“¿Por qué no hay día del hombre?”

“¿Por qué no hay día del hombre?”

Las charlas sobre feminismo todavía incomodan porque cuestionan mucho de lo que hemos aprendido a lo largo de la vida y hoy conforman la estructura de nuestra sociedad: el hombre con muchos derechos y la mujer, por debajo, con muchos menos.

Cuando hablamos de desigualdad entre los hombres y las mujeres se escuchan numerosas respuestas como las de este título que cuestionan, inclusive, la desigualdad en la que vivimos. “¡Feliz Día de la Mujer!”, dicen algunos y otros preguntan: “¿Por qué no hay día del hombre?”.

Para tener claro el concepto y partir desde ahí retomemos el término “feminismo”. Según la RAE, es una “doctrina social favorable a la mujer, a quien concede capacidad y derechos reservados antes a los hombres. Movimiento que exige para las mujeres iguales derechos que para los hombres”.

Existen así, muchos pensamientos erróneos sobre lo que significa pensar en clave feminista. A diario escuchamos algunas frases que buscan “retrucar” a esta doctrina, sin fundamento. Estas frases se repiten en conversaciones y son muy pocos quienes se sumergen en la tarea de militar las respuestas que requieren para tener mayor claridad al respecto.

“Yo no soy feminista ni machista, porque creo en la igualdad”. Si esto es así, te cuento que sí sos feminista. Mientras el machismo promueve la superioridad del hombre por sobre la mujer, el feminismo busca la igualdad. Como explican muchas especialistas, no existe un movimiento que defienda la supremacía de la mujer por sobre el hombre y por esto el feminismo incomoda. ¿Te parte un poquito el corazón que una mujer no pueda organizarse con las miles de tareas de cuidado y del hogar y busque ser la mejor profesional en su trabajo? Sos feminista.

“El feminismo es una moda”. El movimiento feminista lleva siglos gestándose y movilizándose, siempre en su contexto y en los lugares que pudo ocupar. En esta columna citamos reiteradas veces a grandes autoras como Virginia Woolf (1882 -1941) o Simone de Beauvoir (1908 – 1986) quienes escribieron varios ensayos al respecto. Sí es cierto que hoy, luego de mucho tiempo de gestarse “en las sombras” salió a la luz y es un tema en la agenda de gobiernos y medios.

“Yo soy feminista porque ayudo en casa”. Ayudar es hacer algo de manera desinteresada para aliviarle el trabajo a otra persona. No es equitativo, es más bien un gesto solidario. Las tareas de la casa, del cuidado y crianza de hijos, si son compartidas, son responsabilidad de ambos mapadres. Es algo compartido que implica mucho diálogo y gestiones de ambos lados.

“Hoy no se puede decir nada, ni un piropo, ni un chiste, todo es machismo”. Es cierto. Hoy aprendimos que la palabra construye, la palabra hiere entonces, si comenzamos a decir “basta” a algunas cuestiones que estaban naturalizadas y comenzamos a señalarlas, ¿no será que es momento de escuchar? Caminar por la calle tranquilas, sin recibir invitaciones o comentarios de desconocidos, es un derecho de todos. Y si los chistes no se aceptan ¿no querrá decir que no hacen gracia? Cambiar pasa por desactivar los machismos con forma de chiste. Hay que reconocer que las cosas están cambiando, el camino es por ahí.

“Las mujeres también violan y matan”. Ocurre, lamentablemente. Pero lo que señala el feminismo es que a las mujeres las matan por el hecho de ser mujeres. Es estadístico, si se quiere. Según un relevamiento del Observatorio de Femicidios de la Defensoría del Pueblo de la Nación (Ofdpn) este año hubo al menos 137 femicidios, es decir que una mujer muere en manos de un hombre cada 31 horas en nuestro país.

¿Sos de los que utiliza el término ‘Feminazi’? Comparar al nacional socialismo que gobernó Alemania durante 1933 y 1945, con todas sus consecuencias… ¿no será mucho? El feminismo no es radical porque tiene cientos de matices. Como seres humanos, las mujeres feministas están repletas de incoherencias y buscan por todos los medios no perpetuar conductas machistas que deben cuestionarse día a día. Es por esto que la búsqueda por la igualdad de derechos es un camino largo y debemos transitarlo entre todos.

Entonces, ¿por qué no hay día del hombre? No hay día del hombre porque la mujer recién votó 39 años después que los hombres, porque mucho antes no se les permitía estudiar ni ejercer una profesión, porque las tareas de cuidado y del hogar siempre fueron destinadas a ellas y se las consideró –y considera aún- seres inferiores. Mientras que los hombres no son discriminados por el mero hecho de ser hombres.

Entonces, para ser feminista –y esto va para hombres y mujeres- el primer paso es ser sororo: escuchar y respetar a las demás mujeres como si fueran tus hermanas: a veces no compartís cosas con ellas, pero las aceptás. No criticarlas, cuestionarlas ni mucho menos juzgar sus decisiones con respecto a la familia o a los roles que elijan dentro de la sociedad. ¿Pelear por el afecto de un hombre? No, eso nunca más.

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