Por Álvaro José Aurane
01 Julio 2021
REALISTA. “Es difícil congeniar las aspiraciones de los distintos dirigentes”, afirmó el titular del PRO, Ramiro Beti. LA GACETA / FOTO DE ANTONIO FERRONI
La cuenta regresiva ha comenzado. Los partidos políticos que quieran conformar alianzas tiene sólo dos semanas para acordar o romper lanzas. El nuevo cronograma electoral, que reprogramó las Primarias Abiertas, Simultáneas y Obligatorias para el 12 de septiembre, pauta que dentro de dos miércoles el plazo para la inscripción de los frentes electorales. Así que la margarita del “me quiere / no me quiere” electoral es un calendario de 14 días. Esos son todos los “pétalos” que quedan para deshojar.
En la oposición, la cumbre porteña que mantuvieron el intendente capitalino Germán Alfaro y sus aliados radicales (el legislador Raúl Albarracín y el jefe municipal de Bella Vista, Sebastián Salazar) junto con el jefe de Gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta y el vicejefe Diego Santilli, provocó brusco cambio en las temperaturas políticas.
Para el PRO tucumano fue como un verdadero “veranito de San Juan”. El presidente del distrito, el concejal de Concepción Ramiro Beti, mantuvo conversaciones ayer con la senadora Silvia Elías de Pérez antes de que ella viajara a Buenos Aires (en el aeropuerto esperó el avión tomando un café con el diputado José Cano); con el intendente de su ciudad, Roberto Sánchez; y con Alfaro, con quien hoy mantendrá una reunión.
Las “acciones” del PRO local cerraron en alza luego de que LA GACETA diera a conocer ayer que, en el Gobierno porteño, madura la idea acerca de la conveniencia de un entendimiento electoral con el alfarismo.
“Nuestras prioridades no han cambiado: seguimos impulsando el armado de un frente amplio, de unidad y competitivo. Venimos abogando por ello desde la conformación de la mesa provincial de Juntos por el Cambio”, ratificó Beti en diálogo con este diario.
La posibilidad de que el alfarismo compita por “adentro” de ese frente, precisamente, ha vuelto a generar expectativa. “Hay algunos que estaban alejados que, de pronto, están llamando porque quieren estar”, afirma el concejal, en tono jocoso, sin brindar más detalles. Eso sí: una cosa es la “estructura” de una coalición opositora “grande” y otra, muy distinta, es la letra “chica” del armado de las listas.
“No sólo el alfarismo se muestra interesado en que alcancemos un acuerdo. Pero lo más trabajoso es la cuestión de los lugares. Es difícil congeniar las aspiraciones de los distintos dirigentes”, puntualiza el titular del PRO.
Justamente, las corrientes opositoras son, durante esta semana, un río sumamente revuelto.
Del lado de los intendentes radicales del oeste, la incorporación de Fuerza Republicana que buscaron impetuosamente Sánchez y su par de Yerba Buena, Mariano Campero, de pronto entró en un limbo hace 15 días. En la última reunión de la mesa de Juntos por el Cambio, ambos jefes municipales subrayaron que FR era un partido de 160.000 votos y preguntaron qué era lo más conveniente para el frente: si que Ricardo Bussi estuviera dentro o fuera, con ese caudal de votos.
Campero es, hasta el momento, el único que sigue abogando con la posibilidad de que se sume al bussismo a la coalición y que se definan las listas en las PASO. Pero en FR no han vuelto a tener novedades de Sánchez.
En cuanto a los parlamentarios nacionales de la UCR, tanto a Cano como a Elías de Pérez se les vencen los mandatos en diciembre (otro tanto ocurre con la diputada Beatriz Ávila, esposa de Alfaro). Y los radicales reivindican que les corresponde “reponer” esas bancas, que conforman el interbloque de Juntos por el Cambio en el Congreso.
Sin embargo, este año electoral no se viene caracterizando por la “sintonía fina” entre los socios que gobernaron entre 2015 y 2019. Por caso, el PRO reprocha que el gobernador Gerardo Morales no le dio lugares al macrismo en las listas con las que ganó los recientes comicios de renovación parlamentaria provincial en Jujuy. Y, en provincia de Buenos Aires, el radicalismo propone al neurocirujano Facundo Manes para competir contra Santilli.
No es casual, justamente, que el alfarismo haya tenido el generoso recibimiento del número uno y del número dos del gobierno porteño en este contexto. La “cumbre” fue como una ola polar para varios radicales tucumanos.
A la vez, y aunque son correligionarios, los intendentes del oeste y los parlamentarios nacionales no se encuentran hoy ubicados en la misma vereda interna, tal y como evidenciaron los reclamos que intercambiaron, airadamente, en las reuniones de la mesa provincial de Juntos por el Cambio.
Por eso el alfarismo demanda, para formar parte del acuerdo, que se conforme una lista de unidad donde haya referentes tanto de los jefes municipales como de los legisladores nacionales. De lo contrario, sostiene que las PASO serán sólo un capítulo de la interna de la UCR.
A la vez, la pregunta que queda flotando para el PRO es cuáles son los espacios que le ofrecen a ese partido y sus dirigentes.
El reloj corre para el armado de los frentes. Y también para la designación de las listas de precandidatos: el plazo para inscribirlos expira el sábado 24. Mucho ruido y poco tiempo.
Unidad: dirigentes piden al interventor una reunión para acordar candidatos
Una veintena de dirigentes radicales solicitaron por nota al interventor de la UCR provincial, José “Lucho” Argañaraz, “que convoque en forma urgente a una reunión partidaria, con la finalidad de consensuar una sola lista de candidatos para las próximas elecciones y lograr la unidad del radicalimo. Esta unidad es requisito esencial para luchar con éxito por la gobernación de Tucumán”, puntualizaron el ex diputado nacional Felix Mothe, el ex legislador Eudoro Aráoz, el ex concejal José Luis Avignone, el ex vicepresidente del Banco Hipotecario Antonio Ibarreche y la periodista Teresita Carabajal, entre otros. “No hay lugar para vanidades y personalismos”, aseveraron.
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