La grieta escolar

Como si el sistema educativo público fuese un Pigmalión al revés, que modela una figura no para perfeccionarla sino para darle un destino desdichado, el experto Alieto Guadagni criticó en el programa “Panorama Tucumano” que “cuando se fabrican adolescentes sin educación se hace materia prima para la droga y la delincuencia porque no van a tener empleo”. Descarnada manera de referirse a los miles de chicos que estudian como pueden en esta emergencia, esa “materia prima” social con la cual se construye el futuro de la comunidad.

El experto dio cuatro pautas clave -“que haya 180 días de clases, doble turno, evaluación de resultados y efectiva obligatoriedad de asistencia al secundario”- y tiró una cifra dura sobre Tucumán: dijo que sólo el 8% de las escuelas tiene doble turno y advirtió que hay una grieta que se va agrandando entre las escuelas públicas (abandonadas, según observó, a la buena de Dios) y las privadas (que están mejor preparadas, en su manera de presentar el problema). También criticó que en nuestro país no se haya usado la televisión pública para transmitir contenidos educativos, y citó el ejemplo cubano. Al día siguiente le respondió Claudio Martínez, director ejecutivo de la TV pública, quien dijo que Guadagni “tiene sesgo ideológico” y que cuestiona la TV pública sin verla y sin saber que tiene horas y horas de contenidos en sus diferentes programas, que son transmitidos a todo el país.

Los unos y los otros

Guadagni puso el dedo en la llaga sobre la que la pandemia ha extendido su impronta lacerante de carencias: crecen los problemas sanitarios, económicos, educativos y de organización social. ¿Lo hizo partiendo de datos objetivos o “habló sin ver por el prejuicio ideológico que tiene hacia lo que es público”, como lo cuestionó Martínez? En principio, la pandemia, que ha caído sobre todos por igual, ha dejado, obviamente, mejor parados a los que tenían mejores condiciones para enfrentarla y en el sistema educativo encajan perfectamente los privados. Los relevamientos que hizo LA GACETA sobre las experiencias educativas en la pandemia dieron cuenta de las mejores condiciones de colegios y familias mejor posicionadas en áreas centrales con respecto a dispositivos tecnológicos, wifi y organización de clases virtuales (Ver nota: “Clase presencial y virtual, simultánea”, del 14/04). Saber si eso los prepara mejor para el futuro es otra cosa. Haría falta ver qué contenidos tienen, cómo se dictan y qué señalan las evaluaciones.

A ellos los afectó menos la crisis y el abandono que trajo aparejada la emergencia y de la que dio cuenta en su momento un informe de noviembre de Unicef, que señaló que el 76% de las niñas pobres no tiene acceso a internet, y el de abril pasado del Observatorio Argentinos por la Educación (OEA), que consignó que, con la suspensión de las clases presenciales en 2020, uno de cada cuatro chicos residentes en barrios populares abandonó la escuela. No conocemos cifras claras. El ministro de Educación nacional, Nicolás Trotta, dijo hace pocos días que “hay un millón de alumnos con bajo o nulo contacto con la escuela”.

Faltas y obstáculos

En el informe técnico del proyecto “Diseño de dispositivos para la efectivización de derechos de sectores sociales vulnerables” en el contexto de la pandemia en Tucumán, Santiago del Estero y Catamarca, se señala que la falta de conectividad aparece como el principal y mayor obstáculo a la continuidad pedagógica, y que la falta de computadoras incluye también al sector docente en los ámbitos socialmente vulnerados. “La formación docente (...) carece de una sólida y rigurosa formación en el uso de tecnologías educativas y en una educación a distancia (en este caso, de emergencia)” dice el informe, difundido en marzo, a un año de la pandemia. “Sería necesario repensar los diseños curriculares de la formación docente para tener más instancias de articulación teoría-práctica en general y en el uso de tecnologías educativas en particular”, agrega. En ese estudio se destacan “las acciones de formación docente continua gratuitas que habían sido llevadas adelante desde el Ministerio de Educación de la Nación, sea desde el programa Conectar Igualdad como del Infod (en particular las especializaciones que se focalizaban en el uso de tecnologías educativas como la Especialización en Entornos Virtuales de Aprendizaje). Según se sabe, en septiembre habrá una valuación del impacto que han tenido las medidas aplicadas, cuando se dé a conocer el Relevamiento Anual. Esto es una grieta profunda, más allá de la polémica presencialidad-virtualidad.

