Cartas de lectores: el ejemplo del Dr. Siñeriz

Cartas de lectores: el ejemplo del Dr. Siñeriz

13 Junio 2021

“Toda mi educación fue bancada por el Estado, así que tengo una deuda para siempre con la Nación, que es toda la población. Porque la Nación somos todos nosotros…”, declaró solemnemente, desde su residencia en Amaicha, Faustino Siñeriz, doctor en Química por la UBA, docente de la UNT e investigador del Proimi (Planta Piloto de Procesos Industriales Microbiológicos), a su ingreso en la Academia Nacional de Ciencias, luego de 50 años de trabajo incesante, y concluye: “Hice todo lo que me correspondía y de la mejor manera posible”. Hoy, como le corresponde, trabaja para desarrollar una vacuna argentina contra el Covid. En la misma edición de LA GACETA (10/06), en una página y media de “Tucumanos”, jóvenes comprovincianos expresan su decisión de irse del país “en busca de un futuro mejor”, que se resume en mejores ingresos, confort y seguridad. Hay recomendaciones para ser aceptados e instalarse: papeles en regla, profesión e inglés. En otro lado, se informa que la mitad de los que inician trámites son “estudiantes o recién graduados de entre 23 a 30 años”; de estos, el 80 %, es decir su inmensa mayoría, han recibido su educación, como el doctor Siñeriz, del Estado. Pero, a diferencia de él, parecen no deberle nada al Estado, a la Nación -que somos todos nosotros, como afirma el doctor-, en síntesis, a la Patria. Han recibido una educación superior (altamente calificada en el mundo) que no viene del aire precisamente: ha sido sostenida por el esfuerzo cotidiano del trabajo de todos los argentinos, del pueblo argentino, de los hijos de esa Patria que tan sólo espera, como toda madre, que la amen, como el doctor Siñeriz la ama: entregándose a ella, como corresponde, para que pueda seguir habiendo generaciones de argentinos que tengan las mismas y magníficas oportunidades que él. Es decir para lograr esa Patria que soñaron nuestros mayores y nosotros también, por lo que nos duele tanto. Para eso no hay que irse; hay que quedarse y pelearla. ¿Hasta cuándo? Hasta lograrlo. ¿Cómo? Como se pueda, todos los días, en cada rincón, en cada instante. ¿Y si nos derrotan? No será sino una nueva oportunidad de levantarse y seguir peleando (lo que hicieron los hijos de esos países a los que quieren emigrar, pero, entonces, arrinconados por el hambre o las guerras, cosa que por estos lares está muy lejos de ocurrir). Y, eso sí, muchísimo más que el confort material y la seguridad siempre circunstancial, será el mejor ejemplo, la mayor heredad y la insuperable enseñanza para sus hijos. ¿Qué tal cosa roza con lo heroico? Puede ser, pero hasta de eso podemos dar testimonio con nuestros Héroes de Malvinas aún caminando entre nosotros (lo que jamás podrán mostrar aquellos países, sino todo lo contrario) y, de yapa, ahí nomás, en Amaicha, el sencillo, esperanzado, criollazo y genial patriotismo del doctor Siñeriz.

Arturo Arroyo

Temas Tucumán
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