Biocombustibles: previsibilidad para unos, mala señal para otros

Biocombustibles: previsibilidad para unos, mala señal para otros

Se aprobó la nueva norma en el Senado con 43 votos positivos y 19 negativos. Se mantiene el corte del 12% de naftas con el bioetanol.

EXPANSIÓN. Ponderan que la previsibilidad de la nueva ley incentivará a invertir en las plantas bioenergéticas y se generarán más puestos de trabajo.  EXPANSIÓN. Ponderan que la previsibilidad de la nueva ley incentivará a invertir en las plantas bioenergéticas y se generarán más puestos de trabajo.

Un largo camino recorrió el proyecto de la nueva Ley de Biocombustibles que el Senado sancionó en la madrugada de ayer. La iniciativa oficial obtuvo en la votación 43 votos positivos, 19 negativos y 0 abstenciones. En general, la norma aprobada mantiene el corte obligatorio de bioetanol del 12% para las naftas -en 6% para la caña de azúcar y 6% para el maíz-, es decir, no lo aumenta pero mantiene los porcentajes de la ley anterior; pero reduce al 5% (actualmente estaba en 10%) el corte obligatorio de biodiésel para el gasoil.

La norma tendrá vigencia hasta el 31 de diciembre de 2030 y se habilita al Poder Ejecutivo Nacional a otorgar una prorroga única por 5 años. La ley se aprobó con el apoyo del Frente de Todos y los aliados Magdalena Solari Quintana y Alberto Weretilneck. Mientras que Juntos por el Cambio y el interbloque Parlamentario Federal se opusieron. Igual a lo que sucedió en Diputados, un puñado de legisladores de la principal bancada opositora, representantes de provincias azucareras, votaron positivamente: fueron la tucumana Silvia Elías de Pérez (UCR); y los jujeños Mario Fiad (UCR) y Silvia Giacoppo (UCR).

No pasó desapercibido que los pampeanos oficialistas Norma Durango y Daniel Lovera se abstuvieron en el artículo 8 -referido a los cortes-, que se votó por separado. Es que las provincias productoras de granos consideran que los perjudica la reducción del corte de biodiesel, y hablan de un “lobby petrolero”.

El debate

Durante el debate, el oficialista Rubén Uñac recordó que el Senado votó en 2020 la prórroga de la Ley 26.093 (aún con prórroga), pero que en Diputados consideraron “la necesidad de una reforma más profunda”. Cabe señalar que esta norma regirá hasta que se promulgue la nueva ley.

Al destacar el régimen creado durante la presidencia de Néstor Kirchner, el diputado sanjuanino del FdT señaló que en estos años “se crearon nuevas empresas, miles de puestos de trabajo, 54 plantas industriales distribuidas en 10 provincias argentinas” y hubo inversiones “por más de U$S 3.000 millones”. “La creación del régimen fue una decisión más que acertada”, subrayó.

Sin embargo, el presidente de la Comisión de Minería, Energía y Combustibles expresó que el escenario actual ya no es el mismo y que resultaba necesario establecer un marco regulatorio para darle previsibilidad, sustentabilidad y seguridad jurídica al sector. Y defendió el “rol preponderante” que tendrá la Secretaría de Energía, porque “es fundamental y necesario para garantizar el cumplimiento del régimen con el acompañamiento del Estado”.

La voz disonante fue de la radical Pamela Verasay. Criticó la “penosa y precaria presentación” que hizo el secretario de Energía, Darío Martínez, en comisión, donde no se habló “de un solo número”. Entonces, mencionó que los biocombustibles han alcanzado el 4% dentro de la matriz energética y que en los últimos tres años han generado -en promedio- exportaciones o ingresos de divisas por más de U$S 1.000 millones.

En el propio oficialismo, el pampeano Lovera se opuso a la reducción del corte de biodiésel y pronosticó que en su provincia “seguramente se va a trasladar en una merma de la capacidad productiva” y provocará una reducción de trabajo de pampeanos. Y otro oficialista que advirtió por el impacto de la ley fue el santafesino Roberto Mirabella: “para mi provincia tiene un impacto importante si se cae la producción de biodiesel”. Y estimó: “si se reduce el corte podríamos perder unos U$S 400 millones en la industria del biodiésel y de U$S 360 millones en la aceitera de soja”.

En el final del debate, que duró cuatro horas, el jefe del interbloque JxC, Luis Naidenoff, dijo que “se afecta el horizonte de previsibilidad de un país” y “una mala señal para las inversiones”.

Lo que se aprobó en la nueva ley

- Se mantiene el 12% de corte de naftas con bioetanol, el 6% proveniente de la caña y el otro 6% del maíz.

- Se cambia del 10% al 5% el porcentaje del corte del gasoil con el biodiesel.

- La nueva norma regirá hasta el 31 de diciembre de 2030, y el PEN podrá extenderla por cinco años más.

- Las empresas de biocombustibles que decidan abastecer dichas mezclas deberán garantizar la provisión, o podrían ser sancionadas por la autoridad de aplicación.

- El biodiésel y el bioetanol no estarán gravados (se mantiene) por el Impuesto a los Combustibles Líquidos (ICL) y por el Impuesto al Dióxido de Carbono (ICO2).

- La Secretaría de Energía, que será la autoridad de aplicación, podrá elevar el porcentaje mínimo obligatorio cuando lo considere conveniente en función del abastecimiento de la demanda, la balanza comercial, la promoción de inversiones en economías regionales y/o razones ambientales o técnicas.

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