El cardenal Luis Villalba beatificará a fray Esquiú

El cardenal Luis Villalba beatificará a fray Esquiú

Representará al Papa en el acto del 4 de septiembre en Catamarca.

Por primera vez, un tucumano por adopción, el cardenal Luis Héctor Villalba, representará al papa Francisco en un rito de beatificación, que suele ser presidido por un enviado papal. En esta ocasión, será el arzobispo emérito de Tucumán quien tendrá la misión de consagrar como beato a fray Mamerto Esquiú, el 4 de septiembre en la localidad catamarqueña de San José de Piedra Blanca.

“El representante del Santo Padre para la beatificación de fray Mamerto Esquiú era el cardenal Marcello Semerano, prefecto de la Congregación de la Causa de los Santos. Pero este cardenal ha presentado al Santo Padre sus excusas por no poder venir. El Santo Padre ha tenido en cuenta las consideraciones y en su lugar nombró a monseñor Luis Héctor Villalba”, explicó ante la consulta de LA GACETA fray Emilio Andrada, ministro provincial de la Provincia Franciscana de la Asunción de la Santísima Virgen del Río de la Plata, a la que pertenecía Fray Mamerto. El ministro se encuentra ahora en Roma.

El obispo de Catamarca, monseñor Luis Urbanc, que además es tucumano, informó que “en el Año de San José y Fray Mamerto Esquiú, el cardenal Villalba presidirá en nombre del papa Francisco el rito de beatificación del venerable Siervo de Dios Mamerto de la Ascensión Esquiú”, según lo comunicado por la Secretaría de Estado del Vaticano el 30 de junio. Pero hasta ayer el cardenal Villalba no había sido notificado de la designación, por lo que prefirió actuar con “prudencia” y no pronunciarse al respecto.

El milagro para la beatificación de fray Mamerto se hizo esperar varias décadas. Hasta que hace cinco años se conoció la gracia concedida por intercesión del fraile a una niña recién nacida en Tucumán.

Según fuentes médicas, la bebé tenía menos de un mes de vida cuando una bacteria le infectó el hueso de la pierna izquierda. Osteomielitis era su diagnóstico. Una de las peores infecciones para un bebé recién nacido porque afecta su crecimiento cuando no obliga a una amputación o se complica. En esos momentos su madre recibió una estampita de Fray Mamerto Esquiú con una pequeña reliquia (un pedacito de tela que había tocado el corazón incorrupto del fraile). Cabe recordar que el corazón de fray Mamerto fue robado dos veces y la última vez no se lo pudo encontrar.

En ese momento toda la familia comenzó a rezar con mucha fe. A la semana, la niña estaba perfectamente curada y no quedaron rastros de la enfermedad. La ciencia no encontró explicación a esa la cura repentina.

El milagro ocurrido en Tucumán en 2015 despejó el camino de fray Mamerto hacia los altares. El primer paso había sido reconocerlo como “siervo de Dios”, el segundo, “Venerable” y el tercero beato. Todavía falta un milagro más para que la iglesia lo declare santo.

¿Quién fue este fraile?

Fraile, sacerdote, obispo de Córdoba, docente, periodista y legislador, el futuro beato es recordado por su encendida defensa de la Constitución Argentina de 1853. El arzobispo Carlos Sánchez lo recordó en su homilía del 9 de Julio. “A pesar de los reparos doctrinales que con respecto a la Constitución tenía, consiguió, con la eficacia de su palabra, la aceptación de nuestra Carga Magna en un momento difícil de la organización nacional”, dijo.

Esquiú quedó ligado para siempre a Tucumán desde que inauguró la Catedral de esta ciudad en 1858, con un magnífico sermón.

Esquiú había nacido el 11 de mayo de 1826 en la localidad catamarqueña de San José de Piedra Blanca, por eso allí será la ceremonia de beatificación. Falleció el 10 de enero de 1883 en La Posta de El Suncho.

Ceremonia y oración

La ceremonia estaba prevista inicialmente para el 13 de marzo pero la fecha se aplazó por la situación sanitaria. Los actos comenzarán el viernes 3 de septiembre y concluirán el domingo 5 con la misa de beatificación a las 10.

Cada día, sus devotos rezan una oración por fray Mamerto. Dice así: “Padre bueno, de cuyo amor procede toda gracia, que diste a nuestro hermano franciscano Mamerto Esquiú, tantos dones especiales y lo hiciste pastor de tu pueblo; por su vida de entrega en la predicación, doctrina, ejemplo y servicio a los más necesitados, te suplicamos que completes tu obra, glorificándolo con la corona de los santos”.

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