La crisis sanitaria no debe entrar en la puja política

La crisis sanitaria no debe entrar en la puja política

La Argentina afronta un escenario de contradicciones con relación a la pandemia de coronavirus.Por un lado, el país sufre por el drama que generó la enfermedad, tanto desde el punto de vista sanitario como desde lo económico.

Por el otro, el avance de la campaña de vacunación y el leve descenso en el nivel de ocupación de camas generan expectativas en cuanto a la posibilidad de superar –al menos de manera provisoria- la crisis epidemiológica por la covid-19.

A las puertas del inicio de las campañas por las elecciones de este año, en ciertos sectores de la dirigencia política probablemente se vean tentados de utilizar estos extremos para usufructuar su posición ante la ciudadanía. Tal camino sería errado. La covid-19 no distingue “grietas” ni internas.

Por el contrario: lo valioso sería encontrar un punto de equilibrio para que, sin perder de vista los devastadores efectos de la pandemia, se pueda edificar sobre la base de las “pequeñas victorias” obtenidas en la batalla contra el virus.

Los datos duros de la realidad dan cuenta de la magnitud que tuvieron la primera y la segunda ola en el país y, por supuesto, en Tucumán. Esta semana, la Argentina superó las 100.000 muertes como consecuencia de la covid-19. En esta provincia, en tanto, casi 2.900 personas fallecieron en el último año y medio producto de esta enfermedad. Todo esto, cuando en estas latitudes todavía no se ha propagado la variante “Delta”, que ha afectado sobremanera otros lugares del mundo.

En el medio, la economía arrastra indicadores críticos. El Indec calcula que la inflación en el primer semestre de 2021 ha superado el 25%. En Tucumán, los alimentos y las bebidas no alcohólicas subieron el 57,43% en el último año, según el Índice de Precios al Consumidor que elabora la Dirección de Estadísticas de la Provincia. Los recientes incrementos en el valor del dólar blue no son demasiado alentadores. La población está habituada a ver cómo luego estos “saltos” en la divisa estadounidense son trasladados luego al costo de vida. En un país que tiene cuatro de cada 10 habitantes por debajo de la línea de la pobreza, estos datos resultan preocupantes.

En contrapartida, el anuncio presidencial de que para septiembre se habrá vacunado a todos los argentinos genera esperanzas. En Tucumán, unas 800.000 personas han recibido la primera dosis, en el marco de la campaña de inmunización contra el virus, y 200.000 han completado el tratamiento con la segunda aplicación. Además, se abrió la inscripción para que los jóvenes de 18 y de 19 años puedan acceder a la inoculación.

El efecto del plan de vacunación no ha impactado tanto en la cifra de contagios diarios, pero sí ha permitido un descenso en el nivel de ocupación de camas para pacientes críticos, según los anuncios oficiales.

Los indicadores sanitarios, en ese sentido, han dado lugar a medidas de alivio para determinados sectores. Entre ellas, la extensión del horario de atención al público en los locales gastronómicos de San Miguel de Tucumán, que sumaron valiosos 60 minutos más de trabajo en cada jornada. Mientras tanto, se ha flexibilizado el turismo –sobre todo a nivel regional-, y crece la expectativa por el reinicio de las actividades deportivas, culturales y recreativas en la provincia.

Con el cronograma electoral de este año en marcha, en la balanza de los argentinos pesan tanto los dramas que acentuó la pandemia como la esperanza por superar la crisis. La dirigencia política, y la sociedad en general, están entonces ante el desafío de lograr que ambas cuestiones sean valoradas y consideradas en su justa medida.

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