“¿Y si ponemos marcha atrás?”

“¿Y si ponemos marcha atrás?”

Apuntes de un fin de semana de restricciones y de desobediencia.

PROTESTA CONTRA LAS RESTRICCIONES. En 25 de Mayo y Santa FE. PROTESTA CONTRA LAS RESTRICCIONES. En 25 de Mayo y Santa FE.

Hay un día en el que la gente dice basta.

Es exactamente el día en el que se harta.

Es la misma jornada en la que en tan sólo un minuto alguien hace un balance de su vida y en todo le salen pérdidas.

Y, en Tucumán no hay un día. Son varios días.

Y, cuando esos días llegan, ¡Agarrate, Catalina!

Un peluquero hace cálculos y sabe que no llegará a fin de mes. Entonces decide trabajar a puertas cerradas porque, de lo contrario, se morirá de hambre. Literalmente.

Un empresario decide abrir el bar de la estación de servicio. Sabe que no puede, pero también sabe que otra vez se le complicará todo. No le sobra la plata.

El bar está abierto y no paren de entrar parroquianos. Y piden una coca. Y toman café y el desayuno light infaltable también empiezan a poblar las mesas.

Hay una fiesta y nadie quiere parar la música. Y, si alguien la para saco un arma y que siga el baile.  Y, después, ¿quién me quita lo “bailao”?

La policía anda dando vueltas. Algunos, muchos, no parecen los policías que conocemos. Andan “coacheando” a los ciudadanos: “Por favor, váyase a la casa. Ya tomó su café. No me la haga más difícil”.

La Justicia mete presos y los libera.

Cada minuto que pasa quedan menos camas de terapia intensiva. “No me importa, a mí no me va a tocar”. “¿Y, si me toca a mí?

Hay que cerrar todo. Es la única forma.

¿Quién lo dice?

A mí que no me lo vengan a decir las autoridades del gobierno que estuvieron todo el tiempo violando la cuarentena. Nunca les importa.

Esperemos que salga el decreto de la Nación. Nosotros lo acatamos como está. De lo contrario si nosotros tomamos la decisión, no nos van a llevar el apunte.

La única forma de hacer cumplir las órdenes va a ser haciendo salir a la policía.

La culpa la tiene el gobierno, “Vamos a la casa de Manzur”.

Los mensajes de whatsap van y vienen. La violencia aumenta. Los videos se viralizan a mayor velocidad que el coronavirus. En uno dicen que hay que salir a la calle para pedir la renuncia del Presidente. En otras aparecen dirigentes de la oposición ofreciendo plata para movilizarse.

Cuidado.

Es el día en el que todos deciden decir basta. Cuando alguien dice basta no escucha, no piensa, está enojado.

¿Quién tiene la culpa? ¿Quién pide disculpas? ¿Quién le pone quicio a la situación? Nadie o todos. Es lo mismo porque todo es confusión. “Yo hago lo que quiero, al fin y al cabo los demás hacen lo que quieren”.

“¿Y, vos, de qué lado estás?” La grieta se agigante.

K vs. Pro. Vacunados vs. no vacunados. Jaldistas vs. manzuristas. 25 de Mayo vs. 9 de Julio. Atlético vs. San Martín. Pfizer vs. Sputnik V. Somos los mejores vs. somos de lo último. Vida vs. muerte.

Basta. Hay un día en el que la gente dice basta.

Y ese día desobedece. Hace lo que quiere. No le importa nada.

Y ese día en el que todos dicen basta, todos son distintos, no son los mismos.

Si cada uno volviera a su lugar, volvería la tolerancia, el gobierno recuperaría su autoridad y la oposición su propuesta y su reflexión. Alguien sería capaz de pedir disculpas y de escuchar. Tal vez la policía sería más intolerante, pero estaríamos más cerca de la normalidad. Sí, de la normal; no de la nueva.

A veces poner marcha atrás no implica atrasar, sino ubicarse en el lugar adecuado.

¡Tucumanos, a las cosas!, podría haber dicho Ortega y Gasset. Ahora que hasta la nueva versión de la serie Friends propone la idea de reunión, tal vez sea el momento de dialogar y no del prorrogar este monólogo pandémico. Los elegidos para gobernar tienen la palabra.

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