Sólo con recordar no alcanza

Sólo con recordar no alcanza

Recordar, dice el diccionario etimológico, viene del latín “recordari”. Formado de “re” (de nuevo) y “cordis” (corazón). Volver a pasar por el corazón. Los especialistas debaten luego si el verdadero significado era “volver a pasar por la mente”. Como sea, la cita viene a cuento de las efemérides. El periodismo siempre las ha utilizado. Y el deporte argentino recuerda de modo muy especial cada 24 de junio. Que en esa fecha nacieron Lionel Messi (1987) y Juan Román Riquelme (1978) lo volvimos a ver en casi todos los programas futboleros de la tele. Dos jugadores símbolo para nuestro fútbol. Riquelme, actual vicepresidente de Boca, porque expresa algo así como “el último enganche” y Messi porque, además de ser el mejor futbolista de la era moderna, podría ser algo así como un “enganche” siglo 21. Veloz, sin puesto fijo, pero haciendo la diferencia siempre. También un 24 de junio (de 1990) la selección argentina le ganó 1-0 a Brasil en Turín y la eliminó del Mundial de Italia. Imposible olvidar el gol de Claudio Caniggia asistido por Diego Maradona, justamente el “enganche” mítico de nuestro fútbol. El “10” que fue “D10S”.

La revista digital “Lástima a nadie maestro” recordó en su hermosa última edición que también un 24 de junio (de 1911) nació Juan Manuel Fangio, quintúple campeón mundial (el mismo día nació Ernesto Sábato). Y que un 24 de junio murieron Carlos Gardel (1935) y Rodrigo (2000). ¿Cómo no detenernos entonces un poco más cada 24 de junio? Cada hecho es hijo del tiempo que le tocó vivir. Puede ser injusto analizar el pasado con ojos de hoy. Pero también es interesante remover los monumentos, pasarles el plumero, darles dimensión humana, desacralizarlos. El Riquelme jugador (caudillo silencioso, personalista y cero “relaciones públicas”) no es muy distinto del Riquelme-dirigente. Pero no tiene más la pelota bajo la suela. Querrá volver a ganar elecciones y depende entonces de -por citar un “enganche”- Edwin Cardona, el colombiano que él mismo buscó recuperar para Boca. Pero Cardona no es Riquelme y, más complicado aún, este Boca carece desde hace tiempo de un símil Martín Palermo. Busca un “9” desde hace tiempo. Si no aparece, Román sufrirá viendo que otros imitarán su Topo Gigio, pero dirigido a él.

¿Y acaso el Messi que pasó con la Selección argentina once de sus últimos diecisiete cumpleaños es igual al de Rusia 2018 o Copa América 2019? Pasaron apenas unos años, pero no es el mismo (ya hablamos la semana pasada de él). Las efemérides tienen la costumbre inevitable de aferrarnos a una foto. Y la vida de una persona (la que sea) es una película, no una foto. Está en movimiento. Que lo diga River sino. Ayer hubo burlas por el aniversario de su descenso. Pero sus hinchas saben hoy que lo que siguió fue pura gloria. Ven la película, no la foto. El ejemplo extremo en tanto movimiento es justamente Maradona. Mil vidas en una vida. No había cuerpo que aguantara todo eso. ¿Y qué recuerdo nos trae ese triunfo (injusto) que Diego lideró en Italia 90? El Brasil de hoy, como el de aquel día, asoma claramente un escalón arriba que Argentina. Tiene más jugadores titulares en equipos de peso de Europa. Y tiene el mismo DT (Tite) desde hace ya años. No sucede lo mismo con Argentina. Por eso el rol nuevo de Messi como líder de la reconstrucción tiene un valor enorme. Esta Copa América, eso sí, bien podría ser su último cumpleaños con el equipo albiceleste. El Mundial de Qatar, sabemos, se jugará en noviembre.

Recordar que un 24 de junio nacieron Riquelme y Messi nos recuerda ante todo que Argentina es tierra de fútbol. Porque dos días después (26 de junio, hablamos de 1978) Argentina se coronó campeón mundial por primera vez en su historia. Y repitió un 29 de junio (de 1986). “Hay que trabajar en la formación”, me dijo el viernes pasado en charla radial Juan Pablo Sorín, y recordó, claro, los tiempos de José Pekerman y sus selecciones juveniles. Se lo pregunté para ver de qué modo podemos acercarnos a ese fútbol tan diferente que estamos viendo en Europa. El dinero define, claro. Pero la simultaneidad de la Copa América con la Eurocopa expone una distancia que se está haciendo cada vez mayor. “Recordar” entonces sirve tal vez para ver que, si seguimos siendo tierra de futbolistas, eso solo ya no alcanza. Porque es hermoso homenajear al crack gritando el gol que anotó hace treintaicinco años. Es agradecer la felicidad popular que provocó su arte. Como me dijo alguna vez el escritor uruguayo Eduardo Galeano recordando el Maracanazo del Mundial de 1950. Me habló de “la jodida tentación de dormir el sueño de la eterna nostalgia. Porque la nostalgia –añadió- es más cómoda que la esperanza”.

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