14 Julio 2021
Desde mi departamento del 4° piso del edificio de 25 de Mayo 30 seguí las alternativas de las morosas tareas realizadas y que el 12 de julio fueron mostradas a quien quisiera verlas en conjunción funcional de ojos, cerebro y corazón… pero, ahora que lo pienso, estas variables no fueron suficientes. Fue necesaria la palabra justa, equilibrada, sabia de Olga Paterlini de Koch, de lenguaje privilegiado y sencillo, alcanzable desde el menos hasta el más preparado, para que aquellas variables quedaran totalmente satisfechas. Un catedrático de verdad tiene una sólida base de conocimientos, pero si su información inteligente se estaciona en el relato y no convence, se torna aburrida y fantasmalmente desaparece la verdad, transformándose en un sabio que sólo sabe para él. La clase que brindó el lunes a la noche regaló instrucción informativa para los asistentes, explicando con cristalina sencillez por qué la historia de esta Plaza del viejo Ibatín no ha de zafar de su trenza con la del San Miguel de Tucumán de hoy… Es la Historia que revive como un monumento necesario y fundamental. Explicó, sin causar innecesarios fastidios, cuál es la tarea de los excelentes profesionales de la Municipalidad, que fueron quienes dibujaron esta histórica plaza y la obligación política de la continuidad, cualquiera sea quien gobierne: la idea y las primeras tareas proceden de los años 95 o 96 y con verdadero alborozo, advierte que aquellos esfuerzos -22 años después- fueron concretados. Una muestra de convenientes procedimientos a seguir en los emprendimientos del Estado. Y una muestra más de la calidad de persona de esta ciudadana directora del Instituto de Historia y Patrimonio, fue el agradecimiento al Sr. Intendente por no cejar en su deseo de que se llevara a cabo “lo que siempre fue el gran salón de la ciudad”.
Carlos Valdez
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