Por Homero Terán Nougués
20 Julio 2021
LARGA FILA. Tucumanos de diferentes edades hacen fila fuera de un centro de vacunación. LA GACETA
Los adolescentes de 18 y 19 años pudieron ir ayer hasta los nodos de vacunación para recibir la primera dosis de la vacuna contra la Covid-19. Para estar protegidos ante el virus, para cuidar a los adultos mayores o para la vuelta de las clases presenciales son algunas de las razones que esgrimieron los jóvenes que tomaron la decisión de vacunarse. Lejos de la rebeldía que supone la edad, fueron muchos los que se acercaron a los nodos para ser inoculados.
“La vacunación va muy bien, van a esta hora vacunados 2.187 jóvenes de 18 y 19 años de los 24.826 inscriptos. Vamos vacunando, además, 41.661 jóvenes de 20 a 24 años y 71.653 de 25 a 29”, precisó Luis Medina Ruiz, secretario Ejecutivo Médico del Sistema Provincial de Salud (Siprosa).
Tomás, de 20, y su hermano Agustín (18), llegaron pasado el mediodía al nodo de vacunación ubicado en la avenida Fanzolato, en Yerba Buena, para vacunarse. “Más que nada no es por nosotros sino por nuestra familia. Por nuestros abuelos y padres, para no tener que pasar por una situación fea si los contagiamos”, dijo el mayor de los dos a LA GACETA, y agregó que otro factor que les preocupaba y por el cual querían vacunarse era el hecho de que su madre trabaja en el área de Salud.
“Muy pocos amigos no quieren vacunarse, por suerte pocos”, señaló Tomás.
Francisco Ortega, de 19 años, fue otro de los jóvenes que asistió al nodo de vacunación de Yerba Buena para recibir la primera dosis de la vacuna Sinopharm. En su caso la principal razón que lo llevó a vacunarse era el deseo por la vuelta a las clases presenciales en la facultad.
“La verdad que el tema de la virtualidad no nos está ayudando mucho... Quiero que las clases presenciales vuelvan lo antes posible”, contó el joven estudiante de Ciencia de la Comunicación.
“No tengo muchos amigos que no quieran vacunarse, todos se vacunaron”, afirmó.
Matías Albornoz tiene 18 años y sacó turno para vacunarse. En su caso el turno es el 29 de este mes y deberá esperar hasta entonces. Sin embargo, le dijo a LA GACETA que todos sus amigos quieren vacunarse y explicó las razones de su decisión: “en lo personal principalmente me quiero vacunar por mis papás ya que son de mayor riesgo, y por otro lado para andar más tranquilo y que todo esto se termine lo más rápido posible”.
Antes de las 14 de ayer más de 300 adolescentes, del rango etario que cubre los 18 y 19 años, ya se habían acercado hasta la Fanzolato para recibir la primera dosis de la vacuna.
“Tenemos 500 turnos por día para vacunar a los chicos de esa edad. Pero hay que tener un poco más de cuidado porque la vacunación es a partir de los 18 años cumplidos y se presta a confusión porque muchos se inscribieron teniendo 17 porque el sistema lo permite”, indicó Roxana Cercano, coordinadora de Enfermería del nodo que está en Yerba Buena.
Además, los chicos no estaban solos a la hora de recibir la vacuna. A su alrededor había gente de casi todas las edades porque también acudieron quienes ya esperaron más de 30 días desde la primera dosis de AstraZéneca y fueron por la segunda dosis, quienes se vacunaron con Sputnik V hasta el 12 de abril y deben recibir el segundo componente, o los mayores que por distintas razones aún no fueron inoculados y se acercaron para ponerse la primera dosis.
Pese a la rebeldía por la que pasan los jóvenes que aún no salieron de la adolescencia, la vacunación de los chicos de 18 y 19 años pareció ser más exitosa de lo esperado. Medina Ruiz es optimista y advierte que en el grupo donde hubo mayor temor a la vacunación se manifestó en las personas que superan los 30 años, aunque tampoco es para alarmarse. “Hay una percepción de resistencia a vacunarse en este grupo etario, de todos modos hoy tenemos entre 30 y 34 años a 78.378 inscriptos y 69.742 vacunados. O sea el 89% de los inscriptos ya fueron vacunados”, aseguró.
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