Un simulador para “manejar” bajo los efectos del alcohol

Un simulador para “manejar” bajo los efectos del alcohol

Yerba Buena hizo un convenio con el PUNA para poner un programa de control de adicciones.

EN EL SIMULADOR. Quienes vayan a sacar el carnet de manejo por primera vez deberán pasar por este aparato, explicaron las autoridades.  EN EL SIMULADOR. Quienes vayan a sacar el carnet de manejo por primera vez deberán pasar por este aparato, explicaron las autoridades.

No es una misión imposible. Pero sí hay que tener preparación y perseverancia. Muchos de los que llegan a sacar su carnet de conducir por primera vez tienen que pasar por más de un examen escrito hasta que aprueban. A los cursos y las pruebas, ahora se sumará una nueva instancia para los que quieran obtener su permiso en la Municipalidad de Yerba Buena. Tendrán que subirse a un simulador y vivir una experiencia de cómo les afecta sus capacidades el hecho conducir bajo los efectos del alcohol.

La iniciativa tiene por único objetivo la prevención. Así lo aclaró Ramiro Hernández, director del Programa Universitario para el estudio de las Adicciones (PUNA). Esta institución firmó un convenio con el municipio de la Ciudad Jardín para desarrollar allí un programa de prevención del consumo de alcohol entre los jóvenes.

La estrella de este programa justamente será el centro de simulación de manejo bajo los efectos el alcohol, que estará ubicado en la Dirección de Tránsito (Galería Los Troncos), a partir de la última semana de este mes, en coincidencia con la celebración del día Internacional de Lucha contra las drogas, que se conmemora cada 26 de junio.

El centro de simulación tiene características similares a los juegos virtuales. Está conformado por una butaca de un auto, con sus accesorios: palanca de cambio, pedales de freno, acelerador y embrague y volante. El futuro conductor se sienta allí y tiene que colocarse unas gafas. Estos dispositivos permiten al usuario vivir una experiencia como si estuvieran manejando un auto de verdad. Los lentes de simulación de alcohol y drogas -máscaras virtuales que imitan una visión bajo los efectos de las sustancias- realzan el peligro que significa conducir en ese estado, y recrean varios escenarios con mucho tráfico, los problemas cotidianos de circulación y cambios de clima.

“En ese contexto, los adolescentes que aspiren a obtener la licencia, podrán subirse al simulador y colocarse unos anteojos especiales que producen variados efectos, de modo que puedan ver en cómo se reducen sus reflejos y se distorsiona la visión de una persona cuando conduce bajo el efecto de sustancias tóxicas”, explica el titular del PUNA, que depende de la Secretaría de Extensión de la UNT.

Datos que preocupan

El simulador es solo una parte del programa llamado “A la par”, que luego se extenderá a toda la provincia. Se hace hincapié en el consumo de alcohol, según Hernández, porque esta es la sustancia psicoactiva de consumo abusivo que mayor prevalencia. “El último estudio global realizado por la Comisión Interamericana para el Control del Abuso de Drogas (Cicad) en 2019 muestra la Argentina tiene el mayor nivel proporcional de ingesta alcohólica en el continente”, precisa.

En Tucumán, según el último estudio sobre consumo de sustancias psicoactivas en población de 12 a 65 años, las bebidas alcohólicas son las sustancias más consumidas entre la población. La edad de inicio en promedio es 13 años. En los últimos tiempos se evidenciaron cambios: esa edad de inicio baja cada vez más y el mayor consumo se hace durante períodos cortos de tiempo, lo cual implica que hay más riesgo de intoxicación.

“Nos planteamos como objetivo en las tareas de prevención retrasar la edad de inicio y promover un consumo responsable y moderado de bebidas alcohólicas y otras sustancias. Asimismo, disminuir los efectos negativos ocasionados por el consumo de alcohol, como accidentes de tránsito, disturbios en la vía pública, situaciones de violencia, pérdida del control de impulsos, abusos, entre otros”, apuntó. Entre otras actividades, el PUNA dará talleres para chicos, adolescentes y padres en escuelas, en clubes, en espacios públicos. También recorrerá los bares involucrando a los jóvenes con juegos de simulación de consumo y alcoholemias voluntarias.

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