¿Qué hay detrás de los incendios forestales?

¿Qué hay detrás de los incendios forestales?

Los bomberos están recibiendo cada vez más denuncias. Se vienen días críticos por la sequía y por el pronóstico de viento zonda. Hay muchas imprudencias y falta de previsiones.

¿Qué hay detrás de los incendios forestales?

Humo en el aire y en las gargantas. Ojos que sólo ven lenguas de fuego. El viento que arrastra el calor del cerro que arde. Los bomberos todavía tienen las imágenes vívidas de las horas de trabajo sin descanso para apagar las llamas en San Javier, en octubre del año pasado. Saben que se vienen días difíciles de sequía y de viento Zonda. Y que cualquier imprudencia puede causar un incendio.

Y si hay algo que sobra son los descuidos, según pueden observar quienes recorren frecuentemente los cerros para hacer ejercicios. “El sábado a la mañana nos llevamos una tremenda sorpresa en el sendero Cuesta Vieja, del Parque Nacional Sierra de San Javier. Había dos velas prendidas en una especie de ofrenda. Estaba lleno de botellas de vino y de basura. ¡En plena época de riesgo de incendios no se puede hacer algo así. Es un atentado!”, describió Eugenia Salas Oroño, que también protestó en las redes sociales por la falta de controles. “No vi ni un guardaparque en los senderos. Cuando hice el reclamo, me informaron que llegaba a las 14”, explicó.

Esa escena no le sorprende al jefe del cuartel de Bomberos Voluntarios de Yerba Buena, Hernán Rodríguez Salazar. Ya les ha pasado en otras oportunidades tener que apagar incendios que se iniciaron por distintos tipos de rituales en los que prenden velas. “Hemos encontrado botellas, bandejas y velas en cañaverales y cerca de pastizales quemados”, precisó.

La situación preocupa a quienes trabajan para prevenir incendios forestales, ya que estos siniestros se triplicaron en el último año en nuestra provincia. Hasta 2019, se registraban unos 100 focos anuales. Y el año pasado ocurrieron 327; el 90% desde julio a diciembre, de acuerdo a los datos de la Dirección Provincial de Defensa Civil que dirige el ingeniero Fernando Torres.

Las cifras indican que durante el último año se denunciaron 3.371 incendios. Eso da un promedio de nueve siniestros por día, el doble que el año anterior. La gran mayoría de las intervenciones que tiene la repartición se debe a la quema de cañaverales (33%) y de pastizales (24%) y por incendios forestales (10%).

¿Qué está pasando?

Las explicaciones más comunes de los incendios en lugares donde hay mucha vegetación son: el combustible seco, originado en ramas quebradas, y también la hojarasca, que si bien aún no está lista para encenderse, en dos semanas irá perdiendo humedad cuando las temperaturas estén por encima de los 25 grados, anticipa Ricardo Grau, director del Instituto de Ecología Regional, que depende de la UNT y del Concejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet). Las proyecciones indican que pueden aumentar los eventos de incendios también por el pronóstico de viento Zonda (seco y cálido) y de sequía (no habrá lluvias este mes y las precipitaciones de septiembre y octubre estarán por debajo del promedio normal).

Por otro lado, según Grau, se ve que no hay un sistema maduro y sofisticado de detección y prevención de incendios en la provincia. “Si bien el año pasado se actuó eficazmente, podríamos tener más y mejores recursos para el manejo del fuego. La detección temprana y actuar a tiempo permitiría que los daños sean mucho menores. Asimismo, es necesario tener un sistema que pueda cuantificar el nivel de riesgo, con modelos en base a información satelital”, resaltó.

El experto piensa que hay más denuncias de incendios porque las personas tomaron más conciencia sobre esto, en parte gracias a las redes sociales. “Es importante comenzar a anticiparse a una nueva temporada de fuegos primaverales. Ya se registraron algunas quemas importantes de pastizales (por ejemplo, cerca de 300 hectáreas en el Carapunco, Tafí del Valle) y en algunas áreas pedemontanas. Hay sectores de yungas que tienen acumulado combustible seco”, puntualizó.

Según el mapa de evaluación de peligros y alerta temprana por incendios -elaborado por el Servicio Nacional de Manejo del Fuego, Tucumán está en rojo. En el último mes se registraron 51 siniestros, el más importante en cuanto a superficie afectada ocurrió en y El Cava/Las Higueras donde se quemaron 120 hectáreas.

Negligencia

Rodríguez Salazar, de los Bomberos Voluntarios de Yerba Buena, contó que el cuartel ya tiene entre una y dos salidas diarias por incendios de pastizales y cañaverales. Según su experiencia, detrás de las quemas las conductas más comunes tienen que ver con la negligencia. Además de la gente que hace diferentes rituales poniendo en riesgo la naturaleza, hay otros hechos que son un peligro: hacer asados, tirar colillas de cigarrillos e incluso hay personas que prenden fuego en forma intencional. “Hay mucha falta de conocimiento sobre las consecuencias en el medio ambiente, y por sobre todo en el efecto nocivo que produce en la salud de los bomberos”, especificó.

Los incendios ponen en peligro la naturaleza y también muchas veces están en riesgo las poblaciones cercanas. Asimismo, pueden afectar las redes de tendido eléctrico y dejar sin energía a miles de usuarios.

Otra situación que favorece a que haya incendios: que se labren muy pocas multas o ninguna. Si bien hay sanciones para quienes inicien una quema, no es fácil identificar a los responsables. La quema de caña, por ejemplo, es un delito. Y sin embargo la cantidad de causas por esto son insuficientes.

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