Un nuevo lenguaje para rescatar el espíritu de la vendimia

Un nuevo lenguaje para rescatar el espíritu de la vendimia

Hugo Moreno fue el responsable de realizar una producción audiovisual en torno de la actividad productiva principal de Mendoza.

ARTISTAS LOCALES. “Vendimia que despierta” contó con la presencia de bailarines del municipio de Las Heras. ARTISTAS LOCALES. “Vendimia que despierta” contó con la presencia de bailarines del municipio de Las Heras.

La Fiesta Nacional de la Vendimia es una de las muestras de identidad más importantes de Mendoza, además de ventana de proyección al mundo. La pandemia impuso una nueva realidad, donde su explosión de color, contenido y diversión ya no podría ser seguida en presencia por la gente. La virtualidad más absoluta impuso sus reglas, pero lo mismo hubo celebración y el responsable para concretar ese tránsito fue Hugo Moreno.

Su apuesta fue casi minimalista en comparación al gran despliegue de otros años. “Vendimia que despierta” es una producción audiovisual que narra la historia de don Víctor, quien cultiva la vid en Las Heras, y decide escribirle una carta a su única nieta sobre lo que significa esa labor.

Su experiencia será descripta esta tarde, a partir de las 15, en el taller virtual de desmontaje en su intervención dentro de las séptimas Jornadas Nacionales de Teatro Musical organizadas por la Fundación para el Desarrollo de las Artes Escénicas y Chapeau! Escuela. La charla podrá seguirse en el sitio web www.fundaetucuman.org.ar. La actividad concluye hoy con una muestra on line de los talleres de tap y theater dance.

“Llevar a la virtualidad un hecho artístico como esta fiesta tan tradicional, con tanta identidad y con más de 3.000 artistas, fue un gran desafío realizado por un equipo que trató de preservar su esencia con otro lenguaje. Nos aggiornamos en poco tiempo y asumimos la responsabilidad de que nuestra vendimia no permaneciera dormida; de allí su nombre”, le explica a LA GACETA.

“Lo audiovisual llegó para quedarse y debemos aceptar que todos los aportes suman para que el arte no muera. Respecto a lo que quita, se pierde esa frescura de lo que es el vivo de tener esa energía de 50.000 espectadores que presencian esta fiesta, con la que se celebra la culminación de la cosecha y el nacimiento del vino nuevo, y es el homenaje a todas las personas que dedican gran parte de su vida al trabajo de la tierra”, remarca.

Moreno destaca que “en lo audiovisual se logró rescatar a muchos grupos de artistas que se dedican a esta área, con quienes se puede convivir absolutamente y trabajar en equipo”. “Cuando pensé este espectáculo, entendí que deberíamos celebrar aún cuando en realidad estábamos pasando por esta pausa obligada. Decidí convertirlo en un hecho artístico donde teníamos que contar otro mensaje, desde la historia de una familia como tantas otras, donde un adulto mayor decide escribirle cartas a la tierra con pensamientos y deseos que sinteticen un despertar. Una frase que siempre tengo presente me la dijo un gran maestro mío de teatro: ‘todos los demonios son bellos a través de la creación’; así decidí transformar este demonio que estamos pasando en arte”, sostiene.

El rodaje insumió siete días intensos, llenos de música, baile y movimiento en una espectacular puesta en escena, todo con estrictos protocolos sanitarios que respetar. “Se hicieron muy fáciles de cumplir por la concientización de los artistas que pudieron ponerse a la altura de este trabajo, por el deseo de volver a bailar, del reencuentro...  Había muchos bailarines que no se veían hacia un año y lo que se dio en esas jornadas fue muy emocionante”, admite.

El cambio de soporte de lo presencial a lo virtual obliga a una capacitación especial en este campo, lo que fue bienvenido por el creador: “en lo personal me gustó mucho este nuevo mundo y es otra forma de hacer arte; podemos seguir creando y hacer cosas muy bellas desde acá”. “No hay nada como lo presencial, enseñar a sentir por medio de una clase on line no es la preferida de mis elecciones, pero todo lo que puede ayudar”, añade.

Moreno reivindica el papel del artista en pandemia: “dicen que los médicos y médicas curan el cuerpo y los artistas curamos el alma; estoy convencido de eso, en este momento somos de gran importancia, pero mientras los médicos atendían en hospitales, nosotros teníamos los teatros cerrados”. “Empezamos a renacer como ave fénix, vamos rearmándonos una y otra vez. Tenemos que salir fortalecidos más que nunca y debemos ser muy inteligentes para entender lo que significó esta pausa obligada para cada uno de nosotros y nosotras”, concluye.

Theater Dance

Darlo todo, una técnica distinta

Dentro de las Jornadas Nacionales de Teatro Musical, hay espacio para el desarrollo del taller sobre Theater Dance, que es dictado por el porteño Leo Robaglio y el tucumano Martín Gómez Sastre, a un grupo presencial cerrado en formato burbuja, pero que puede ser seguido on line. Esta disciplina se desprende del teatro musical utilizando la danza jazz como lenguaje técnico. Pero, en esta oportunidad, los docentes aplican el sistema Darlo Todo, explicado por Robaglio: “este método escapa de la tradicional clase de danza, se pasa por alto el momento de técnica porque se entiende que los asistentes ya tienen formación, y nos metemos de lleno a bailar”. “Hay varios coreógrafos, y cada uno prepara una secuencia coreográfica como material a enseñar. Se elige generalmente un repertorio de musicales o canciones del ‘american song book’. Hora tras hora, los participantes van aprendiendo las distintas secuencias y el desafío al que se enfrentan es absorber toda la información en un tiempo relativamente corto”, describe. El especialista resalta que “el outfit es fundamental, se elige el negro como color base para el vestuario con las chicas con sus tacos de jazz y los varones sus zapatos de carácter, porque es la oportunidad para lookearte y mostrarte como si estuvieras en una audición”.

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