Cartas de lectores IV: vacunas y países pobres

Cartas de lectores IV: vacunas y países pobres

18 Junio 2021

La incertidumbre sanitaria se profundizó por la irrupción de nuevas variantes del virus, y el aumento de los contagios, revelando maniobras repudiables que en el manejo de la vacuna realizan los estados dominantes, miembros del G7 contra los países pobres (LA GACETA, 11/06). Organizaciones defensoras de los derechos humanos, lideradas por Amnistía Internacional, denunciaron apoyos económicos del G7 a los monopolios farmacéuticos, buscando rentas financieras en el mercado de la vacuna contra la Covid-19 (“Virus y Crisis”, LA GACETA 05/06). Con estas manipulaciones financieras, segados por el egoísmo y apurados por las conquistas geopolíticas, los estados poderosos buscan preservar la salud del dinero (“El sufrimiento del dinero”, LA GACETA 18/11/20), poniendo obstáculos insalvables en la desigual lucha por sobrevivir a la pandemia, ya que la sola mención de la palabra pueblo abroquela al poder económico del mundo contra los pobres, impidiendo la llegada de la vacuna, a los sectores sitiados por extremas necesidades alimentarias y de supervivencia. En la búsqueda de lograr sus objetivos, maniobran estados dependientes, voceros de miembros poderosos del G7, como es el caso de Inglaterra, anfitrión de la cumbre, que para proteger al poder económico mundial vacunó al condado de Cornwall con dosis 22 veces superiores a los Países pobres del mundo; al ritmo de inmunización que imponen los estados dominantes, los estados pobres necesitarán más de medio siglo para vacunar a sus poblaciones; tiempo suficiente para que los pueblos caigan en las garras de los “okupas”. Argentina no está exenta ni inmunizada contra estas maniobras, porque intereses mezquinos empujados por el odio, y por funcionarios que no funcionan, nos colocan al borde de un escenario de desalojo patrimonial e institucional. El ritmo de conquistas que el liberalismo les impone a sus miembros puede producir una rebelión contra el hambre y la explotación, poniéndoles fin a los sueños de poder reñidos con los principios de la fe cristiana.

José Emilio Gómez

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