La interna justicialista potenció el acarreo de votantes en Banda del Río Salí y en Alderetes

La interna justicialista potenció el acarreo de votantes en Banda del Río Salí y en Alderetes

Las escuelas estuvieron congestionadas de vehículos con inscripciones políticas.

La interna justicialista potenció el acarreo de votantes en Banda del Río Salí y en Alderetes

Los disgustos no faltaron, principalmente generados por la fila única que se implementó en las entradas a los establecimientos educativos de la provincia. Pero la interna peronista voló bajo en el día de los comicios en el este de la provincia, uno de los sectores más disputados por bloques jaldistas y manzuristas.

Autos y camionetas iban y venían llevando gente a votar. Autos y camionetas iban y venían llevando gente a votar.

“No hubo problemas por ahora, y ya no creo que pase nada realmente. A esta hora suele ser más agitado todo”, señaló Claudio L., quien esperaba fuera de la escuela Rincón del Este, de Alderetes, por su tío jubilado y por su prima, que padece un problema de movilidad según explicó. En el frente de su Chevrolet lucía un cartel con las siglas GRA y una numeración. El joven explicó que se trataba de un distintivo para los aliados de Jaldo, y que los convocaban para el traslado de sus familiares. “Soy el único que tiene auto en mi familia, por eso siempre estoy a disposición de mi tío por su situación. Yo sólo llevo a mi familia”, aclaró.

A lo largo de la cuadra, una larga fila de autos buscaba lugar para estacionar. La mayoría (familiares y choferes) sabían que les esperaba una larga espera. Ivana, por ejemplo, pasó por un kiosco luego de votar para comprarles un jugo a sus hijas. “Es raro este sistema, te amontonan en la fila y cuando estás a la escuela está vacío. Al final la gente se expone más (al covid) con este sistema”, consideró la vecina, refiriéndose a la cola que daba una vuelta completa a la escuela y que llegaba hasta la ruta alternativa de Alderetes. “Muy feo el sistema, mucha gente viene en familia a votar y los dejan pasar de 10 en 10, pero de ese número la mayoría enfila hacia la misma mesa y las demás quedan vacías”, consideró Omar Lobo.

La interna justicialista potenció el acarreo de votantes en Banda del Río Salí y en Alderetes

¿Y qué pasa con la interna? Nada. “Aquí todos se conocen, más que discusiones no va a pasar nada”, sostuvo Claudio, que aporta que en la radio acaba de escuchar que hubo disturbios en Concepción. “Lo que pasa es que tampoco les conviene dar esa imagen. La verdad esta elección está sorprendiendo por su tranquilidad, por ahora”, añadió Ivana.

Cansados de promesas

En Banda del Río Salí tampoco se habla de Juan Manzur ni de Osvaldo Jaldo (ni de otro candidato) a pesar de que las mesas con votos proliferan en las puertas de varias casas. En el barrio La Milagrosa, uno de los más carenciados de la zona, agradecen la “tranquilidad” de esta vuelta. En la puerta de un kiosco, el comerciante Martín Vaca discute el tema con un cliente, Antonio del Campo. “Veo a la gente desilusionada para ir a votar esta vez. Los candidatos son ´flojos´ y la pandemia lo vuelve peor, porque suma un riesgo”, dice el hombre que acaba de comprar una caja de cigarrillos. “Para este barrio nunca llega nada, los políticos no se acuerdan de nadie”, agrega del Campo.

“Sí Antonio, pero más que un cordón cuneta no pueden hacer si pasando esta cuadra ya todo está construido sobre terrenos fiscales y casi el lecho del río”, comenta el comerciante, que interviene al debate con su vecino y con LA GACETA.  “Podemos estar disconformes, pero la realidad es que la Banda es grande, y sí ha crecido un poco en la zona comercial”, agrega. Y del Campo discrepa de nuevo: “siempre es así, vienen a La Milagrosa, nos endulzan la oreja, ponen sus carteles y después no hay nada”.

Alejandra Mussa coincidió en que llamativamente, y contra todo pronóstico, la feroz interna tiene un perfil bajo en el día de elección. “En el barrio (La Milagrosa) no hubo problemas por ahora. Pero yo tengo que votar en Alderetes, espero que esté tranquilo el tema”, indicó la vecina, que sabe que la semana fue mucho más movida que el domingo. “Si está la compra de votos seguramente, eso existe. Todos hicieron cierre de campaña y pasaban los punteros ofreciendo los bolsones. Hay gente que seguramente los acepta, pero nunca viene un político en persona a este barrio”, argumentó la mujer, que espera que, gane quien gane, se mejore la seguridad de su barrio y la infraestructura de las calles. “Nos cansamos de las promesas mijo”, sintetizó Anita Villalba, otra vecina.  

En la pavimentada Costanera, la gente esperaba en un refugio de colectivos por la fila de autos y taxis. Sin sobresaltos, la escuela del barrio no estaba tan colapsada de gente en su entrada.

En la localidad de La Florida, la fila de votantes era quizás de las más ordenadas.  “Acá no recuerdo peleas, todos nos conocemos, sería una tontera pelearse por un político”, sintetizó el carnicero Leopoldo, a la salida de la escuela Juan Bascary. En la vereda, los choferes “rivales” conversaban. Algunos de los autos estacionados lucían el cartel de “Chicho” y otros de “OJG”. “Al cierre de las mesas quizás se desconozcan en otros lugares, pero aquí no creo”, comentó Víctor.

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