23 Junio 2021
A través de esta carta, quiero agradecer profundamente al Hospital Modular Banda del Río Salí (Hospital Eva Perón), donde el 5 de junio fui internado por una neumonía bilateral por Covid-19. Durante los siete días en que fui paciente, vi las condiciones en las que trabaja el personal de salud, el profesionalismo y la empatía con que atienden a los enfermos, sin distinción respecto a su clase social (la mayoría de ellos desplazados del sistema, olvidados). A pesar de los sueldos paupérrimos que cobran, los cuales no le hacen honor a su labor, su entrega es doblemente valiosa. En el medio de la batalla se me escapan muchos nombres que no pregunté o no agendé. En nombre de los que sí menciono o agendé, mi agradecimiento a todos y cada uno de los que falta nombrar; especialmente al Dr. Ignacio Messina, a la Dra. Cecilia Valdez Mibelli, al Dr. Enzo Lorenzetti, al Dr. Gustavo Sánchez, a la Dra. Valdecantos, a los auxiliares, enfermeras/os, kinesiólogos y al chico que me llevaba la comida, que no supe su nombre. También hacer una mención especial al personal de la Unidad Febril del Hospital Avellaneda, quienes tuvieron el registro humano y clínico para ser los primeros en entender mi cuadro de situación y encauzar la internación en el Hospital Modular antes mencionado. Todos ellos, y algunos otros invisibles, trabajan con tal sacrificio, que lo menos que puedo hacer es escribir sus nombres y acciones, para agradecer y visibilizar lo que está bien.
Víctor Tendler
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