Los juegos de Tokio nos abren los ojos

Los juegos de Tokio nos abren los ojos

Para muchos es un placer encender la TV y disfrutar las proezas de los mejores atletas del mundo. La tecnología en las transmisiones nos hace poder disfrutar, en vivo y en directo y en calidad HD, de las performances más destacadas en cada uno de los deportes.

Lo que se vive en el campo de juego tiene su correlación inmediata en las redes sociales. Allí, los jugadores hacen balances, agradecen e inspiran. Y los mortales que solo soñamos con batir algún record mundial, observamos, escuchamos.

En ese ir y venir, los juegos de Tokio nos abren los ojos y nos muestran que todavía nos falta mucho camino para recorrer y poder deconstruirnos como sociedad.

La arquera surcoreana An San rompió un récord olímpico y ganó tres medallas de oro esta semana. ¿No es genial lo que hizo? ¡Es increíble! Sin embargo, en su país se habla más sobre su pelo corto. En las redes sociales, recibió cientos de ataques por atreverse a llevar una melena corta. A los ataques, hubo respuestas: de más de 6.000 fotografías de otras mujeres con el mismo look y otros 1.500 mensajes en la página web de la Asociación Coreana de Tiro con Arco denunciando el sexismo de quienes estaban agrediendo a la joven arquera dueña del oro. En Corea, cientos de mujeres son violentadas por actuar de manera “feminista”. “No te entrenamos ni te dimos de comer con el dinero de nuestros impuestos para que hicieras actos feministas”, le escribieron a la deportista. Otros usuarios le preguntaron directamente por qué decidió cortarse el pelo. “Porque es cómodo”, respondió aunque esa respuesta sincera no haya podido frenar la ola de insultos.

Kim Gaucher (Canadá) y Ona Carbonell (España) se convirtieron en dos de las muchas deportistas que levantaron su voz para visibilizar las tareas de cuidado y lactancia en quienes compiten. Las dos publicaron videos en sus redes sociales contando las negativas que recibieron por parte de la organización de los Juegos Olímpicos de Tokio para que puedan llevar a sus hijos y no cortar la etapa de lactancia, a pesar de la pandemia. Mientras los participantes arribaban a la ciudad el Comité Olímpico aceptó que las atletas puedan viajar con su hija o hijo lactante y un adulto pero para algunas, como el caso de la nadadora española, la decisión llegó tarde: “La voy a pasar mal. Tendré que estar 20 días sacándome leche y rogando que, cuando vuelva, mi hijo siga prendido al pecho, que es algo que me interesa. Contando nuestra situación queremos hacer visible algo que es normal y debería serlo, pero que no lo es”, dijo Carbonell en Instagram mientras explicaba las dificultades de llevar a su hijo Kai a Tokio y por qué decidía no hacerlo. “Esperamos que esto sirva para los próximas ediciones de los Juegos”, concluyó.

Por último, uno de los casos más resonantes en el mundo del deporte, previo a los Juegos Olímpicos, se relaciona con el vestuario que deben utilizar las jugadoras. Primero fue la rebelión encabezada la selección noruega de vóley playero contra el uniforme reglamentario: las bombachas y top, al estilo bikini, que lo conforman. Sus pares varones usan unos cómodos y amplios bermudas y remeras al estilo “sudaderas”, pero a ellas, las obligan a usar "bikinis inferiores con talla ajustada y corte en ángulo ascendente hacia la parte superior de la pierna. El lado ancho debe ser de un máximo de 10 centímetros", según indica el reglamento. Las jugadoras se negaron a utilizarlo durante el campeonato europeo y fueron castigadas con una multa. "Estoy muy orgullosa del equipo femenino de balonmano de Noruega por protestar contra las reglas sexistas sobre su uniforme", declaró la cantante Pink en Twitter y agregó: "La Federación Europea de Balonmano debe ser multada por sexismo. Bien por ustedes, señoras. Estaré feliz de pagar las multas por ustedes. Seguid así", concluyó sobre la multa de 1471 dólares, según publicó la BBC.

Las gimnastas alemanas también decidieron sentar un precedente contra el sexismo de los uniformes en esta edición de los populares Juegos Olímpicos. En sus pruebas, utilizaron mallas enterizas: "Cada mujer y todo el mundo debería poder decidir lo que ponerse", dijo Pauline Schäfer durante su prueba, el pasado 25 de julio. Otro caso similar fue el de Olivia Breen, atleta paralímpica del Reino Unido quien fue criticada por una de las juezas de un campeonato inglés por llevar una parte de abajo inapropiada y demasiado corta, según indicó CNN en español.

Para algunos deportes o disciplinas los trajes de las mujeres son “muy reveladores” y para otros pareciera que no lo suficiente. Los deportistas varones parecieran no responsabilizarse por las tareas de cuidado o su paternidad. (¿Algunas vez les preguntaron sobre con quién quedaban sus hijos o cómo se organizaban durante los días de competencia?)

Aunque el porcentaje de mujeres deportistas subió al 49% frente al 45% de los Juegos de Río de Janeiro en 2016, la cifra no indica o representa mayor igualdad en cuestiones básicas y relacionadas a las diferencias de roles sociales y culturales entre mujeres y varones. Algo para pensar y empezar a cambiar, de cara a los Juegos de París de 2024.

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