Se amplía el corredor gastronómico de la Santa Fe

Se amplía el corredor gastronómico de la Santa Fe

Nuevos locales comerciales, todos vinculados a la gastronomía, están cambiando por completo la Santa Fe al 400.

UNA TENTACIÓN. La cuadra se está especializando en productos gourmet. la gaceta / fotos de ines quinteros orio UNA TENTACIÓN. La cuadra se está especializando en productos gourmet. la gaceta / fotos de ines quinteros orio

No hay un peatón que no se pare un par de minutos frente al mural que está pintando Luciano Reynoso, en la Santa Fe al 400. “Felicitaciones, está quedando hermoso”. “Realmente dan ganas de pasar por aquí, muy lindo”. “Le hacía falta color a esta calle, muchas gracias, lo felicito”. Reynoso, un retratista que eventualmente pinta murales a gran escala, recibe los “piropos” pero con modestia aclara que ni el diseño ni la idea son de él, pero se toma el tiempo de conversar con los vecinos y contar un poco de su historia.

Reynoso terminó de pintar ese mural en uno de los muros del predio donde funcionan el colegio Sagrada Familia y el instituto Madre Mercedes Pacheco, que pertenece a la congregación de las Misioneras Catequistas de Cristo Rey, en la esquina de Santa Fe y Laprida. Se trata de un nuevo impulso para que esa cuadra continúe convirtiéndose en una extensión del corredor gastronómico que inicia en la cuadra anterior, en la Santa Fe al 500, frente a la plaza Urquiza.

En los últimos meses se han instalado en esa cuadra al menos tres locales vinculados a la gastronomía que se suman a un cuarto que ya tiene más carrera: Fafá, una charcutería y tienda gourmet; Mumina, una pastelería y café; Tienda de Pollo, una “boutique” de pollos y Organic Market, tienda de productos saludables, conforman el menú de este paseo que toma más vida cada día.

“Creo que necesariamente va camino a ser una continuación del circuito gastronómico de esa zona. La cuadra está hermosa, los locales también, son todos de la misma onda, tiendas chicas con productos gourmet. El cambio es muy grande respecto de años anteriores, era una cuadra oscura que no te invitaba a circular”, dice Facundo García Pinto, quien desembarcó hace un mes con una sucursal de su tienda Fafá. “La cuadra me gustó, nos recibió muy bien, se ve mucho futuro aquí y una de nuestras intenciones es contagiar a los emprendedores, que se animen a invertir en la zona. Yo me imagino cómo quedaría con unos decks que desborden a la calle, como en la Santa Fe al 500”, visualiza.

Antes y ahora

A los locales comerciales que le dieron otro dinamismo a la zona, que funcionan como imanes para que los vecinos se paren a ver vidrieras, charlar y compartir, se le sumó desde la semana pasada un mural de flores que ilumina todavía más el paseo, en la esquina con Laprida.

“Queríamos darles a los vecinos una sorpresa, un toque distinto. Era una idea que tuvimos antes de la pandemia, de hacer murales para cambiar algunas zonas de la ciudad y esta era una de ellas”, explica Eduardo Verón, concejal capitalino por Fuerza Republicana, pero además arquitecto y encargado del mantenimiento edilicio de la congregación desde hace décadas.

“Esa esquina antes era un basural, hicimos ese altarcito de la Virgen de Guadalupe y vimos un cambio inmediato, la gente empezó a respetar y luego revalorizamos la el sector de Laprida. Con el mural recuperamos ese muro que estaba muy deteriorado y aprovechamos para sumar algo de vida y de color”, apuntó.

EL MURAL. La semana pasada, el artista plástico Luciano Reynoso llenó de color uno de los muros de la congregación de Cristo Rey, en la esquina de Santa Fe y Laprida. EL MURAL. La semana pasada, el artista plástico Luciano Reynoso llenó de color uno de los muros de la congregación de Cristo Rey, en la esquina de Santa Fe y Laprida.

Verón recorrió parte de la historia de esa propiedad que sufrió los vaivenes políticos de Tucumán. “El edificio data de 1890. La congregación de la madre Mercedes Pacheco instaló primero allí un hogar de niñas desamparadas. Hacia 1960 las hermanas coordinaban un enorme trabajo ahí, donde funcionaba además una escuela de artes y oficios: ahí había talleres donde se cosían todas las sábanas para los hospitales de Tucumán. Con eso se mantenía prácticamente toda la misión de la congregación, y el edificio también. Pero ese año, 1960, les quitan a las hermanas el trabajo de costura para los hospitales y comienza la decadencia”, contó Verón.

Las dificultades para mantener esa mole gigantesca de prácticamente una manzana se hicieron ver en el deterioro del edificio, que durante varios años estuvo cerrado. “Durante 52 años estuvo cerrado el colegio, y se reabrió una parte recién en 2010, por una serie de arreglos. Las refacciones para ponerlo en pie habían comenzado antes, en 1999, pero todo lo que se hizo fue siempre a pulmón, con rifas, locros y todo tipo de actividades que hicieron las hermanas hasta que pudimos construir esos locales comerciales”, detalló.

En estudio

En la Municipalidad ven aún como incipiente el corredor que se está gestando, pero aseguran que está en análisis hacer alguna intervención, al igual que en otras zonas.

“Tenemos varias cosas en estudio. Hay muchas ideas e intenciones dando vueltas. Está en marcha el programa ‘Café en la plaza’, y se están estudiando posibles reformas en la Urquiza y en la Alberdi por ejemplo, que se puedan poner mesas y sillas en la plaza. Pero esa cuadra en particular tiene aún otras características, no es una zona tan definida de bares como sí lo es la cuadra anterior”, explicó Alfredo Toscano, secretario de Obras Públicas.

El criterio, según detalló, sería consolidar algunas zonas que se reconfiguraron con la pandemia, como el caso de la plaza Urquiza con los bares instalados en las plazas y, en otros, desarrollar una nueva propuesta, pero siempre en los casos que haya un mayor volumen de locales gastronómicos. “Nos parece mucho instalar un deck por uno o dos bares”, definió el funcionario, aunque confirmó que sí es una cuadra que está en carpeta.

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