Mientras tanto, los datos que hay son precarios. En el informe mencionado de marzo se marca que una cuestión que aparece en la mayoría de las entrevistas es que la participación estudiantil tuvo una fuerte caída luego de las comunicaciones del Ministerio de Educación de la Nación sobre que no habría una evaluación final del año 2020 para pasar de año.

Sobre esto puso énfasis Guadagni, al citar informes periodísticos de que este año no se iban a tomar las pruebas Aprender y remarcar que una de las patas del sistema, la evaluación, se caía y eso impedía saber dónde nos encontramos. Hace pocos días Trotta dijo que no hay suspensión de las pruebas Aprender, sino que hay una readecuación, pero la espina está clavada, sobre todo por los informes recientes de las evaluaciones educativas argentinas y tucumanas. Un tema a revisar.

Los contenidos por TV

La cuestión del uso de la TV pública en el sistema quedó latente, más allá de la polémica entre Guadagni y Castillo, y del “sesgo ideológico” para analizarla. ¿Se usa en las escuelas tucumanas? No, y no es a causa de que haya o no difusión o extensión de la televisión por aire a todos los hogares tucumanos, sino porque no hay una definición ministerial para que se usen pedagógicamente y además porque muchos son programas enlatados generales, distantes de la realidad particular de cada provincia. “La TV pública, que yo sepa, es Canal 10, y yo no veo nada que esté relacionado como para decir que se dictan contenidos”, dice el docente Hugo Brito. “Tampoco hay nada que ayude a la educación virtual”, agrega, señalando que sí hay iniciativas individuales, canalizadas institucionalmente, como maestros que dan clases en radios escolares, barriales, en las zonas de alta montaña. Hay otras experiencias, como la reciente difusión de cartillas y audios para alfabetizar a chicos que no tienen computadora, realizadas por el Ministerio de Educación y el Conicet, en una experiencia para 300 chicos.

Por otra parte, acaba de crearse por ley el “Portal Educativo Tucumán”, para “garantizar la conectividad ilimitada, gratuita y el vínculo entre docente y alumnos”, que se transmitirá por Canal 10. La norma fue promulgada el 14 de junio. ¿Cómo se aplicará este portal? ¿Qué contenidos va a tener? Interesante, pero crudo, por ahora.

Por detrás de todo esto se encuentran los problemas no resueltos. Guadagni habló del bajo porcentaje de escuelas de doble turno que hay en Tucumán, provincia que nunca se acercó a cumplir la ley que las establece y que apenas elaboró una “jornada extendida” y permitió las de jornada completa en el plan EMER, que ya se terminó. Brito dice que más bien parece que se trata de eliminar el doble turno. “Habría que readecuar muchísimos establecimientos”, dice, ya que una extensa cantidad de escuelas tienen primario en la mañana y secundario en la tarde, o al revés. El doble turno permitiría contener a los chicos tanto en la instrucción como en los deberes, además de la alimentación. Nadie le contestó a Guadagni en ese sentido.

En Tucumán aún estamos sin saber qué ha pasado con los cuestionamientos realizados en la sesión legislativa de hace dos meses al ministro Juan Pablo Lichtmajer, a quien se le preguntó sobre la disminución de inversiones en educación, el desgranamiento escolar, los problemas con los edificios escolares -trascendió que un informe de la UTN dice que el 92% no estaban a comienzos de año en condiciones sanitarias e higiénicas para las clases presenciales- y sobre las presuntas irregularidades en unos 250 nombramientos docentes. Lo de Guadagni viene a ser otro roce más en la llaga que se trata de mantener escondida en la actual coyuntura política.

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