24 Junio 2021
La Iglesia celebra a San Juan Bautista, el profeta, el “precursor” de Jesucristo. Pero, ¿quién es este hombre? Juan se ubica históricamente, ya desde el vientre de su madre, en la exquisita frontera del antes y el después de Jesucristo. Sin conocerlo siquiera, lo espera, lo respeta, lo promociona, lo acepta y lo incorpora a su vida hasta el punto de resignar su propia vida por Él. Aunque pertenece a un pueblo de pastores y labriegos que vive sumergido en la pobreza, sufriendo horrorosamente la opresión romana, la esperanza en el Mesías prometido en las Escrituras le agita la vida. Por tal motivo, se aparta de ese sector poblacional al que pertenece, para vivir su esperanza de manera extraordinariamente práctica. Se consagra a ella, a la razón de la misma, que tiene nombre propio: Jesucristo. Por eso, Juan el Bautista es el emergente social por excelencia. Es la figura descollante de su tiempo para todos los tiempos. Es el modelo a seguir para las sociedades de todas las épocas, hasta el fin del mundo. Él no es el Hijo de Dios, ni el esperado de los tiempos, pero su presencia le estampa un antes y un después a la historia. Su humildad para reconocerse inferior al Mesías es asombrosa: “en medio de vosotros está uno que vosotros no conocéis, que viene después de mí, y al cual yo no soy digno de desatar la correa de su sandalia”. “Es necesario que Él crezca y yo disminuya”. Sus palabras impactan de manera especial porque él atraía las masas. Tenía sus propios seguidores y bien podría haber intentado ocupar un lugar más alto en el rango social, como se hace ahora con el mínimo requisito en mano. Por todo esto, Jesús lo pone en la medianera de la historia del mundo y del pueblo creyente: “De los nacidos de mujer, ninguno es mayor que Juan, pero el más pequeño en el Reino de los Cielos es más grande que él”. Juan personifica la acción de creer, de cambiar de vida y de elevarse a una existencia superior. Encarna el deseo de trascendencia. Su fe se manifiesta antes, durante y después de la aparición de Jesucristo en su vida, y su fidelidad es conmovedora.
Daniel Chavez
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