A 85 años de la segunda edición de las 200 Millas

A 85 años de la segunda edición de las 200 Millas

La carrera se disputaba en el parque 9 de Julio. Medidas de seguridad. Triunfo de Blanco con Reo.

CIRCUITO. El plano muestra el recorrido de la carrera y se pide no cruzarlo ni llevar perros el día de la competencia.  CIRCUITO. El plano muestra el recorrido de la carrera y se pide no cruzarlo ni llevar perros el día de la competencia.

“Una enorme cantidad de público asisitió al parque 9 de Julio, donde por segunda vez se corrió la carrera denominada 200 Millas de Tucumán. Sin embargo debe decirse que esta vez la concurrencia, con ser enorme, alrededor de 30.000 espectadores distribuidos a lo largo de las avenidas que sirvieron de pista; no alcanzó a ser como la del año anterior que fue de unas 50.000 personas “, de esta manera nuestras páginas informaban sobre la segunda edición de las 200 Millas de Tucumán. La competencia fue ganada por Ernesto Blanco a un promedio de 108 kilómetros por hora. El circuito repetía el recorrido de 1935, cuando se realizó la primera edición, por las avenidas exteriores del parque y dos de las interiores paralelas a Benjamín Aráoz y Soldati. Blanco, quien no había participado en 1935 ganó con un Reo que portaba el nombre “Grey Rock 2”. El promedio del ganador de la primera edición, Carlos Zatuszeck, apenas llegó a los 102 kilómetros por horas para el mismo recorrido. Como vemos el promedio de velocidad entre ambas competencias aumentó al igual que los competidores que de diez, en 1935 pasaron a 13 en 1936. Otro elemento destacado fue que Zatuszeck no corrió en las segundas 200 Millas. En los días previos se llevó a cabo una campaña recomendando tener precaución en el día de la carrera. Nuestro diario al presentar el circuito destacaba que “!Es peligroso¡ No cruce la pista durante la carrera. No lleve perros. No pretenda atravesar, aunque no haya coche a la vista. ¡Es peligroso¡”. Fue destacada la colaboración brindada por el camión publicitario de la aspirina de un laboratorio de origen alemán que emitía mensajes y recomendaciones al público durante la competencia.

El ganador de la carrera fue el único que realizó las 58 vueltas al circuito. Bardín, Ochoteco y Parmiggiani alcanzaron las 56; Musso, 53; Pereyra, 52 y Vázquez, 51. Como vemos de los 13 corredores que iniciaron la carrera apenas uno alcanzó a completar la cantidad de vueltas previstas al circuito el resto no y apenas siete llegaron al final de la competencia.

Los competidores que tomaron parte de la carrera, junto a Blanco, fueron Enrique Moyano (Ford Amilcar), Juan María Garat (Ford Miller), Adriano Malusardi (Ford Especial), John (seudónimo de Pedro Bardín) (Ford 4), Carlos Arzani (Ford 8), Osvaldo Parmiggiani (Ford 8), Daniel Muso (Ford 8), Antonio Vázquez (Ford 8), Antonio Pereyra (Ford 8), Carlos Perol (Toti 8), Fernando Nery (Bugatti) y Domingo Ochoteco (Ford 8).

EL GANADOR. Blanco y su REO Grey Rock 2 instantes previos al inicio de la carrera por el parque 9 de Julio en 1936. EL GANADOR. Blanco y su REO Grey Rock 2 instantes previos al inicio de la carrera por el parque 9 de Julio en 1936.

El recorrido de 200 millas equivalía a 318 kilómetros y 14 metros. Para alcanzar esa distancia los competidores debían realizar 58 vueltas y unos 200 metros más, que como vemos solamente fueron conseguidos por Blanco que hizo un tiempo de 2 horas 56 minutos y 22 segundos. Un detalle fue que Garat al realizar una vuelta de prueba previa a la carrera descubrió una pérdida de aceite importante que no pudo ser resuelta completamente y decidió tomar parte de la carrera dejando su lugar en la primera fila, ganado con uno de los mejores tiempos de la clasificación, para largar desde el final. Pese a ello su continuidad en la prueba fue corta, apenas alcanzó a girar unas pocas vueltas. Blanco, que era la primera vez que corría en Tucumán, se mostró muy feliz por su triunfo y felicitó a los organizadores por el correcto desarrollo de la competencia. Además consideró que “después de pulsar mi máquina y ver que me respondía en forma admirable, tuve la impresión de que figuraría entre los primeros, impresión que se hizo carne cuando Moyano quedó fuera de carrera”. El auto de Blanco era un REO que son las iniciales del pionero de la industria automotriz Ransom Eli Olds, quien creó la Oldsmobile en 1897 y a quien se le atribuye el desarrollo de la línea de montaje en serie. La REO nació en 1905 en la ciudad de Lansing en Michigan, cuando Olds dejó Oldsmobile, hasta su final en 1975 tras 70 años de historia.

La banda REO Speedwagon tomó su nombre del camión de reparto ligero REO Speed Wagon, un antepasado de las camionetas.

Tercera edición

La tercera edición de las “200 Millas de Tucumán” corridas en 1937 “fue un gran espectáculo” decía nuestro diario, aunque tuvo un ingrediente especial para nuestro diario ya que al momento de disputarse la primera serie uno de los bólidos alcanzó a nuestro fotógrafo César Martínez Lanio en el mismo momento en que se encontraba tomando fotos de la competencia. Pese al espectacular accidente Lanio sufrió sólo una fractura de tibia se informó. El relato expresaba: “nuestro compañero con el lógico afán de obtener una nota de la carrera con los coches en marcha, tomó ubicación sobre la platabanda que circunda la plazoleta situada sobre la avenida República (hoy Gobernador del Campo) esquina norte, desde cuyo sitio enfocaba en forma precisa el paso de los coches. Pero la fatalidad se interpuso despiadadamente, y el coche 11, pilotado por Oscar Vallini, al dar la vuelta abierta, subió sobre el cordón donde estaba Lanio, quien consciente del peligro intentó hacerse a un lado sin lograrlo empero, siendo tomado por la rueda delantera de la máquina, resultado con la tibia fracturada”.

Historial

Tucumán era número puesto en el calendario automovilístico argentino. Las competencias se iniciaron en 1924 con la primera carrera en el circuito que une San Pablo con Tucumán. Aquella fue ganada por la dupla de Leandro Naranjo y Julio Fonio con el Hudson número 6 en la categoría fuerza libre con dos horas 45 minutos y 1.200 pesos de premio. En los tres años siguientes, 1925, 1926 y 1927, se efectuaron una competencia por año. Pero en 1928 la provincia recibió dos fechas una en mayo y otra en noviembre. Esta última fue la primera controlada por el Automóvil Club Argentino, convirtiéndola en la primera oficial y de homologación internacional. Fue ganada por Raúl Riganti con un Hudson en la categoría “fuerza libre”. El circuito elegido fueron las cuatro avenidas que rodean el parque 9 de Julio: Soldati, Benjamín Aráoz, Coronel Suárez y Gobernador del Campo (República por entonces), que eran de tierra y ripio compactado. La crónica resaltaba que mucho público se ubicó bajo las arboledas donde improvisaron almuerzos y comidas a la espera de las distintas alternativas que tuvieran las carreras. Además se destacó el servicio de confitería que fue amplio y variado.

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