Yudo, rumbo a Tokio: sus puños lo acompañarán en la cita más linda de todas

Yudo, rumbo a Tokio: sus puños lo acompañarán en la cita más linda de todas

Emmanuel Lucenti, en Japón, representará por cuarta vez al país en unos JJ.OO.; sus metas altas no cambiaron.

INGLATERRA. En Londres, hace nueve años, Lucenti tuvo su mejor incursión olímpica. Su rendimiento lo consagró como el Deportista del Año en los premios LA GACETA.  INGLATERRA. En Londres, hace nueve años, Lucenti tuvo su mejor incursión olímpica. Su rendimiento lo consagró como el Deportista del Año en los premios LA GACETA. GENTILEZA - IJF - ARCHIVO

La seguridad con la que Emmanuel Lucenti afirma que los Juegos Olímpicos de Tokio serán los más especiales de su carrera, se asemeja a la solidez que demanda practicar un deporte de contacto pleno como el que practica. “Va a ser el más lindo de todos los Juegos en los que competí porque pienso, y no lo dimensiono, pero cuando Camilo me vea en la tele va a ser algo tremendo”, contó el yudoca. Camilo es su hijo, que no existía cuando su papá estuvo en las tres citas olímpicas pasadas. “Lo voy a disfrutar al máximo”, afirmó el hombre, de 36 años.

Cuando el pequeño vea a su papá en la pantalla el 27 de julio, poco va a entender realmente lo que está haciendo. Con poquito más de un año de vida, el bebé enfila los ojos hacia la TV cuando aparece algún dibujito animado, más que otra cosa.

Papá Emmanuel quiere que a su hijo le quede bien en claro lo que él hace. Además, al yudoca le fascina la adrenalina de las emociones potentes. Fiel a esos sentimientos, es que Lucenti ya tiene la decisión tomada. “Voy a ir por la clasificación a París 2024 porque el sueño de mi mujer y mío es que estén ahí, en la tribuna”, anticipó Lucenti. Para esa época, cuando Francia sea por tercera vez organizador de los Juegos Olímpicos, Camilo ya tendrá casi cuatro años y su percepción será otra. “Lamentablemente, en estos Juegos no vamos a poder cumplir ese sueño por los protocolos, pero sin lugar a dudas, es el Juego al que más me ha costado llegar y el que más sabor tiene por todo”, insistió Lucenti.

En ese “todo” van incluidas varias cuestiones, además de la de ser “papá olímpico” primerizo. Desde el momento que tomó la decisión de encarar el proceso clasificatorio, por su edad la incertidumbre de lograr la meta era mucho mayor que en Juegos pasados. La lesión en la espalda, que casi lo retira en 2018, mejoró considerablemente, claro está, pero el dolor no se fue totalmente.

Ese “todo” que verbalmente se escuchó con una marcada pronunciación, también tiene la carga de la pandemia. A Lucenti la cuarentena lo atrapó en Georgia, país al que se fue junto con su hijo y Agostina, su pareja, para competir en torneos que le dieran los puntos para clasificarse y, sobre todo, horas de lucha contra los mejores yudocas de Europa. Hubo lucha, pero fuera del tatami y tan difícil como el combate real porque estuvo varado varias semanas hasta que un empresario cordobés ayudó económicamente a toda la familia para regresar a Argentina.

Hace pocos días, “Emma” tuvo otro golpe que, por su personalidad, no hace más que fortalecerlo, impulsarlo a dar más y sumar otra persona a la larga lista de quienes lo ayudaron de una u otra manera. “Perdimos físicamente a la esposa de mi papá. Liliana Moreno fue una mujer admirable, muy pura, con mucha armonía, paz y que supo darnos muchas enseñanzas”, contó Lucenti.

Su estado

El yudoca viene sumando vivencias y conocimientos durante cinco ciclos olímpicos. Además de las preparaciones para Beijing 2008, Londres 2012, Río 2016 y Tokio 2020, hizo todo el trayecto clasificatorio hacia Atenas 2004, pero la plaza la logró su hermano Rodrigo. El número 44 del ranking mundial, entonces, puede estimar cómo llega a la competencia. “Más allá de todo lo que pasó fuera de la colchoneta, no sé si llego de la mejor manera en lo físico, pero llego con una madurez tremenda y muchísima confianza. Llego realmente muy contento”, explicó.

“Ojalá no tuviese dolores”, reconoció. “Pero los tengo y voy lidiando. Me permiten realizar un buen trabajo, por algo creo que he recuperado gran parte de mi nivel. Puedo con unos que otros dolores que no son limitantes, pero sí, no estoy al ciento por ciento”, analizó Lucenti su presente.

Desde la primera incursión en la cita máxima del deporte, “Emma” tuvo como objetivo el podio. En tierras japonesas buscará lo mismo, con un piso que ya tiene establecido. “Ya conseguí un diploma olímpico así que, como mínimo, voy a ir por otro y la siguiente lucha ya es una medalla. Los Juegos Olímpicos son una competencia diferente y quizás los candidatos caen por tanta presión. Por ahí los que no llegamos como candidatos, nos agrandamos y sabemos cómo manejar esa presión”, aseguró con optimismo.

Los recuerdos

Emmanuel Lucenti compitió en tres Juegos Olímpicos. Debutó en Beijing 2008, logrando el 21º puesto. Cuatro años más tarde, en Londres, fue séptimo lo que le valió uno de los cuatro diplomas olímpicos que se otorgan. En 2016, en Río de Janeiro llegó a octavos de final. “El primero fue una experiencia. Estaba muy verde, como se dice, pero fue el mejor desde lo emocional. Londres fue ‘el’ resultado. En Río estaba bastante maduro y tenía a la familia cerca. A pesar de que el resultado no fue bueno, lo disfruté bastante”, recordó.

Hasta los cinco no para

“Quiero retirarme con cinco Juegos Olímpicos. En ese sentido, la pandemia me ayudó: además de poder prepararme más para Tokio, acercó la próxima clasificación para 2024 que empezará el año que viene”, explicó Lucenti. Cuando el mes que viene el yudoca pise oficialmente el tatami, se convertirá en el tucumano nacido en la provincia con más participaciones olímpicas, superando a su colega de deporte, Eduardo Costa (Sidney 2000, Atenas 2004 y Beijing 2008) y a la tenista, Mercedes Paz (Los Ángeles 1984, Seúl 1988 y Barcelona 1992). El tirador, Firmo Roberti, que vive en Tucumán desde los 14 años, pero nació en Brikmann, Córdoba, acumuló cinco participaciones olímpicas (Munich 1972, Montreal 1976, Los Ángeles 1984, Seúl 1988 y Barcelona 1992).

La agenda

Lucenti, que desde hace un año vive en Santiago del Estero, estará en el país hasta el 17 de julio. El 13 debe presentarse en Buenos Aires para cumplir con los protocolos sanitarios que demanda la pandemia y que le permitirán entrar a Japón. La competencia de yudo, categoría hasta 81 kilos, está programada para comenzar el martes 27 de julio, a las 11 de la mañana japonesa (23 del lunes argentino), y finalizar a las 19.50 (las 7.50 del martes en Argentina). El estadio en el que el yudo hará base es el Nippon Budokan, con capacidad para 11.000 personas. En los Juegos de 1964 este deporte hizo su debut como olímpico en el mismo lugar.

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