalles de la vida del acusado de 16 años. Se descubrió, por ejemplo, que los primeros problemas que tuvo con la Ley datan de 2017 y, a partir de allí, tiene un extenso y doloroso pasar por diferentes instituciones que nada pudieron hacer por él.

El defensor de Niñez, Adolescencia y Capacidad Restringida, Rubén Barquet, señaló que en septiembre de 2019 la madre de M. se presentó en el fuero civil solicitando ayuda. “En ese momento había solicitado que no lo podía controlar por su adicción a las drogas. Logró que sea sometido a un tratamiento en el hospital Obarrio. En julio de 2020, después de haber tenido una mejoría, fue trasladado al Hogar Belgrano, de donde se terminó escapando”, indicó.

En el informe elaborado por los profesionales del Centro de Admisión y Derivación (CAD) se destacó que M. “durante los períodos de retiro de internación en el Belgrano se constata que el adolescente estaba en la casa de una vecina, quien no quiso brindar sus datos ni que se realice una medida excepcional como referente afectivo. El adolescente itineraba entre ese domicilio, el materno y la calle”. Esa mujer sería una tal “Mocha”, que fue señalada como la encargada de un “quiosco” de venta de drogas en ese sector de Las Talitas.

“La familia nuclear del adolescente está compuesta por su madre, su hermana y su abuela. El grupo familiar no es continente y ninguna de estas personas funciona como referente afectivo para él”, sostuvieron los profesionales. “Su madre lo expulsa continuamente, lo rechaza y reclama a las distintas instituciones del Estado que se responsabilicen por su cuidado. La misma encontró como única forma de poner límites a su hijo la solicitud de intervención del personal de la policía”, es otro fragmento que dejó enmudecidos a los participantes de la audiencia.

Los especialistas de la CAD también señalaron que “su historia está marcada por el desamparo y la expulsión del ámbito familiar, por lo que circuló entre las instituciones y la calle. Logró desarrollar herramientas de supervivencia, pero no encontró ninguna figura ni institución con la cual tenga una transferencia como para pedir ayuda”.

Becerra solicitó que se le dictara la prisión preventiva a ambos por seis meses, planteos que fueron rechazados por Garmendia (defensor de Soria) y Lucía Dantur, María de Los Ángeles Picón y Barquet (asistieron al adolescente). “Sería totalmente irresponsable no aceptar el planteo del MPF de que se ordene su traslado al Roca, pero no por ese plazo”, explicó Barquet.

El juez Federico Moeykens, después de escuchar a todas las partes, aceptó parcialmente el pedido, ya que aceptó dictarle la prisión preventiva al mayor, pero por tres meses, y medidas de coerción en contra del adolescente. Además, ordenó a la Dinayf que arbitre todos los medios necesarios para que profesionales asistan al menor.

Pregunta de una víctima: “¿cualquier persona porque se droga puede matar y salir varias veces?”

“Confiamos en la Justicia, pero me parece que deberían tener presente cómo es la familia de ese chico. Si la madre, que todo el barrio sabe cómo es su vida, no lo pudo controlar porque se drogaba, espero que no lo suelten en dos días, una semana, o dos meses, porque va a matar a otra persona”, explicó María Rosa Aballar, la hermana del joven asesinado. “¿Cualquier persona porque se droga puede matar y salir varias veces? Esa es la pregunta que quiero que me respondan todos los que están presentes en esta audiencia y que tanto hablaron ahora”, insistió la joven. El juez Federico Moeykens le explicó que ninguno de los que participaban de la audiencia le podían responder ese interrogante, pero sí estaban para escuchar sus palabras. “Bueno, esperamos que se investigue a fondo porque no tenemos dudas de que ellos son los que mataron a mi hermano”, concluyó Aballar.

Los problemas del acusado

Se articuló su regreso a las aulas, pero no se hizo nada después de que se confirmara que había informado sobre su deserción.

No lograron que el adolescente pudiera acceder a derechos básicos como educación, vivienda y salud. También abandonó el tratamiento psicológico.

Realizó tratamiento ambulatorio por sus adicciones. También fue atendido por sus conductas autoagresivas y por sus ideas de muerte.

No tenía una casa fija para vivir. Se dedicaba a recolectar material reciclable en distintas zonas que luego comercializaba.

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