Enseñanza del folclore en la Universidad Tecnológica

Enseñanza del folclore en la Universidad Tecnológica

A menudo se suele creer que es solo música, canto y danza, pero también es artesanía, leyendas, gastronomía, religiosidad, costumbres, la literatura, la antropología. El folclore está íntimamente ligado con la identidad porque es una raíz de nuestra cultura. El próximo 23 de agosto se recordarán el Día Mundial del Folclore y el Día del Folclore Argentino.

Hace pocos días, se lanzó oficialmente la primera Diplomatura en Folklore, Identidad y Sociedad, producto de un convenio que firmaron en octubre pasado la Universidad Tecnológica Nacional, Facultad Regional Tucumán, y la Academia Nacional del Folklore, que se dictará en la modalidad virtual y está dirigida a un amplio espectro de profesionales. “Esta diplomatura es una posibilidad de que no tan solo para nuestros estudiantes que tengan la oportunidad de aproximarse a esta parte cultural, sino al público en general. La importancia es que la universidad, aparte de ser de ciencias duras, también brinda a la comunidad este costado cultural, como es el folklore, a través de profesores de primerísimo nivel nacional. Nos sentimos orgullosos de poder concretarlo”, dijo el decano de esa casa de altos estudios, Fabián Soria.

El presidente de la Academia, Antonio Rodríguez Villar, señaló que se dará una formación integral. “Es fundamental reconstruir el árbol genealógico, que nos posibilite reafirmar y revalorizar nuestras raíces nacionales y latinoamericanas, y despertar sentido de pertenencia y amor hacia nuestra identidad”. Desde 2013, la Academia venía impulsando en el Congreso Nacional acerca de la enseñanza del folclore en las escuelas, proyecto que la Cámara de Diputados convirtió finalmente en ley en noviembre de 2019. “El niño se nutre de la cultura tradicional a partir de ese saber transmitido por la experiencia, en forma oral y a través de las generaciones, de las que recibe diferentes formas y modos de satisfacer sus necesidades de tipo material, social y espiritual”, afirmó en esa ocasión Rodríguez Villar.

En Tucumán hubo algunos intentos educativos para que los escolares tuvieran acceso a las expresiones folclóricas. El pensador tucumano Alberto Rougés escribió en los años ‘30: “para que la educación pública no siga fracasando en materia de formación cultural es necesario que se comprenda que el objetivo esencial de esta debe ser formar, en la medida de lo posible, creadores de cultura y un público para estos, capaz de apreciar la creación, de amarla y, por ahí, de incorporarla a la vida espiritual de un pueblo... ese fondo emocional y valorativo es parte esencial de la personalidad de un pueblo, hace del pasado, presente y futuro de este, un todo espiritual. En él nace el niño a la vida consciente, arrullado por canciones de cuna. El arte tradicional, gran pedagogo, le enseña luego rimas infantiles, cuentos, adivinanzas, villancicos, romancillos, el canto jubiloso, vivificante del espíritu, que el niño entona en sus juegos espontáneos, y que no se deja entrar a la escuela, para reemplazarlo por otro, extraño a la sensibilidad del alumno, que este no canta sino en clase”. En diciembre de 2016, la Legislatura provincial sancionó una iniciativa que promovía la enseñanza del folclore en todos los niveles del sistema educativo, sin embargo, parece haber quedado en una expresión de deseo.

Nos parece positivo que una universidad dedicada a las ciencias duras, se interese por promover la cultura entre sus estudiantes y al mismo tiempo, ser un vehículo para llegar a otros sectores de la sociedad. El estudio del folclore contribuye a fortalecer nuestra identidad, a valorarnos y querernos más como pueblo, sin caer en falsos nacionalismos.

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